25 agosto 2011

'Gin-tonic', María Callas y puesta de sol en O Son


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La secretaria general del Valedor do Pobo, Pepa Castro, repite verano en Fonforrón. No faltó en sus vacaciones una escapadita a la Feria de Málaga

No me resigno a pensar que el verano se acaba. Ha sido tan bueno que prefiero vivir en el recuerdo. Aunque son muchos los que ya han recogido los bártulos y han vuelto al asfalto, todavía quedamos unos pocos que aprovechamos hasta el último minuto de la tranquilidad, la playa y eso tan escaso en la vida diaria, el tiempo.

Que se lo digan a Pepa Castro, con quien tomé un café matutino para coger fuerzas en su sitio habitual, la cafetería Loreto en el centro de Porto do Son. Con sus periódicos y su inseparable Ipad, que la secretaria del Valedor do pobo tiene que estar siempre alerta, comentamos las andanzas de un verano que, como no podía ser de otra forma, la han llevado a su querida Málaga en su semana de feria.

Y es que aunque lleva ya quince años sin faltar a su casa en Fonforrón, en la que encuentra "el típico veraneo de toda la vida, con tranquilidad, y en el que conoces a todo el mundo", la abogada no se pierde su querida Feria de Málaga.

De la mano de sus amigos, Juan y Marisa, disfrutó de los toros, en el palco 14, y saboreó la brisa del Sur entre pescaíto frito y manzanilla, lo típico.

Ahora bien, no cambia nuestras playas, y su favorita Fonforrón donde tiene su casa, por las andaluzas. Y es que si algo es Pepa, es una mujer al mar pegada.

No pierde oportunidad de salir a navegar. Experta tripulante hizo una escapadita este verano con su primo Antonio y su mujer Charo Barca, subiendo el Duero en el barco de éstos, a los que siempre que puede hace una escapadita y va a verlos a Sanxenxo, junto a sus ahijados.

Siempre en familia pasa también los días en O Son junto a su padre, el abogado Antonio Castro; su madre, Filo Carballal, y su hermano Antonio con su mujer, su hermana Teresa, con su marido Alberto, y sus sobrinos, Fernando y Macarena.

Cuando no está de regata o navegando, algo que adora, desayuna en el Loreto, se va de vino al Ramón Conde, a comer calamares al Chinto, o de paseo con sus padres, la pandilla de amigos o familiares. Su plan perfecto es ver el atardecer desde su casa acompañada de un gin tonic y la música de María Callas.

Aunque reconoce que es más de tomar el sol en el jardín y bajar a última hora de paseo a la playa, reconoce que la más bonita de la zona es Aguieira, aunque su playa es Fonforrón.

Sin desconectar totalmente del trabajo, aprovecha el tiempo para leer, estar con los amigos y convertirse en una auténtica ama de casa. "Me encanta ir por la mañana al mercado y comprar un buen pescado y luego cocinarlo. En Santiago, como vivo sola, no cocino y es algo que me encanta", comenta.

Aprovechando los últimos días de vacaciones (el 30 vuelve a Compostela), comentamos la vuelta al trabajo que viene cargada de viajes. "Siempre el último trimestre es de muchos congresos para nosotros, así que tocará viajar", dice.

El largo invierno también da para viajes de placer y alguna escapada habrá en la agenda de Pepa Castro. "Con los viajes de trabajo por Europa ya se ven las ciudades y se hace turismo cultural. Si puedo me escaparé al Caribe o algo así", comenta.

Pues ya ven, con la cabeza puesta ya en la vuelta a la rutina pero todavía disfrutando y apurando los últimos días de playa, terraceo y tiempo libre. Tras un verano de toros, pescadito y mucho mar y barco, lo que está claro es que a la abogada Pepa Castro le va O Son y por allí se la puede ver en su casa hasta en invierno. Y es que, qué bien se está cuando se está bien.

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