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Los alumnos celebraron el Samaín entre sustos y disfraces de terror
Solo un examen sorpresa de Matemáticas podría dar tanto miedo como el Samaín en los colegios de Barbanza. Monstruos, brujas, diablillos y hasta zombis se colaron entre las aulas para asustar a los alumnos. Lo importante era causar terror y los niños lo lograron con creces. La fiesta de ayer también fue un ensayo de cara al carnaval y hubo muchos pequeños que decidieron sacar del armario los disfraces más escalofriantes.
Las luces se apagaron para representar escenas de pánico. Ocurrió en el colegio María Assumpta de Noia, donde los alumnos más mayores se propusieron el reto de asustar a los pequeños y hacerles pasar, al mismo tiempo, un buen rato. Además de algún que otro grito, se escucharon carcajadas.
Los profesores fueron los encargados de dar miedo en el gimnasio del Praia Xardín de Boiro. Allí escenificaron una obra de teatro similar a Caperucita roja pero adaptada al Samaín y que puso los ojos como platos a un público de muy corta edad. También se expusieron calabazas, como ocurrió en el colegio de Palmeira y en la mayor parte de los centros educativos barbanzanos. Originales diseños dejaron boquiabiertos a docentes y estudiantes.
Maquillaje y magia
Tampoco fueron baladí las actividades que se ofrecieron en el colegio O Grupo con motivo del Samaín, una celebración que engancha a las nuevas generaciones a pesar de llegar de la más profunda tradición. En este colegio ribeirense los niños lucieron vistosos disfraces. Eso sí, alguno tuvo que acompañarlo del abrigo al no estar el día demasiado caluroso. Talleres de maquillaje y hasta magia inundaron los rincones del centro.
También en la capital barbanzana, pero en Frións, los niños vivieron el Samaín con gran ilusión. Unos personajes de miedo recorrieron las aulas.
Esta fiesta que cada vez está más arraigada en la sociedad barbanzana nada tiene que envidiar a Halloween.
Solo un examen sorpresa de Matemáticas podría dar tanto miedo como el Samaín en los colegios de Barbanza. Monstruos, brujas, diablillos y hasta zombis se colaron entre las aulas para asustar a los alumnos. Lo importante era causar terror y los niños lo lograron con creces. La fiesta de ayer también fue un ensayo de cara al carnaval y hubo muchos pequeños que decidieron sacar del armario los disfraces más escalofriantes.
Las luces se apagaron para representar escenas de pánico. Ocurrió en el colegio María Assumpta de Noia, donde los alumnos más mayores se propusieron el reto de asustar a los pequeños y hacerles pasar, al mismo tiempo, un buen rato. Además de algún que otro grito, se escucharon carcajadas.
Los profesores fueron los encargados de dar miedo en el gimnasio del Praia Xardín de Boiro. Allí escenificaron una obra de teatro similar a Caperucita roja pero adaptada al Samaín y que puso los ojos como platos a un público de muy corta edad. También se expusieron calabazas, como ocurrió en el colegio de Palmeira y en la mayor parte de los centros educativos barbanzanos. Originales diseños dejaron boquiabiertos a docentes y estudiantes.
Maquillaje y magia
Tampoco fueron baladí las actividades que se ofrecieron en el colegio O Grupo con motivo del Samaín, una celebración que engancha a las nuevas generaciones a pesar de llegar de la más profunda tradición. En este colegio ribeirense los niños lucieron vistosos disfraces. Eso sí, alguno tuvo que acompañarlo del abrigo al no estar el día demasiado caluroso. Talleres de maquillaje y hasta magia inundaron los rincones del centro.
También en la capital barbanzana, pero en Frións, los niños vivieron el Samaín con gran ilusión. Unos personajes de miedo recorrieron las aulas.
Esta fiesta que cada vez está más arraigada en la sociedad barbanzana nada tiene que envidiar a Halloween.
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