:lvg: | 3/4/2011
La semana anterior asistimos a un curioso hecho político, si es que en la política puede darse ya algo sorprendente. A poco más de un mes de su presentación como candidato del PP a la alcaldía de Porto do Son, Manuel Tomé era relevado de tal cometido. En aquél momento había estado arropado por su secretario de organización, un conselleiro y un delegado provincial, que no escatimaron elogios para él. Dos de ellos repetían ahora loas para Luis Oujo, nuevo candidato. Y en medio de todo esto el pueblo de Porto do Son, al que pedirán el voto pero al que no explicarán tan grave medida ¿Qué ha pasado en estos veinticinco días?
Como ellos callan intentemos nosotros extraer conclusiones. La primera es que el PP mintió cuando ensalzaba a Manuel Tomé en público, pues en privado buscaba otras alternativas más sólidas. A excepción de él, en su partido, nadie lo consideraba idóneo para encabezar la lista que presentaban a la cita electoral mayo. A poco que se pusiese la oreja se escuchaban opiniones muy duras por parte de algunos cargos populares. Por eso, siendo tan coincidentes las opiniones, resulta muy llamativo que se cometiese el grave error de presentarlo.
No es bueno para las aspiraciones del PP humillar de forma pública y notoria a un militante y ex alcalde. Tampoco es bueno para el nuevo candidato, pues habrá quien entienda que ha estado maniobrando en la oscuridad para conseguir la nominación (recordemos que Luis Oujo ya había estado en la quiniela de febrero). Pero supongo que nadie se adjudicará este doble error. Al margen del mismo, ¿mejora Luis Oujo la expectativa de los populares? De principio es un candidato de mayor fuste, avalado por una buena gestión al frente de la patronal sonense. Tiene más carisma y se desenvuelve mejor en público. Tan solo se oyen dos peros. Uno en el sentido de que pueda tener un exceso de ambición y otro basado en las dudas sobre posibles incompatibilidades futuras. Lo que está claro es que es una persona con inquietud, un empresario dinámico y con empuje.
Otra cuestión será su resultado, pues en ese terreno hay que contar con otros jugadores. El PSOE y BNG harán valer el plus de estar gobernando. Han mantenido una relación entre los dos partidos satisfactoria, han ejecutado un buen puñado de obras por todo el ayuntamiento y, sin duda muy importante, han contribuido a tranquilizar en gran medida el crispado ambiente político de Porto do Son. En esta última parte del mandato han conseguido transmitir sensaciones positivas. Si también son capaces de mantener sus apuestas de renovación, dejando atrás épocas de mayor alteración, pueden albergar esperanzas de revalidar la alcaldía. Todo ello con el permiso de los independientes, que a buen seguro aspirarán a jugar un papel decisivo. En resumen, el nombramiento de Luis Oujo añade incertidumbre a los comicios de mayo, que se prevén reñidos en la campaña y ajustados en el resultado. Y la competencia, si es sana, es buena.
Como ellos callan intentemos nosotros extraer conclusiones. La primera es que el PP mintió cuando ensalzaba a Manuel Tomé en público, pues en privado buscaba otras alternativas más sólidas. A excepción de él, en su partido, nadie lo consideraba idóneo para encabezar la lista que presentaban a la cita electoral mayo. A poco que se pusiese la oreja se escuchaban opiniones muy duras por parte de algunos cargos populares. Por eso, siendo tan coincidentes las opiniones, resulta muy llamativo que se cometiese el grave error de presentarlo.
No es bueno para las aspiraciones del PP humillar de forma pública y notoria a un militante y ex alcalde. Tampoco es bueno para el nuevo candidato, pues habrá quien entienda que ha estado maniobrando en la oscuridad para conseguir la nominación (recordemos que Luis Oujo ya había estado en la quiniela de febrero). Pero supongo que nadie se adjudicará este doble error. Al margen del mismo, ¿mejora Luis Oujo la expectativa de los populares? De principio es un candidato de mayor fuste, avalado por una buena gestión al frente de la patronal sonense. Tiene más carisma y se desenvuelve mejor en público. Tan solo se oyen dos peros. Uno en el sentido de que pueda tener un exceso de ambición y otro basado en las dudas sobre posibles incompatibilidades futuras. Lo que está claro es que es una persona con inquietud, un empresario dinámico y con empuje.
Otra cuestión será su resultado, pues en ese terreno hay que contar con otros jugadores. El PSOE y BNG harán valer el plus de estar gobernando. Han mantenido una relación entre los dos partidos satisfactoria, han ejecutado un buen puñado de obras por todo el ayuntamiento y, sin duda muy importante, han contribuido a tranquilizar en gran medida el crispado ambiente político de Porto do Son. En esta última parte del mandato han conseguido transmitir sensaciones positivas. Si también son capaces de mantener sus apuestas de renovación, dejando atrás épocas de mayor alteración, pueden albergar esperanzas de revalidar la alcaldía. Todo ello con el permiso de los independientes, que a buen seguro aspirarán a jugar un papel decisivo. En resumen, el nombramiento de Luis Oujo añade incertidumbre a los comicios de mayo, que se prevén reñidos en la campaña y ajustados en el resultado. Y la competencia, si es sana, es buena.
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