:lvg: | 31/08/2009
La Conselleira do Mar asistió al funeral celebrado en la iglesia de Miñortos.
Porto do Son despidió ayer a Carlos Queiro Otero, natural del municipio sonense, padre de dos hijos y patrón del Furacán, el barco que se hundió en la madrugada del sábado frente a Portosín. Fue un último adiós tan multitudinario como callado. No en vano, un silencio absoluto acompañó la entrada del féretro en la iglesia de Miñortos, a la que llegó tras permanecer en el tanatorio de Noia.
Precisamente, hasta la villa noiesa se habían desplazado ya centenares de vecinos para, antes de acudir al entierro en Miñortos, acompañar a su familia en unos momentos tan dolorosos. En el tanatorio noiés se pudo ver a los dos tripulantes que iban con Carlos Queiro en el barco na noche del naufragio, Santiago Díaz y Raúl Cama, que lograron salvar su vida tras lanzarse al mar y nadar alrededor de una hora hasta que fueron rescatados por un pesquero.
Fue a las cinco y media de la tarde cuando la comitiva fúnebre partió de Noia hacia Miñortos. La cantidad de personas que se desplazaron a la parroquia sonense fue tal que incluso hubo autobuses que tuvieron dificultades para llegar hasta el entorno de la iglesia porque los coches habían atrancado todos los accesos. Entre los asistentes al entierro estuvo la conselleira do Mar, Rosa Quintana, que ayer ya se había desplazado a Porto do Son al tener noticias de la tragedia. También acudieron al entierro numerosos miembros de la corporación, así como el patrón mayor de Portosín.
Porto do Son despidió ayer a Carlos Queiro Otero, natural del municipio sonense, padre de dos hijos y patrón del Furacán, el barco que se hundió en la madrugada del sábado frente a Portosín. Fue un último adiós tan multitudinario como callado. No en vano, un silencio absoluto acompañó la entrada del féretro en la iglesia de Miñortos, a la que llegó tras permanecer en el tanatorio de Noia.
Precisamente, hasta la villa noiesa se habían desplazado ya centenares de vecinos para, antes de acudir al entierro en Miñortos, acompañar a su familia en unos momentos tan dolorosos. En el tanatorio noiés se pudo ver a los dos tripulantes que iban con Carlos Queiro en el barco na noche del naufragio, Santiago Díaz y Raúl Cama, que lograron salvar su vida tras lanzarse al mar y nadar alrededor de una hora hasta que fueron rescatados por un pesquero.
Fue a las cinco y media de la tarde cuando la comitiva fúnebre partió de Noia hacia Miñortos. La cantidad de personas que se desplazaron a la parroquia sonense fue tal que incluso hubo autobuses que tuvieron dificultades para llegar hasta el entorno de la iglesia porque los coches habían atrancado todos los accesos. Entre los asistentes al entierro estuvo la conselleira do Mar, Rosa Quintana, que ayer ya se había desplazado a Porto do Son al tener noticias de la tragedia. También acudieron al entierro numerosos miembros de la corporación, así como el patrón mayor de Portosín.
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