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Centenares de personas participaron en la manifestación de Ribeira
Unidad de la clase trabajadora frente a una reforma laboral que elimina los derechos conseguidos durante años de lucha fue la consigna lanzada por los representantes comarcales de UGT, CC.?OO. y CIG en la manifestación celebrada ayer en Ribeira.
Al grito de «con este Goberno imos ao inferno» y «contra a reforma laboral, folga xeral», los manifestantes, unos 1.500 según la Policía Local, y más de 3.000, según las organizaciones sindicales, salieron de la calle Galicia en dirección de la plaza del Concello.
Los representantes de los sindicatos incidieron en que los recortes previstos por el Gobierno son un atentado a las libertades de los trabajadores, los estrangulan y les obligan a «traballar polo caldo».
Xan García, de la CIG, abogó por un cambio político radical, mientras que Xosé Lamela, de CC.?OO. aseguró que «non podemos aceptar que o país evolucione convertíndonos en escravos». El responsable de UGT, Antonio Santamaría, instó a Rajoy a aplicar un ERE a alguno de sus ministros y apuntó: «Cartos hainos, pero para os curas e para a Casa Real».
Los dirigentes también advirtieron que posiblemente esta sería la última huelga general, porque afirmaron que el Gobierno tiene en cartera un cambio en la actual ley.
Satisfacción
Las organizaciones valoraron de forma positiva la jornada de huelga, que se desarrolló sin incidentes en la comarca. Cifraron la participación en el sector industrial por encima del 80%, asegurando que prácticamente no se registraba actividad en los polígonos.
En cuanto a la rama de los servicios, la participación fue más desigual. De hecho, tanto Teresa Vidal, de CIG, como Lamela se mostraron críticos con la actitud de los comerciantes e indicaron: «Se nós non temos cartos, eles non venden». La jornada se desarrolló sin incidentes.
Más información en las páginas 2 a 9 (sección A Fondo)
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Sin incidencias graves por la huelga en Barbanza
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Al grito de «con este Goberno imos ao inferno» y «contra a reforma laboral, folga xeral», los manifestantes, unos 1.500 según la Policía Local, y más de 3.000, según las organizaciones sindicales, salieron de la calle Galicia en dirección de la plaza del Concello.
Los representantes de los sindicatos incidieron en que los recortes previstos por el Gobierno son un atentado a las libertades de los trabajadores, los estrangulan y les obligan a «traballar polo caldo».
Xan García, de la CIG, abogó por un cambio político radical, mientras que Xosé Lamela, de CC.?OO. aseguró que «non podemos aceptar que o país evolucione convertíndonos en escravos». El responsable de UGT, Antonio Santamaría, instó a Rajoy a aplicar un ERE a alguno de sus ministros y apuntó: «Cartos hainos, pero para os curas e para a Casa Real».
Los dirigentes también advirtieron que posiblemente esta sería la última huelga general, porque afirmaron que el Gobierno tiene en cartera un cambio en la actual ley.
Satisfacción
Las organizaciones valoraron de forma positiva la jornada de huelga, que se desarrolló sin incidentes en la comarca. Cifraron la participación en el sector industrial por encima del 80%, asegurando que prácticamente no se registraba actividad en los polígonos.
En cuanto a la rama de los servicios, la participación fue más desigual. De hecho, tanto Teresa Vidal, de CIG, como Lamela se mostraron críticos con la actitud de los comerciantes e indicaron: «Se nós non temos cartos, eles non venden». La jornada se desarrolló sin incidentes.
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