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El pleno de la corporación se convirtió en un debate con constantes alusiones a la historia reciente del municipio
Acudir a un pleno de la corporación sonense y seguir su desarrollo sin perder el hilo del discurso requiere contar con unos conocimientos previos sobre la historia reciente del municipio. Esto fue así, al menos, en la sesión plenaria celebrada ayer, en la que gobierno y oposición se cruzaron reproches sobre lo que habían hecho o dejado de hacer en anteriores mandatos. Como telón de fondo de la discusión, la deuda con los proveedores.
Este fue uno de los asuntos centrales del debate gracias a cuatro operaciones de crédito propuestas por el gobierno local y una moción del BNG exigiendo que se destinase el remanente de tesorería de más de 870.000 euros para pagar todas las facturas pendientes de años anteriores, estableciendo como criterio la antigüedad. Los créditos tenían esta finalidad, pero para el pago no se siguió la regla sugerida por los nacionalistas.
Esto sirvió para que los ediles de uno y otro bando volviesen la vista atrás para culparse de la deuda con empresas y proveedores y recordar las posturas que mantenía cada cual cuando los papeles en la corporación estaban intercambiados. El debate no llevó a ningún lado y finalmente el gobierno sacó adelante los créditos y la moción del BNG quedó en el tintero.
Tampoco fue posible que gobierno y oposición se pusieran de acuerdo para aprobar unánimemente una moción contra la violencia de género, ya que PSOE y BNG presentaron una propuesta alternativa por entender que la planteada por el gobierno local carecía de contenido y se quedaba en una mera declaración de intenciones.
Sí hubo unanimidad, pero también reproches alusivos a mandatos anteriores por los sucesivos retrasos, en la adjudicación de la obra de la piscina, pese a que no faltó en el gobierno quien reconociese que no es el mejor momento para realizar una inversión de este tipo.
Horario
El ejecutivo sonense también aprobó la revisión de la ordenanza que regula las tasas por el servicio de abastecimiento y, entre punto y punto del orden del día, PSOE y BNG volvieron a insistir en su malestar con el horario de los plenos y a demandar al gobierno que reconsiderase su postura al respecto.
Acudir a un pleno de la corporación sonense y seguir su desarrollo sin perder el hilo del discurso requiere contar con unos conocimientos previos sobre la historia reciente del municipio. Esto fue así, al menos, en la sesión plenaria celebrada ayer, en la que gobierno y oposición se cruzaron reproches sobre lo que habían hecho o dejado de hacer en anteriores mandatos. Como telón de fondo de la discusión, la deuda con los proveedores.
Este fue uno de los asuntos centrales del debate gracias a cuatro operaciones de crédito propuestas por el gobierno local y una moción del BNG exigiendo que se destinase el remanente de tesorería de más de 870.000 euros para pagar todas las facturas pendientes de años anteriores, estableciendo como criterio la antigüedad. Los créditos tenían esta finalidad, pero para el pago no se siguió la regla sugerida por los nacionalistas.
Esto sirvió para que los ediles de uno y otro bando volviesen la vista atrás para culparse de la deuda con empresas y proveedores y recordar las posturas que mantenía cada cual cuando los papeles en la corporación estaban intercambiados. El debate no llevó a ningún lado y finalmente el gobierno sacó adelante los créditos y la moción del BNG quedó en el tintero.
Tampoco fue posible que gobierno y oposición se pusieran de acuerdo para aprobar unánimemente una moción contra la violencia de género, ya que PSOE y BNG presentaron una propuesta alternativa por entender que la planteada por el gobierno local carecía de contenido y se quedaba en una mera declaración de intenciones.
Sí hubo unanimidad, pero también reproches alusivos a mandatos anteriores por los sucesivos retrasos, en la adjudicación de la obra de la piscina, pese a que no faltó en el gobierno quien reconociese que no es el mejor momento para realizar una inversión de este tipo.
Horario
El ejecutivo sonense también aprobó la revisión de la ordenanza que regula las tasas por el servicio de abastecimiento y, entre punto y punto del orden del día, PSOE y BNG volvieron a insistir en su malestar con el horario de los plenos y a demandar al gobierno que reconsiderase su postura al respecto.
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