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A cuatro días de San Xoán, el cerco se queja de que la especie no aparece
Se supone que por San Xoán, «a sardiña molla o pan». Pero parece que este año van a reinar como nunca el churrasco y los criollos. A menos de una semana de la noche más corta del año, que por tradición se celebra con sardina asada, la especie está desaparecida de las costas gallegas. Al menos no está en la abundancia que se requiere en unas fechas como estas. Se quejan en A Coruña, se lamentan en Foz, en el sur admiten que no andan demasiado boyantes y solo los del centro dan con cantidades discretas de un pescado que ya tuvo su primer campo de pruebas con el San Antonio portugués. Fallido, por cierto.
Unos achacan esa ausencia a la temperatura del agua, demasiado fría para esta época y para una especie que busca comer en caliente. Otros, más pesimistas, a que el stock está en horas bajas, que no se ha visto cría en Portugal y, por tanto, pocos adultos puede haber ahora en aguas gallegas.
La percepción del sector, que al menos en el área norte no encuentra mancha importante que cercar, la corroboran los datos de descargas en las distintas rulas gallegas. Según la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, en lo que va de año se ha subastado en la lonja un tercio menos de la cantidad que a estas alturas se había comercializado en el mismo período del 2010. Apenas 2,9 toneladas, frente a las 4,1 que se habían subastado antes del San Antonio portugués (el 13 de junio).
Escasez
¿Donde está, entonces, la sardina? Lo más probable no es que esté desaparecida, sino que, simple y llanamente, no hay. O no hay apenas.
Aunque el grupo de trabajo integrado por científicos de España y Portugal que evalúan la evolución de la especie en esta zona del Atlántico no ha puesto sobre la mesa las conclusiones de la última campaña, lo cierto es que «la cosa pinta mal». Isabel Riveiro, investigadora del Instituto Español de Oceanografía (IEO) de Vigo, no es desde luego optimista. Lleva varias Juvenas -como se denomina la campaña en la que prospectan la evolución de la especie- alertando de que la biomasa es cada vez menor, que ya no se topan con tantas sardinas ni tantos huevos como los que se encontraban hace unos años. Y sin embargo, los desembarcos hasta este ejercicio han seguido en la misma línea. No han descendido. «Eso es lo preocupante, que a pesar de haberse constatado el descenso de la biomasa, las descargas han seguido a idéntico ritmo, con lo que es posible que haya habido un sobreesfuerzo» que, de seguir así, puede llevar al colapso de la pesquería.
Más inaccesible
Que no aparezca sardina a estas alturas es significativo. Isabel Riveiro no cree que se deba a la temperatura del agua, por lo menos biológicamente no se ha constatado la relación entre grados del mar y ubicación del cardumen. Sardina, en Galicia, «la hay todo el año», con más o menos grasa. Su localización responde, más bien, a la abundancia: «Si hay mucha, la sardina se encuentra en toda la columna de agua y el área de distribución es más amplia. Si, por el contrario, hay poca, suele aparecer entre los 10 y los 100 metros y es más complicado localizar el cardumen, porque se desplaza hacia zonas costeras de difícil acceso y, por tanto, menos accesibles para los aparejos de los cerqueros».
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