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Los trabajadores acordaron en una asamblea apoyar cualquier medida de presión que adopte el comité de empresa para salvar sus empleos
Los trabajadores de Servia han respondido a la última muestra de buena voluntad de la Xunta para mediar en el conflicto que la concesionaria del complejo mantiene con Ecoembes dando una nueva oportunidad a las partes implicadas para que encuentren una solución a un problema que ha generado medio millón de euros en pérdidas y que amenaza la continuidad de la planta. Si hace unos días se hablaba de la posibilidad de ir a la huelga ante el temor al cierre, tras la asamblea celebrada ayer se apuesta por iniciar el diálogo, de momento, con los alcaldes de la mancomunidad Serra do Barbanza, propietaria de las instalaciones. Si la medida no resulta, la posibilidad paralizar la actividad de las instalaciones sigue sobre la mesa.
La casa de cultura de Noia dio cabida a una concurrida asamblea en la que se acordó dar libertad al comité de empresa para emprender las acciones necesarias para salvar los 150 puestos de trabajo de la planta. Y lo primero que harán será sentarse a hablar con los responsables del recinto para que busquen una solución. Desde hoy mismo, los representantes de la plantilla iniciarán los contactos con los alcaldes para tantear qué posibilidades hay de encontrar una salida a la delicada situación de Servia.
Comisión de seguimiento
Este cambio ha venido motivado, según explicaron desde el comité, por el anuncio de la Xunta de que convocará una comisión de seguimiento con todas las partes para intentar solventar un problema que tiene su origen en la recogida de envases ligeros de la planta, que corresponde a Ecoembes. Sin embargo, esta empresa solo se lleva el 60% de ese material, cuando en los convenios suscritos con Serra do Barbanza y con la Xunta se comprometió a recoger el 100%. Por esta razón, los trabajadores exigen que la Administración medie en el asunto y obligue a Ecoembes a cumplir lo pactado o, de lo contrario, la planta seguirá acumulando pérdidas que la abocarán al cierre.
Sin embargo, esto no quita que no vayan a realizarse movilizaciones. De hecho, aunque hay buena disposición por parte de los trabajadores, no están dispuestos a permitir plazos eternos: «Non imos esperar outros oito meses a que se senten a falar, nin dous. Imos darlle un marxe de manobra e se vemos que hai diálogo e se chega a acordos pararemos, do contrario tomaremos as medidas que sexan necesarias».
Los trabajadores de Servia han respondido a la última muestra de buena voluntad de la Xunta para mediar en el conflicto que la concesionaria del complejo mantiene con Ecoembes dando una nueva oportunidad a las partes implicadas para que encuentren una solución a un problema que ha generado medio millón de euros en pérdidas y que amenaza la continuidad de la planta. Si hace unos días se hablaba de la posibilidad de ir a la huelga ante el temor al cierre, tras la asamblea celebrada ayer se apuesta por iniciar el diálogo, de momento, con los alcaldes de la mancomunidad Serra do Barbanza, propietaria de las instalaciones. Si la medida no resulta, la posibilidad paralizar la actividad de las instalaciones sigue sobre la mesa.
La casa de cultura de Noia dio cabida a una concurrida asamblea en la que se acordó dar libertad al comité de empresa para emprender las acciones necesarias para salvar los 150 puestos de trabajo de la planta. Y lo primero que harán será sentarse a hablar con los responsables del recinto para que busquen una solución. Desde hoy mismo, los representantes de la plantilla iniciarán los contactos con los alcaldes para tantear qué posibilidades hay de encontrar una salida a la delicada situación de Servia.
Comisión de seguimiento
Este cambio ha venido motivado, según explicaron desde el comité, por el anuncio de la Xunta de que convocará una comisión de seguimiento con todas las partes para intentar solventar un problema que tiene su origen en la recogida de envases ligeros de la planta, que corresponde a Ecoembes. Sin embargo, esta empresa solo se lleva el 60% de ese material, cuando en los convenios suscritos con Serra do Barbanza y con la Xunta se comprometió a recoger el 100%. Por esta razón, los trabajadores exigen que la Administración medie en el asunto y obligue a Ecoembes a cumplir lo pactado o, de lo contrario, la planta seguirá acumulando pérdidas que la abocarán al cierre.
Sin embargo, esto no quita que no vayan a realizarse movilizaciones. De hecho, aunque hay buena disposición por parte de los trabajadores, no están dispuestos a permitir plazos eternos: «Non imos esperar outros oito meses a que se senten a falar, nin dous. Imos darlle un marxe de manobra e se vemos que hai diálogo e se chega a acordos pararemos, do contrario tomaremos as medidas que sexan necesarias».
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