:lvg: | 26/4/2011
En general, el sector habla de una mala campaña en la que el tiempo tuvo mucho que ver con los resultados
Nunca llueve a gusto de todos y el dicho no podría estar mejor utilizado si hablamos de la ocupación hotelera durante la Semana Santa que acaba de rematar. Aunque no es la primera vez que estas minivacaciones acaban pasadas por agua, lo cierto es que en el sector turístico hubo quien notó, y mucho, la adversa meteorología en forma de habitaciones vacías. Claro que tampoco falta a quien le haya ido mejor este año que el pasado, pero, en términos generales, la ocupación no fue buena ya que apenas rondó el 60%.
Esta cifra confirma las previsiones, dado que los profesionales del sector esperaban, de media, tener sus establecimientos al 50%. Las reservas de última hora elevaron un poco el porcentaje, aunque, en otros, fueron precisamente las anulaciones en el último momento las que llevaron al traste las expectativas para Semana Santa. Ocurrió, por ejemplo, en un hotel de Porto do Son, donde se anularon 21 pernoctaciones que redujeron la ocupación del 100 al 60%, un resultado que el responsable del establecimiento, Fernando Poisa, calificó como malo: «Nosotros normalmente ya teníamos todo completo una semana antes del puente».
En este sentido, no faltaron las quejas, no tanto por el mal tiempo como por las prematuras predicciones que apuntaban que llovería esta semana: «Diez días antes están anunciando que va a llover a cántaros, y hay gente que anula su reserva».
Cancelaciones de última hora
Aunque puntuales, varios profesionales indicaron que sí se produjeron cancelaciones de última hora. Ocurrió en un hotel de la localidad boirense de Escarabote, donde ni siquiera alcanzaron el 50% de ocupación, o en Muros, donde indicaron que en años anteriores quienes llegaban sin reserva se quedaban sin sitio y en esta ocasión cubrieron el 70% de las habitaciones disponibles.
Tampoco falta, entre los profesionales consultados, quien acepte con resignación los regulares resultados de esta Semana Santa. Es el caso de un profesional muradano, que explicaba que, pese a que las anulaciones de última hora dejaron su local al 50%, «o ano pasado foi peor, e agora cada vez conformámonos con menos».
En el otro lado de la balanza, hay negocios, como un hotel radicado el municipio ribeirense, que mejoraron sus resultados respecto el año pasado y la ocupación osciló entre el 80 y el 100%.
Nunca llueve a gusto de todos y el dicho no podría estar mejor utilizado si hablamos de la ocupación hotelera durante la Semana Santa que acaba de rematar. Aunque no es la primera vez que estas minivacaciones acaban pasadas por agua, lo cierto es que en el sector turístico hubo quien notó, y mucho, la adversa meteorología en forma de habitaciones vacías. Claro que tampoco falta a quien le haya ido mejor este año que el pasado, pero, en términos generales, la ocupación no fue buena ya que apenas rondó el 60%.
Esta cifra confirma las previsiones, dado que los profesionales del sector esperaban, de media, tener sus establecimientos al 50%. Las reservas de última hora elevaron un poco el porcentaje, aunque, en otros, fueron precisamente las anulaciones en el último momento las que llevaron al traste las expectativas para Semana Santa. Ocurrió, por ejemplo, en un hotel de Porto do Son, donde se anularon 21 pernoctaciones que redujeron la ocupación del 100 al 60%, un resultado que el responsable del establecimiento, Fernando Poisa, calificó como malo: «Nosotros normalmente ya teníamos todo completo una semana antes del puente».
En este sentido, no faltaron las quejas, no tanto por el mal tiempo como por las prematuras predicciones que apuntaban que llovería esta semana: «Diez días antes están anunciando que va a llover a cántaros, y hay gente que anula su reserva».
Cancelaciones de última hora
Aunque puntuales, varios profesionales indicaron que sí se produjeron cancelaciones de última hora. Ocurrió en un hotel de la localidad boirense de Escarabote, donde ni siquiera alcanzaron el 50% de ocupación, o en Muros, donde indicaron que en años anteriores quienes llegaban sin reserva se quedaban sin sitio y en esta ocasión cubrieron el 70% de las habitaciones disponibles.
Tampoco falta, entre los profesionales consultados, quien acepte con resignación los regulares resultados de esta Semana Santa. Es el caso de un profesional muradano, que explicaba que, pese a que las anulaciones de última hora dejaron su local al 50%, «o ano pasado foi peor, e agora cada vez conformámonos con menos».
En el otro lado de la balanza, hay negocios, como un hotel radicado el municipio ribeirense, que mejoraron sus resultados respecto el año pasado y la ocupación osciló entre el 80 y el 100%.
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