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Las llamas arrasaron a su paso numerosas instalaciones que ofrecían servicios básicos
Ahora que el humo provocado por la ola de incendios ha desaparecido, los vecinos de las poblaciones afectadas por el fuego intentan recuperar la normalidad. Pero no todo depende de ellos. Las llamas arrasaron de manera indiscriminada todo lo que encontraron a su paso, incluyendo, además de montes, numerosas instalaciones que ofrecían servicios básicos a la población como el teléfono fijo, el alumbrado, la traída de agua o la conexión a Internet.
Los vecinos de Baroña, en Porto do Son, seguían ayer, después de una semana, sin poder usar los teléfonos fijos de sus viviendas por el incendio que abrasó 150 hectáreas el miércoles pasado. Se trata de una parroquia con numerosas aldeas o casas localizadas de manera dispersa en la sierra de Barbanza, en donde predominan los vecinos de avanzada edad que prefieren este tipo de telefonía antes que la móvil. «Os maiores teñen que pedir prestado o teléfono móbil dos veciños para poder falar cos familiares que están fóra», explicaba ayer otro residente de Baroña bastante molesto, que añadía: «Xa puxen unha reclamación á compañía telefónica, non teño nin liña nin Internet dende hai unha semana, pero seguro que logo me queren cobrar todo o mes». El incendio del monte Pindo también dañó el tendido eléctrico de la zona, la conexión telefónica y la red de agua potable. Además de algunas pistas por las que todavía no se puede transitar.
Ahora que el humo provocado por la ola de incendios ha desaparecido, los vecinos de las poblaciones afectadas por el fuego intentan recuperar la normalidad. Pero no todo depende de ellos. Las llamas arrasaron de manera indiscriminada todo lo que encontraron a su paso, incluyendo, además de montes, numerosas instalaciones que ofrecían servicios básicos a la población como el teléfono fijo, el alumbrado, la traída de agua o la conexión a Internet.
Los vecinos de Baroña, en Porto do Son, seguían ayer, después de una semana, sin poder usar los teléfonos fijos de sus viviendas por el incendio que abrasó 150 hectáreas el miércoles pasado. Se trata de una parroquia con numerosas aldeas o casas localizadas de manera dispersa en la sierra de Barbanza, en donde predominan los vecinos de avanzada edad que prefieren este tipo de telefonía antes que la móvil. «Os maiores teñen que pedir prestado o teléfono móbil dos veciños para poder falar cos familiares que están fóra», explicaba ayer otro residente de Baroña bastante molesto, que añadía: «Xa puxen unha reclamación á compañía telefónica, non teño nin liña nin Internet dende hai unha semana, pero seguro que logo me queren cobrar todo o mes». El incendio del monte Pindo también dañó el tendido eléctrico de la zona, la conexión telefónica y la red de agua potable. Además de algunas pistas por las que todavía no se puede transitar.
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