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El centro ubicado en Oleiros manejará en el 2012 unos 23 millones
En estos tiempos en los que la palabra recortes parece colarse por todos los rincones de la Administración, el hospital barbanzano puede sacar pecho, ya que su presupuesto para el 2012 prácticamente se mantiene -o incluso sube muy ligeramente- con respecto al 2011. Aunque también hay que decir que el dinero estaba ya muy ajustado, puesto que el año pasado sí se había metido un ligero tijeretazo. Pero más grave es otra cuestión: en el documento económico del Sergas, en el que hay partidas para algunas obras en otros hospitales gallegos, no se consigna ni un solo euro para grandes mejoras prometidas en el complejo de Oleiros.
Con las elecciones autonómicas pisándoles los pies, todos los pesos pesados del PP prometieron que la unidad de salud mental sería realidad si ellos gobernaban. El propio Feijoo habló de ese asunto en un mitin en A Fieiteira, ya que le echaba en cara al bipartito que no la hubiese hecho realidad en cuatro años. El Partido Popular alcanzó el poder, hubo problemas con los terrenos y las promesas se esfumaron. Los conservadores nunca llegaron a poner un euro sobre la mesa para esta cuestión. Y así continúa la cosa.
Tampoco se dice nada en los presupuestos de una vieja reivindicación de los políticos barbanzanos, entre los que se encuentran miembros destacados del PP. Se trata de una posible ampliación del hospital, cosa que en estos momentos de recortes económicos suena a humareda total y absoluta.
Para el día a día
De esta manera, el hospital debe conformarse de momento con los casi 23 millones que le adjudica la Xunta para su funcionamiento del día a día. De ellos, un total de 15,8 millones se destinarán para pagar al personal. En material sanitario, maquinaria o similares se invertirán 6,6 millones de euros. Y el medio millón que queda es para transferencias a sociedades que prestan servicio al hospital o para pagar recetas médicas.
Con estas cifras, el hospital cuenta con casi 350 euros por cada potencial usuario. El centro da servicio a ribeirenses, pobrenses, sonenses y boirenses.
En estos tiempos en los que la palabra recortes parece colarse por todos los rincones de la Administración, el hospital barbanzano puede sacar pecho, ya que su presupuesto para el 2012 prácticamente se mantiene -o incluso sube muy ligeramente- con respecto al 2011. Aunque también hay que decir que el dinero estaba ya muy ajustado, puesto que el año pasado sí se había metido un ligero tijeretazo. Pero más grave es otra cuestión: en el documento económico del Sergas, en el que hay partidas para algunas obras en otros hospitales gallegos, no se consigna ni un solo euro para grandes mejoras prometidas en el complejo de Oleiros.
Con las elecciones autonómicas pisándoles los pies, todos los pesos pesados del PP prometieron que la unidad de salud mental sería realidad si ellos gobernaban. El propio Feijoo habló de ese asunto en un mitin en A Fieiteira, ya que le echaba en cara al bipartito que no la hubiese hecho realidad en cuatro años. El Partido Popular alcanzó el poder, hubo problemas con los terrenos y las promesas se esfumaron. Los conservadores nunca llegaron a poner un euro sobre la mesa para esta cuestión. Y así continúa la cosa.
Tampoco se dice nada en los presupuestos de una vieja reivindicación de los políticos barbanzanos, entre los que se encuentran miembros destacados del PP. Se trata de una posible ampliación del hospital, cosa que en estos momentos de recortes económicos suena a humareda total y absoluta.
Para el día a día
De esta manera, el hospital debe conformarse de momento con los casi 23 millones que le adjudica la Xunta para su funcionamiento del día a día. De ellos, un total de 15,8 millones se destinarán para pagar al personal. En material sanitario, maquinaria o similares se invertirán 6,6 millones de euros. Y el medio millón que queda es para transferencias a sociedades que prestan servicio al hospital o para pagar recetas médicas.
Con estas cifras, el hospital cuenta con casi 350 euros por cada potencial usuario. El centro da servicio a ribeirenses, pobrenses, sonenses y boirenses.
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