Como manda la tradición, Jealsa y Frinsa celebraron sus fiestas navideñas.
Fuera gorros; adiós a las batas blancas.... Y bienvenidos los elegantes vestidos, los peinados de peluquería y los altos tacones. Empleados y directivos de Frinsa y Jealsa se pusieron de tiros largos para participar, como manda la tradición, en sus fiestas de Navidad. En ambos casos, los profesionales disfrutaron del menú preparado para la ocasión después de recibir un mensaje tranquilizador. Tanto Jesús Alonso como Ramiro Carregal aseguraron ante sus plantillas que, pese a los malos tiempos económicos, se aguantó el tirón y el ejercicio se cierra con buenos resultados.
En Ribeira, los trabajadores de Frinsa se dieron cita en el polideportivo de Coroso. Antes de dar paso a la cena, disfrutaron de unos aperitivos. Luego, tocó degustar un menú servido por el restaurante Baiuca y consistente en cigalas, un plato de carne y postre. Nada más terminar, la música hizo acto de presencia y el ritmo de Mar provocó que los más bailarines se pusiesen en acción. Como anécdota, antes de que las mesas quedasen despejadas y la pista de baile se llenase, el presidente de Frinsa, Ramiro Carregal, se encargó de sacar fotografías del personal en cada mesa.
Cuidada presentación
En Boiro, la cita con la fiesta mantuvo el tradicional escenario: O Bodión. En esta ocasión, unos pinchos con cuidada presentación y servidos por Chicolino fueron los protagonistas del menú. Hubo, por ejemplo, cazuelitas de mejillón y canapés con salmón y queso. Luego, repostería variada y cava. Y, como no podía ser de otra manera, la música tampoco faltó a la concurrida cita.
Por si con comer y bailar fuese poco, algunos operarios de las compañías se fueron de la cena con premios bajo en brazo. En Ribeira, se sorteó un vale de seis mil euros y varios de una cantidad menor. En Boiro, viajes a Canarias. Toda una fiesta.
La Voz de Galicia 20/12/2009
* Aunque las conserveras Jealsa y Frinsa no son de Porto do Son, es sabido que muchas mujeres de este Ayuntamiento tienen allí su empleo.
Lamentablemente las dos conserveras que teníamos en O Son y Portosín desaparecieron para ser ocupadas por viviendas y la instalada en Noal, nunca abrió sus puertas.
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