:lvg: | 08/12/2009
El Ejecutivo llama a la oposición y a los municipios a suscribir un gran pacto por la ordenación territorial.
El Gobierno gallego deberá derribar el año que viene 150 viviendas ilegales en toda Galicia.
El Gobierno gallego deberá ejecutar el año que viene 150 órdenes de demolición dictaminadas por la Justicia. Se trata de viviendas que incumplen la legalidad urbanística y en cuyos procesos ya se han agotado todas las vías judiciales. Es decir, que sobre todos ellos hay ya sentencias definitivas. Lejos de ser un caso aislado, el episodio de A Guarda volverá a repetirse en los próximos meses. De hecho, la Xunta -concretamente la Axencia Galega de Legalidade Urbanística- tiene reservado para el 2010 un presupuesto de 600.000 euros destinado a costear aquellas demoliciones que el propietario del inmueble se niegue a afrontar.
Los desmanes urbanísticos de la comunidad gallega han colocado en la primera línea del debate la pregunta de hasta qué punto es el ciudadano el que tiene que pagar las consecuencias de haber recibido un permiso para edificar que infringía el marco normativo. En el caso de A Guarda, tanto el Concello como los propietarios argumentan que las licencias se otorgaron en base a un plan que tenía el visto bueno de la Administración gallega. Pero desde el Ejecutivo de Feijoo se recuerda que la consellería responsable -entonces en manos de Xosé Cuíña- ya envió en el 2001 varios requerimientos al municipio pontevedrés en los que se le recordaba que tales permisos incumplían el marco normativo. «La gente debe de comprender que nosotros, con una sentencia firme, tenemos que aplicar la legalidad; entiendo que es muy doloroso porque la propiedad es algo muy personal, muy sentimental; nuestra obligación como gobernantes es suscribir un gran pacto con todos para que esto no se repita dentro de diez años», explica Agustín Hernández, conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras.
Las 150 órdenes judiciales de demolición que la Xunta deberá ejecutar en el 2010 son más del doble de las que ya se han llevado a cabo en el 2009 (unas 36, en total). El conselleiro responsable del urbanismo y de la ordenación del territorio recuerda que este escenario es fruto de los desmanes de los concellos, pero también de una Xunta que en los primeros años noventa tenía como prioridad resolver el atraso de las infraestructuras. «Yo no creo que sea una cuestión de buscar un culpable; hay muchas razones, pero suelo decir que durante muchos años esta cuestión tampoco fue una prioridad de la sociedad y, por tanto, tampoco de sus gobernantes», agrega Hernández. Por ahora, se está a la espera de conocer cómo queda la normativa para la construcción en la franja litoral. El bipartito hizo de la prohibición de edificar a menos de 500 metros una de sus banderas contra la marbellización, pero el Ejecutivo de Feijoo hará excepciones. De momento se desconoce en cuántos concellos o en qué porcentaje de la costa se mantendrá o se levantará el veto. En las filas de la oposición, tanto socialistas como nacionalistas creen que la Xunta pospondrá las directrices de ordenación del territorio hasta después de las municipales para evitar el coste electoral.
¿Habrá alguna demolición pendiente en nuestro Ayuntamiento?
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