:ecg: | 14/04/2010
Los vecinos se quejan de que la gravilla es molesta y entra en sus casas. El gobierno sonense justifica este tipo de trabajos por ser vías que serán levantadas.
Vecinos de la céntrica calle de A Roda, en Porto do Son, y en la travesía de la iglesia, en Portosín, mostraron su malestar por el acondicionamiento de ambas vías con asfaltado en frío con zahorra en lugar de asfalto en caliente u hormigón. Ambas rúas han entrado en un plan de obras municipal, que incluye el rebacheo por diversos puntos del Ayuntamiento.
Los afectados, a través del grupo municipal Alternativa Veciñal de Porto do Son (AVS), han expresado sus quejas debido a que ven como la gravilla o zahorra que se echa sobre el asfalto en frío está entrando en sus casas y negocios, lo que les obliga a tener las puertas completamente cerradas. Al mismo tiempo, consideran que, de esta forma, se está gastando el dinero público de "una manera irresponsable", según apuntó el concejal de AVS, Gonzalo Pérez Fernández.
Contestación
Por su parte, la edil de Obras, la nacionalista Ánxela Franco Pouso, justifica este tipo de asfaltado en esas dos calles al estar previsto levantarlas dentro de más de un año para dotarlas de servicios subterráneos. "Coa crise que hai non podemos gastar 12.000 ou 13.000 euros nun asfaltado para volver romper a calle dentro de uns meses", subrayó la edil del grupo de gobierno.
Ánxela Franco indicó que antes de que ella ocupara el ejecutivo municipal "nadie se queixaba da gravilla... Non se pode pensar que unhas obras non van a causar molestias, pois non é un capricho do grupo de goberno". En su opinión, la zahorra que entra en las casas de los afectados se debe a la velocidad inadecuada de los vehículos que transitan por ambas vías, ya que considera que algunos conductores corren demasiado por los cascos urbanos del municipio.
Vecinos de la céntrica calle de A Roda, en Porto do Son, y en la travesía de la iglesia, en Portosín, mostraron su malestar por el acondicionamiento de ambas vías con asfaltado en frío con zahorra en lugar de asfalto en caliente u hormigón. Ambas rúas han entrado en un plan de obras municipal, que incluye el rebacheo por diversos puntos del Ayuntamiento.
Los afectados, a través del grupo municipal Alternativa Veciñal de Porto do Son (AVS), han expresado sus quejas debido a que ven como la gravilla o zahorra que se echa sobre el asfalto en frío está entrando en sus casas y negocios, lo que les obliga a tener las puertas completamente cerradas. Al mismo tiempo, consideran que, de esta forma, se está gastando el dinero público de "una manera irresponsable", según apuntó el concejal de AVS, Gonzalo Pérez Fernández.
Contestación
Por su parte, la edil de Obras, la nacionalista Ánxela Franco Pouso, justifica este tipo de asfaltado en esas dos calles al estar previsto levantarlas dentro de más de un año para dotarlas de servicios subterráneos. "Coa crise que hai non podemos gastar 12.000 ou 13.000 euros nun asfaltado para volver romper a calle dentro de uns meses", subrayó la edil del grupo de gobierno.
Ánxela Franco indicó que antes de que ella ocupara el ejecutivo municipal "nadie se queixaba da gravilla... Non se pode pensar que unhas obras non van a causar molestias, pois non é un capricho do grupo de goberno". En su opinión, la zahorra que entra en las casas de los afectados se debe a la velocidad inadecuada de los vehículos que transitan por ambas vías, ya que considera que algunos conductores corren demasiado por los cascos urbanos del municipio.
Reir por no llorar o mejor.
Dice un refrán que en boca cerrada no entran moscas y parece que la concejala no lo conoce. Hace unos días después de años echándole la culpa al PSOE por la basura acumulada junto a los contenedores, soltó la perla por esa misma cuestión de que el problema ahora era de lo incivilizados que eran los vecinos. Por cierto, en Baroña pasada la semana santa allí siguen las ruedas.
Ahora como perlas nos suelta, que como antes nadie no se quejaba, todo sería echar una mirada a las hemerotecas para ver que decía su partido en su día, parece que ahora los vecinos no tienen derecho a hacerlo.
Y la segunda... otra vez culpa de los incisivos que con sus altas velocidades levantan polvo. La culpa fue del cha-cha-cha.
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