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El temporal que empieza mañana dejará abundante agua, viento fuerte e incluso nieve
La intensa borrasca que mañana empezará a cruzar Galicia puede ayudar a darle la vuelta a la pertinaz sequía que padece la comunidad desde el pasado mes de abril o, al menos, contribuir a mejorar las mermadas reservas de agua. Según MeteoGalicia, el primer temporal del otoño dejará «importantes cantidades de lluvia». Tanta como para activar una alerta amarilla. Los expertos prevén que en 12 horas, entre las nueve de la noche de mañana domingo y las nueve de la mañana del lunes, se acumulen más de 40 litros por metro cuadrado en la provincia de Pontevedra, las franjas oeste y suroeste de A Coruña y en la montaña de Ourense. En el resto de esta provincia podrían recogerse también más de 15 litros en una hora.
A esta alerta se suma otra, también amarilla, por rachas de viento mañana de más de 100 kilómetros por hora en la costa y zonas altas, y de más de 80 en el interior. El lunes, además, bajarán las temperaturas, cuyos valores máximos oscilarán entre los 10 y los 16 grados. «De hecho, se prevé granizo en zonas costeras y podría nevar por encima de los 1.200 metros», avanza el meteorólogo Pablo González.
Aunque hay pronósticos estacionales que apuntan a la continuación del tiempo seco hasta enero, de momento la lluvia está asegurada en Galicia hasta el miércoles y podría extenderse al resto de la semana. «Quizá se dé algún período de descanso, pero enseguida llegaría otro frente», señala González.
La previsión meteorológica calma en parte la preocupación por la escasez de agua. Las comisiones provinciales de seguimiento de la sequía afirmaron ayer que el suministro está garantizado, pero las restricciones afectan ya a numerosos concellos, sobre todo a pequeños núcleos rurales. En Ourense, varias aldeas de Boborás están sin agua y se abastecen con cisternas, al igual que en Castro Caldelas, Cortegada, Chandrexa de Queixa, Paderne de Allariz o A Teixeira. En Carballeda de Avia han buscado nuevos manantiales, y en Ribadavia mantienen el servicio bajando la presión.
En Caldas (Pontevedra) la proliferación del alga Microcystis es la que complica el abastecimiento, mientras que continúan los problemas de escasez en Cuntis, Ponte Caldelas y en Cotobade, donde hay cortes de agua por la noche en la parroquia de Tenorio. En Cerdedo, en Deza, el suministro también se interrumpe (de medianoche a siete de la mañana) y es necesario llevar agua en cisternas a aldeas de Forcarei, A Estrada, Agolada, Rodeiro y Silleda.
En el municipio coruñés de Cabanas se han retomado los avisos de limitación del consumo, y en Lugo, las restricciones se padecen en concellos como Pol, donde se prevé buscar reservas de agua en los montes, Guitiriz, Xermade, con seis pozos de barrena, y Vilalba, con 60 viviendas a las que lleva agua cada semana un camión cisterna.
40 litros
Acumulados en 12 horas
Las zonas más afectadas por la alerta son Pontevedra, suroeste de A Coruña y este de Ourense.
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A seca que non cesa
La intensa borrasca que mañana empezará a cruzar Galicia puede ayudar a darle la vuelta a la pertinaz sequía que padece la comunidad desde el pasado mes de abril o, al menos, contribuir a mejorar las mermadas reservas de agua. Según MeteoGalicia, el primer temporal del otoño dejará «importantes cantidades de lluvia». Tanta como para activar una alerta amarilla. Los expertos prevén que en 12 horas, entre las nueve de la noche de mañana domingo y las nueve de la mañana del lunes, se acumulen más de 40 litros por metro cuadrado en la provincia de Pontevedra, las franjas oeste y suroeste de A Coruña y en la montaña de Ourense. En el resto de esta provincia podrían recogerse también más de 15 litros en una hora.
A esta alerta se suma otra, también amarilla, por rachas de viento mañana de más de 100 kilómetros por hora en la costa y zonas altas, y de más de 80 en el interior. El lunes, además, bajarán las temperaturas, cuyos valores máximos oscilarán entre los 10 y los 16 grados. «De hecho, se prevé granizo en zonas costeras y podría nevar por encima de los 1.200 metros», avanza el meteorólogo Pablo González.
Aunque hay pronósticos estacionales que apuntan a la continuación del tiempo seco hasta enero, de momento la lluvia está asegurada en Galicia hasta el miércoles y podría extenderse al resto de la semana. «Quizá se dé algún período de descanso, pero enseguida llegaría otro frente», señala González.
La previsión meteorológica calma en parte la preocupación por la escasez de agua. Las comisiones provinciales de seguimiento de la sequía afirmaron ayer que el suministro está garantizado, pero las restricciones afectan ya a numerosos concellos, sobre todo a pequeños núcleos rurales. En Ourense, varias aldeas de Boborás están sin agua y se abastecen con cisternas, al igual que en Castro Caldelas, Cortegada, Chandrexa de Queixa, Paderne de Allariz o A Teixeira. En Carballeda de Avia han buscado nuevos manantiales, y en Ribadavia mantienen el servicio bajando la presión.
En Caldas (Pontevedra) la proliferación del alga Microcystis es la que complica el abastecimiento, mientras que continúan los problemas de escasez en Cuntis, Ponte Caldelas y en Cotobade, donde hay cortes de agua por la noche en la parroquia de Tenorio. En Cerdedo, en Deza, el suministro también se interrumpe (de medianoche a siete de la mañana) y es necesario llevar agua en cisternas a aldeas de Forcarei, A Estrada, Agolada, Rodeiro y Silleda.
En el municipio coruñés de Cabanas se han retomado los avisos de limitación del consumo, y en Lugo, las restricciones se padecen en concellos como Pol, donde se prevé buscar reservas de agua en los montes, Guitiriz, Xermade, con seis pozos de barrena, y Vilalba, con 60 viviendas a las que lleva agua cada semana un camión cisterna.
40 litros
Acumulados en 12 horas
Las zonas más afectadas por la alerta son Pontevedra, suroeste de A Coruña y este de Ourense.
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