Cientos de vecinos acompañaron a la Virgen del Carmen desde la Atalaia hasta la explanada portuaria, donde fue subida a bordo del «Arela» para surcar la bahía.
Los sonenses se vistieron ayer de gala para celebrar el día grande de las Festas do Carme. Minutos antes del mediodía, la calle que conduce hacia la capilla de la Atalaia era un hervidero de gente. ¿Hacia dónde se encaminaban? Al interior del templo, en donde tendría lugar la misa solemne que precede a la tradicional procesión que rinde tributo a la Virgen del Carmen, la patrona por excelencia de los marineros.
Sobre la una de la tarde, y tras el acto litúrgico, la imagen de la santa salía de la capilla de la Atalaia ante la atenta mirada de centenares de personas que se apelotonaban en las inmediaciones del templo para acompañarla a lo largo de su recorrido por las calles de la localidad. Aunque en esta ocasión, y a diferencia de lo que venía sucediendo otros años, la procesión se realizó por la mañana, la santa contó con un buen número de fieles que no solo hicieron piña a su alrededor, sino que también la llevaron a hombros durante todo el trayecto.
Así, siete hombres, todos ellos relacionados en el mundo marítimo, se encargaron este año de portar a la santa hasta el engalanado Arela. El buque, propiedad del armador sonense Fernando Queiruga, fue el encargado de llevar a la virgen durante su recorrido por la bahía sonense.
Pero antes de que la imagen se subiese a la embarcación para hacer la ofrenda floral en recuerdo de los fallecidos en el mar, la procesión hizo una parada en la plaza de España, en donde, tanto los vecinos como los miembros del coro Aturuxo le cantaron la Salve. En este momento, y con la emoción a flor de piel, varios niños entonaron diversos fragmentos del cántico. No faltaron pequeños que aseguraron que sus abuelos les estaban enseñando la oración. Y es que, Porto do Son, como buena villa marinera que es, desea que la procesión en honor de la patrona del mar perdure durante muchos años.
Ofrenda floral
Acompañada por el sonido de los tambores de la Cofradía del Sagrado Corazón de Jesús y de once niños que este año recibieron la primera comunión, la Virgen del Carmen fue subida al Arela, un barco propiedad del armador que encontró en el mar el cuerpo del malogrado patrón del Furacán, recientemente fallecido en accidente frente a las costa de Portosín, para dirigirse hacia el interior de la bahía sonense.
Los sonenses se vistieron ayer de gala para celebrar el día grande de las Festas do Carme. Minutos antes del mediodía, la calle que conduce hacia la capilla de la Atalaia era un hervidero de gente. ¿Hacia dónde se encaminaban? Al interior del templo, en donde tendría lugar la misa solemne que precede a la tradicional procesión que rinde tributo a la Virgen del Carmen, la patrona por excelencia de los marineros.
Sobre la una de la tarde, y tras el acto litúrgico, la imagen de la santa salía de la capilla de la Atalaia ante la atenta mirada de centenares de personas que se apelotonaban en las inmediaciones del templo para acompañarla a lo largo de su recorrido por las calles de la localidad. Aunque en esta ocasión, y a diferencia de lo que venía sucediendo otros años, la procesión se realizó por la mañana, la santa contó con un buen número de fieles que no solo hicieron piña a su alrededor, sino que también la llevaron a hombros durante todo el trayecto.
Así, siete hombres, todos ellos relacionados en el mundo marítimo, se encargaron este año de portar a la santa hasta el engalanado Arela. El buque, propiedad del armador sonense Fernando Queiruga, fue el encargado de llevar a la virgen durante su recorrido por la bahía sonense.
Pero antes de que la imagen se subiese a la embarcación para hacer la ofrenda floral en recuerdo de los fallecidos en el mar, la procesión hizo una parada en la plaza de España, en donde, tanto los vecinos como los miembros del coro Aturuxo le cantaron la Salve. En este momento, y con la emoción a flor de piel, varios niños entonaron diversos fragmentos del cántico. No faltaron pequeños que aseguraron que sus abuelos les estaban enseñando la oración. Y es que, Porto do Son, como buena villa marinera que es, desea que la procesión en honor de la patrona del mar perdure durante muchos años.
Ofrenda floral
Acompañada por el sonido de los tambores de la Cofradía del Sagrado Corazón de Jesús y de once niños que este año recibieron la primera comunión, la Virgen del Carmen fue subida al Arela, un barco propiedad del armador que encontró en el mar el cuerpo del malogrado patrón del Furacán, recientemente fallecido en accidente frente a las costa de Portosín, para dirigirse hacia el interior de la bahía sonense.
Un buque y varias embarcaciones pequeñas, donde pudieron subirse todos aquellos que lo desearon, acompañaron al Arela en su recorrido por las aguas de la ría de Muros-Noia. Acto seguido, y una vez que las bombas de palenque dejaron de explotar, la corona fue arrojada al mar por un miembro de la tripulación del Arela. Así, y tras dar las tres vuelas de rigor a la corona de flores, la santa regresó a puerto para descansar, hasta el próximo año, en la capilla de la Atalaia.
La Voz de Galicia 09/09/09
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