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La patronal anuncia un cambio profundo a partir del próximo año
Los premios Dolmen de la Federación de Empresarios do Barbanza (FEB) son reflejo de la diversificación económica de Barbanza, Muros, Noia y Mazaricos. El ejemplo fue el resultado de la vigésimo quinta edición de los galardones, donde competían por el máximo reconocimiento desde una veterana y reconocida compañía estrechamente vinculada al mar, Pescados Lijó, de Ribeira, hasta una cooperativa ganadera, Ganxabar, de Mazaricos; una firma de seguros con cincuenta años de actividad, García Sánchez, de Boiro; y un autoservicio, Sabila, de Muros; una de excavaciones, Nima, de A Pobra; y una oficina de arquitectura, Cota Cuatro; o una empresa de automóviles, Patiño, de Noia; y otra de autocares, Muíños, de Rianxo.
La fiesta del empresariado barbanzano es una cita que, según testimoniaron las autoridades asistentes, goza de prestigio a nivel de Galicia, y más aún en los tiempos que corren, donde las apreturas económicas poco margen dejan para celebraciones. Lo cierto es que en el restaurante Torre Xunqueiras se dieron cita autoridades de toda índole e ideología, otra demostración de que la gala es uno de esos acontecimientos en los que hay que estar y que muchos remarcan en sus agendas.
Siete discursos
A pesar de que siete discursos suenan largos, esta vez los que tuvieron que subir al estrado se portaron y, o bien realizaron intervenciones cortas, o las leyeron a tal velocidad que difícilmente alguien pudo quedarse con el mensaje. El más llamativo fue el del presidente de la FEB, José Ramón Romero, quien recordó que hace un año se planteó luchar contra el individualismo y concentrar a todas las patronales locales bajo el manto de la Federación, y lo ha logrado, cosa que consiguió, por ejemplo, el reconocimiento público por parte de Manuel Ruiz Rivas, quien intervino en representación de la Diputación de A Coruña, donde es el responsable de Economía.
Romero lanzó al aire otro reto, que ratificaba lo que ya había adelantado en las últimas semana: relanzar la fiesta de los empresarios barbanzanos modificando los premios. Una vez que los Dolmen han cumplido los 25 años es el mejor momento para repensarlos, y el próximo año ya serán distintos. Habrá propuestas de las entidades locales, como siempre, pero será un jurado independiente el que decida la empresa que merece el máximo reconocimiento. De esta forma se acabarán con las especulaciones y los apoyos por afinidades y será la objetividad la que distinga el certamen.
Si las bodas de plata también han servido a la FEB para innovar con la organización de la Semana Empresarial, cuyo máximo exponente es la carpa que alberga la Miniferia de Artesanía de Galicia, talleres, degustaciones y otras actividades en la plaza Alcalde Segundo Durán, la experiencia podría tener continuidad en lo sucesivo, con el fin de que la fiesta de las patronales barbanzanas no se quede solamente en una cena y que el público en general perciba el compromiso de los emprendedores de la comarca con su entorno inmediato.
Los premios Dolmen de la Federación de Empresarios do Barbanza (FEB) son reflejo de la diversificación económica de Barbanza, Muros, Noia y Mazaricos. El ejemplo fue el resultado de la vigésimo quinta edición de los galardones, donde competían por el máximo reconocimiento desde una veterana y reconocida compañía estrechamente vinculada al mar, Pescados Lijó, de Ribeira, hasta una cooperativa ganadera, Ganxabar, de Mazaricos; una firma de seguros con cincuenta años de actividad, García Sánchez, de Boiro; y un autoservicio, Sabila, de Muros; una de excavaciones, Nima, de A Pobra; y una oficina de arquitectura, Cota Cuatro; o una empresa de automóviles, Patiño, de Noia; y otra de autocares, Muíños, de Rianxo.
La fiesta del empresariado barbanzano es una cita que, según testimoniaron las autoridades asistentes, goza de prestigio a nivel de Galicia, y más aún en los tiempos que corren, donde las apreturas económicas poco margen dejan para celebraciones. Lo cierto es que en el restaurante Torre Xunqueiras se dieron cita autoridades de toda índole e ideología, otra demostración de que la gala es uno de esos acontecimientos en los que hay que estar y que muchos remarcan en sus agendas.
Siete discursos
A pesar de que siete discursos suenan largos, esta vez los que tuvieron que subir al estrado se portaron y, o bien realizaron intervenciones cortas, o las leyeron a tal velocidad que difícilmente alguien pudo quedarse con el mensaje. El más llamativo fue el del presidente de la FEB, José Ramón Romero, quien recordó que hace un año se planteó luchar contra el individualismo y concentrar a todas las patronales locales bajo el manto de la Federación, y lo ha logrado, cosa que consiguió, por ejemplo, el reconocimiento público por parte de Manuel Ruiz Rivas, quien intervino en representación de la Diputación de A Coruña, donde es el responsable de Economía.
Romero lanzó al aire otro reto, que ratificaba lo que ya había adelantado en las últimas semana: relanzar la fiesta de los empresarios barbanzanos modificando los premios. Una vez que los Dolmen han cumplido los 25 años es el mejor momento para repensarlos, y el próximo año ya serán distintos. Habrá propuestas de las entidades locales, como siempre, pero será un jurado independiente el que decida la empresa que merece el máximo reconocimiento. De esta forma se acabarán con las especulaciones y los apoyos por afinidades y será la objetividad la que distinga el certamen.
Si las bodas de plata también han servido a la FEB para innovar con la organización de la Semana Empresarial, cuyo máximo exponente es la carpa que alberga la Miniferia de Artesanía de Galicia, talleres, degustaciones y otras actividades en la plaza Alcalde Segundo Durán, la experiencia podría tener continuidad en lo sucesivo, con el fin de que la fiesta de las patronales barbanzanas no se quede solamente en una cena y que el público en general perciba el compromiso de los emprendedores de la comarca con su entorno inmediato.
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