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El precio medio supera los 6 euros, el doble que el año pasado en estas fechas
7,30: Muros. Precio máximo alcanzado los días 5, 6 y 11 de julio
8,05: Ribeira. Mayor cotización desde la apertura de la veda
7,50: Porto do Son. En la rula sonense, el valor no bajó de los 5,10 euros
Una semana ha transcurrido desde la apertura de la veda del pulpo y, a tenor del comportamiento de los mercados, parece que un mes ha sido suficiente para incrementar las ansias por este recurso. Las escasez del producto -algunos profesionales comentan que echan en el mar todas las horas permitidas y solo logran traer a tierra la mitad del tope- parece ser la causa de que los precios se hayan disparado.
El valor medio alcanzado por el cefalópodo en los seis días transcurridos desde que se levantó la prohibición de capturarlo supera los seis euros, lo que representa el doble que el año pasado en estas mismas fechas, cuando en las subastas de las lonjas de Muros, Ribeira y Porto do Son la cotización media oscilaba entre los 3,20 euros y los 3,35.
Cifras de hace dos años
En el caso ribeirense, la cotización máxima ha llegado a los ocho euros y, según explica el administrador de la rula, hacía al menos dos años que no alcanzaba un valor tan alto. Por lo que respecta a Porto do Son, los precios también mantienen unos niveles elevados, por lo que la mayoría de los profesionales optan por comercializar sus capturas en la localidad.
Un marinero ribeirense, Antonio Suárez, señala que la causa de esta importante alza de precios se debe a que entra menos cefalópodo de fuera, lo que propicia que los compradores pujen por el producto. Sin embargo, este profesional critica que a las embarcaciones pequeñas se les obligue a trabajar en la zona del parque Illas Atlánticas «e os arrastreros traballan dentro. É un agravio comparativo porque nós vivimos todo o ano do polbo».
Desde la apertura de la veda, se han subastado en las lonjas de Ribeira, Muros y Porto do Son cerca de 30.000 kilogramos de cefalópodo, con unas cotizaciones mínimas que en ningún caso han descendido de los cinco euros.
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Un marinero ribeirense, Antonio Suárez, señala que la causa de esta importante alza de precios se debe a que entra menos cefalópodo de fuera, lo que propicia que los compradores pujen por el producto. Sin embargo, este profesional critica que a las embarcaciones pequeñas se les obligue a trabajar en la zona del parque Illas Atlánticas «e os arrastreros traballan dentro. É un agravio comparativo porque nós vivimos todo o ano do polbo».
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