:lvg: | 13/4/2011
Hubo en tiempo, cuando la crisis quedaba lejos, que las costas y los ríos se llenaban de paseos. Parecía la tómbola de las sendas. Nadie pensó demasiado en que luego toda esa infraestructura había que mantenerla, mimarla y cuidarla para que la inversión no se fuese al garete. Y, ahora que estamos en vacas flacas, cada vez que hay un desperfecto se convierte en todo un drama. Quizás sea el momento de ir pensando en conservar lo que hay y dejar de sentirse como faraones.
Es verdad, en algunos de nuestros paseos hay elementos rotos y podridos y las farolas desde la Iglesia, no hay una intacta.
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