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Decenas de personas se movilizaron para que se anulen las multas a quienes no tributaron la pensión del extranjero
La Agencia Tributaria ha hecho temblar a centenares de barbanzanos, emigrantes retornados a los que se les imponen sanciones por no haber declarado sus pagas del extranjero. Ayer fueron muchos los que se plantaron frente la oficina de Hacienda en Santa Uxía para alzar la voz y pedir «un trato xusto». Los afectados desplegaron una pancarta en la que podía leerse: «Os pensionistas somos traballadores, non defraudadores». Hicieron mucho ruido, incluso hubo quien no dudó en golpear cacharros de cocina para mostrar su indignación.
Las sanciones se están remitiendo de forma paulatina y por ello en la protesta también se dieron cita pensionistas que temen que la notificación llegue pronto a sus hogares. En esta se les informara de que están obligados a tributar por las pensiones que reciben por los trabajos realizados en la emigración. Las multas alcanzan, en algunos casos, los 20.000 euros. Una cifra que para la gran mayoría se presenta inasumible.
La plataforma de emigrantes retornados de Arousa norte presentó un escrito en la oficina en el que piden la anulación de los expedientes sancionadores, que se revoquen los ya iniciados y se devuelva lo pagado y que se modifique la ley para garantizar la igualdad de trato para los emigrantes retornados. Y es que cabe recordar que el Ministerio de Economía y Hacienda está aplicando una norma aprobada en el año 2006 para exigir estos pagos.
«Non hai perdón»
En este mismo documento que se hizo llegar ayer a la oficina de ribeirense puede leerse: «É inmoral que nos persigan e nos traten coma defraudadores, mentres que o Goberno aproba unha lei para concederlle amnistía aos evasores fiscais. Nós non queremos amnistías de ningún tipo, porque non as necesitamos, nós somos traballadores, non defraudadores».
Los afectados mantienen que en los consulados, asesorías y agencias tributarias se les informaba de que las pensiones de los países extranjeros no había que declararlas.
La desesperación sigue haciendo mella en muchas familias y es por ello que la lucha de estos emigrantes retornados de Barbanza parece no haber hecho más que empezar.
La Agencia Tributaria ha hecho temblar a centenares de barbanzanos, emigrantes retornados a los que se les imponen sanciones por no haber declarado sus pagas del extranjero. Ayer fueron muchos los que se plantaron frente la oficina de Hacienda en Santa Uxía para alzar la voz y pedir «un trato xusto». Los afectados desplegaron una pancarta en la que podía leerse: «Os pensionistas somos traballadores, non defraudadores». Hicieron mucho ruido, incluso hubo quien no dudó en golpear cacharros de cocina para mostrar su indignación.
Las sanciones se están remitiendo de forma paulatina y por ello en la protesta también se dieron cita pensionistas que temen que la notificación llegue pronto a sus hogares. En esta se les informara de que están obligados a tributar por las pensiones que reciben por los trabajos realizados en la emigración. Las multas alcanzan, en algunos casos, los 20.000 euros. Una cifra que para la gran mayoría se presenta inasumible.
La plataforma de emigrantes retornados de Arousa norte presentó un escrito en la oficina en el que piden la anulación de los expedientes sancionadores, que se revoquen los ya iniciados y se devuelva lo pagado y que se modifique la ley para garantizar la igualdad de trato para los emigrantes retornados. Y es que cabe recordar que el Ministerio de Economía y Hacienda está aplicando una norma aprobada en el año 2006 para exigir estos pagos.
«Non hai perdón»
En este mismo documento que se hizo llegar ayer a la oficina de ribeirense puede leerse: «É inmoral que nos persigan e nos traten coma defraudadores, mentres que o Goberno aproba unha lei para concederlle amnistía aos evasores fiscais. Nós non queremos amnistías de ningún tipo, porque non as necesitamos, nós somos traballadores, non defraudadores».
Los afectados mantienen que en los consulados, asesorías y agencias tributarias se les informaba de que las pensiones de los países extranjeros no había que declararlas.
La desesperación sigue haciendo mella en muchas familias y es por ello que la lucha de estos emigrantes retornados de Barbanza parece no haber hecho más que empezar.
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