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Las distintas organizaciones de Barbanza reconocen que cada vez les resulta más difícil atender la creciente demanda de ayuda
El primer trimestre del año está resultando terrorífico para muchos vecinos de la comarca. O eso al menos es lo que se deduce de las cifras que aportan desde las distintas agrupaciones de Cáritas que hay dispersas por Barbanza. Según los datos aportados por sus responsables, durante los primeros meses del año el número de familias que demandan ayuda se ha incrementado en un centenar, lo que supone que, de media, hay unas cuatrocientas personas más que viven de los donativos de Cáritas.
Donde más se nota este crecimiento de la demanda es en Ribeira y en Noia. De hecho, en este último caso, el número de personas atendidas regularmente prácticamente se ha cuadriplicado en apenas dos años. Ahora, Cáritas atiende en el término noiés a unas treinta familias más que en enero, una cifra muy similar a la registrada en Santa Uxía.
Atender la demanda
Este aumento en las solicitudes de ayuda en forma de alimentos y ropa se está haciendo notar en las distintas organizaciones y, de hecho, en algunas reconocen que cada vez les resulta más difícil atender tanta demanda: «Con traballo, pero imos tirando co que temos. Cada luns temos como mínimo unha ou dúas familias novas, aínda que de momento imos enchendo as caixas de comida», explicaba la presidenta de Cáritas de Boiro.
También en Noia están preocupados y temen que su presupuesto anual, menor que el del año pasado, no alcance para cubrir toda la demanda, por eso, están organizando diversas actividades para recaudar fondos.
Algo mejor andan en lugares como Rianxo, donde Cáritas incluso colabora con otras entidades de la zona y de Santiago, aunque, por ahora, el número de usuarios -una veintena de familias- es inferior al de otras organizaciones.
El primer trimestre del año está resultando terrorífico para muchos vecinos de la comarca. O eso al menos es lo que se deduce de las cifras que aportan desde las distintas agrupaciones de Cáritas que hay dispersas por Barbanza. Según los datos aportados por sus responsables, durante los primeros meses del año el número de familias que demandan ayuda se ha incrementado en un centenar, lo que supone que, de media, hay unas cuatrocientas personas más que viven de los donativos de Cáritas.
Donde más se nota este crecimiento de la demanda es en Ribeira y en Noia. De hecho, en este último caso, el número de personas atendidas regularmente prácticamente se ha cuadriplicado en apenas dos años. Ahora, Cáritas atiende en el término noiés a unas treinta familias más que en enero, una cifra muy similar a la registrada en Santa Uxía.
Atender la demanda
Este aumento en las solicitudes de ayuda en forma de alimentos y ropa se está haciendo notar en las distintas organizaciones y, de hecho, en algunas reconocen que cada vez les resulta más difícil atender tanta demanda: «Con traballo, pero imos tirando co que temos. Cada luns temos como mínimo unha ou dúas familias novas, aínda que de momento imos enchendo as caixas de comida», explicaba la presidenta de Cáritas de Boiro.
También en Noia están preocupados y temen que su presupuesto anual, menor que el del año pasado, no alcance para cubrir toda la demanda, por eso, están organizando diversas actividades para recaudar fondos.
Algo mejor andan en lugares como Rianxo, donde Cáritas incluso colabora con otras entidades de la zona y de Santiago, aunque, por ahora, el número de usuarios -una veintena de familias- es inferior al de otras organizaciones.
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