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Un gran sabor de boca. Eso es lo que dejó el campeonato del Mundo de Platú 25 disputado en aguas de la ría de Muros-Noia y que organizó el Real Club Náutico de Portosín. La directiva está muy satisfecha por el desarrollo de la competición. Fue perfecta, según apuntaron desde la entidad y también los participantes. El presidente del Náutico, Fernando González, señaló que esperan que lo acontecido no sea una anécdota sino todo lo contrario, «una idea para dar un salto importante y que tenga continuidad a nivel internacional con la disputa en nuestra ría de competiciones de primer nivel», subrayó.
Tras cruzar la línea de meta el último velero, el club comenzó a hacer balance. Y no puede ser más positivo. Para el responsable de la entidad, en lo deportivo fue «extraordinario». En este sentido, comentó que estuvieron las mejores embarcaciones del mundo en esta modalidad de vela. Prueba de ello es que los diez primeros también estuvieron entre los mejores en el último campeonato disputado en Italia y el ganador de esta edición se decidió «en la última manga y en el último minuto. Fue muy emocionante», apuntó el presidente.
Menos participantes
El único aspecto negativo que apreció la organización fue un pequeño descenso de competidores. En este sentido, Fernando González comentó que la crisis se notó a la hora de desplazarse hasta Galicia de algunos regatistas y en especial de Italia y Portugal por la falta de apoyos económicos. Aún así, «estuvieron los mejores».
Otro de los aspectos positivos que trajo el campeonato para el Náutico de Portosín fue la puesta de largo de la entidad a nivel internacional. Y es que «ahora tanto el club como el municipio son conocidos en casi todo el mundo relacionado con la vela pues aparecimos en los medios de comunicación y en revistas especializadas». Esta publicidad repercutirá de forma muy positiva en el aumento del «tránsito de veleros por nuestras instalaciones procedentes de todo el mundo», explicó.
La intención de la directiva es que la puesta de largo a nivel internacional del club no sea una simple anécdota y entre sus obteivos destaca la consecución de pruebas en las que estén presentes los mejores veleros del mundo.
Una de las ilusiones del presidente en la actualidad es que Portosín pueda albergar un campeonato de España de la clase optimist en la que los protagonistas son los niños.
Tras cruzar la línea de meta el último velero, el club comenzó a hacer balance. Y no puede ser más positivo. Para el responsable de la entidad, en lo deportivo fue «extraordinario». En este sentido, comentó que estuvieron las mejores embarcaciones del mundo en esta modalidad de vela. Prueba de ello es que los diez primeros también estuvieron entre los mejores en el último campeonato disputado en Italia y el ganador de esta edición se decidió «en la última manga y en el último minuto. Fue muy emocionante», apuntó el presidente.
Menos participantes
El único aspecto negativo que apreció la organización fue un pequeño descenso de competidores. En este sentido, Fernando González comentó que la crisis se notó a la hora de desplazarse hasta Galicia de algunos regatistas y en especial de Italia y Portugal por la falta de apoyos económicos. Aún así, «estuvieron los mejores».
Otro de los aspectos positivos que trajo el campeonato para el Náutico de Portosín fue la puesta de largo de la entidad a nivel internacional. Y es que «ahora tanto el club como el municipio son conocidos en casi todo el mundo relacionado con la vela pues aparecimos en los medios de comunicación y en revistas especializadas». Esta publicidad repercutirá de forma muy positiva en el aumento del «tránsito de veleros por nuestras instalaciones procedentes de todo el mundo», explicó.
La intención de la directiva es que la puesta de largo a nivel internacional del club no sea una simple anécdota y entre sus obteivos destaca la consecución de pruebas en las que estén presentes los mejores veleros del mundo.
Una de las ilusiones del presidente en la actualidad es que Portosín pueda albergar un campeonato de España de la clase optimist en la que los protagonistas son los niños.
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