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El vial AC-550 presenta el peor balance de las carreteras barbanzanas
El 2010 fue un año negro en las carreteras de la comarca barbanzana con un goteo de accidentes mortales que se inició a principios de enero y remató la misma tarde del 31 de diciembre con el fallecimiento de una mujer en Mazaricos. Tras las nefastas estadísticas del ejercicio pasado, cualquier cosa que implique una reducción en el número de fallecidos en accidentes de tráfico es una buena noticia, y, si se mantiene la tónica de los nueve primeros meses del año, parece que este 2011 será mucho mejor en lo que a siniestralidad se refiere. De hecho, a estas alturas, la cifra de víctimas se ha reducido prácticamente a la mitad con respecto al pasado octubre.
En lo que va año, se dejaron la vida en las carreteras barbanzanas un total de cinco personas, entre las que no se computa al último fallecido sobre el asfalto, el carnotano Borja Oreiro, que fue víctima de un accidente de tráfico en Corcubión. Hace doce meses exactos, esta cifra ascendía a nueve personas, un número que se incrementaría días más tarde -en concreto el 9 de octubre- con la muerte de un hombre en As Saíñas. Y la cosa fue a peor en la recta final del año, ya que el 31 de diciembre eran quince los nombres que computaban en la lista de fallecidos en accidentes de tráfico.
Tres víctimas
Una cuestión que no ha cambiado con respecto al 2010 es el nombre del vial más siniestro de la comarca. La carretera comarcal AC-550, que va de Ribeira a Cee, es la que presenta el peor balance al haberse cobrado las vidas de tres personas en lo que va de año. En este sentido, cabe recordar que son muchas y reiteradas las demandas de mejora del vial.
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El accidente más grave se produjo en el término outiense
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