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El suelo urbano de la comarca ha duplicado su cotización durante la última década. Al menos en lo que se refiere al valor catastral del terreno, actualizado anualmente por la Dirección General del Catastro, y de las construcciones existentes.
Si en el año 2000 este organismo, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, valoraba en algo más de 1,5 millones de euros el terreno edificado o susceptible de serlo en el conjunto de los once municipios de la zona, en la actualidad esta cifra se dispara por encima de los 3,2 millones.
En este significativo repunte del valor catastral, superior incluso al de comarcas limítrofes de A Costa da Morte o del área compostelana, ha tenido influencia no solo en el crecimiento experimentado por el sector inmobiliario en los últimos años, sino también en el repunte de la superficie calificada como urbana.
Situación por concellos
Actualmente hay casi 39 millones de metros cuadrados que tienen la consideración de urbanos en los distintos planeamientos municipales, casi diez millones más que hace una década.
Por municipios, Ribeira y Boiro son los territorios de la zona en los que más ha crecido el número de parcelas calificadas como urbanas, con un incremento del 62% y 47%, respectivamente. Del mismo modo, en estos dos ayuntamientos es donde más se ha revalorizado este tipo de suelo. En el caso ribeirense se ha triplicado, hasta situarse al borde de los 1.000 millones de valor catastral total, y en el territorio boirense se ha duplicado, hasta alcanzar los 700 millones.
En el otro extremo se encuentran Outes y Mazaricos, que pasan por ser los ayuntamientos en los que menos se ha ampliado y encarecido el terreno urbano en la última década. La superficie outiense que cuenta con esa clasificación apenas se ha revalorizado un 30%, hasta el total de 105 millones de euros. La mazaricana se sitúa en la cola de la comarca, con un importe catastral superior solo un 6% al de hace diez años y un montante global de 45,2 millones.
Solo los municipios de Noia y Rianxo cambiaron, en la última década, el porcentaje que aplican a los distintos valores catastrales para liquidar a los propietarios el importe relativo al IBI. El primero aumentó del 0,45% al 0,51% el tipo impositivo y el segundo lo subió del 0,45% del año 2001 al 0,55% actual.
El resto de concellos mantienen el mismo gravamen que hace diez años, del 0,4% del valor catastral, salvo Lousame, donde es del 0,55%. Un inmueble con un valor medio de 80.000 euros pagaría 120 euros más si se ubica en Lousame o Rianxo que en cualquier otro municipio.
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Crecimiento
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En este significativo repunte del valor catastral, superior incluso al de comarcas limítrofes de A Costa da Morte o del área compostelana, ha tenido influencia no solo en el crecimiento experimentado por el sector inmobiliario en los últimos años, sino también en el repunte de la superficie calificada como urbana.
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En el otro extremo se encuentran Outes y Mazaricos, que pasan por ser los ayuntamientos en los que menos se ha ampliado y encarecido el terreno urbano en la última década. La superficie outiense que cuenta con esa clasificación apenas se ha revalorizado un 30%, hasta el total de 105 millones de euros. La mazaricana se sitúa en la cola de la comarca, con un importe catastral superior solo un 6% al de hace diez años y un montante global de 45,2 millones.
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