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Las rocas cercanas al muelle ya destrozaron varias embarcaciones
En todos los pueblos marineros hay un cuaderno de bitácora con páginas negras; responden a las desgracias en la faena que van quedando en el recuerdo de todos. Y Porto do Son, lógicamente, no es una excepción. Anteayer, a cuenta del accidente que tuvieron los tripulantes del barco noiés Mar de Dios, los ojos de muchos vecinos miraban hacia el entorno del siniestro, A Sagrada, a escasos metros del muelle sonense. ¿Es una zona complicada, especialmente peligrosa? La gente del mar sonense dice que «non é nin boa nin mala, todo depende do que pase». Y explican lo que quieren decir con sus palabras.
Para empezar, hay que decir que A Sagrada es un sitio bien conocido por los marineros sonenses. Se trata de un pasaje habitual hacia el muelle sonense. De hecho, si uno se sitúa en la capilla de A Atalaia podrá ver navegar por ahí a decenas de embarcaciones camino del puerto. Por tanto, puede decirse que todos conocen bien sus numerosas rocas; lo escarpado de su costa y cómo sopla ahí el llamado «vento de fora».
¿Qué tiene de complicado? Que, en cuanto sopla el viento, según dicen fuentes autorizadas del mundo del mar, es muy fácil que el barco acabe en tierra. «Estás moi enriba da costa, e con calquera golpe vas á terra; non hai moita escapatoria, é unha zona bastante brava», señalaba ayer un armador.
Gran experiencia
La razón no se la quita un familiar del patrón del Mar de Dios, el último barco que se accidentó en A Sagrada: «Dígoche eu que se Juan Carlos -refiriéndose a uno de los náufragos- non deu salvado o barco, é porque non había maneira de salvalo. El naceu no mar, e o mar é o seu gran amor».
Lo cierto es que el Mar de Dios se sumó el miércoles a una lista de embarcaciones que tuvieron problemas en esta misma zona de A Sagrada. En la mente de algunos marineros sonenses están todavía frescos otros siniestros que hubo en la zona, como el del Perla o el del Arieiro. Este último accidente se registró en marzo del 2005 y, como el de esta semana, acabó bien. No en vano, cuatro tripulantes consiguieron zafarse del mar tras encallar su barco.
Pese a la nómina de siniestros en A Sagrada nadie en Porto do Son quiere hablar mal o crear leyenda negra de un lugar por el que sí o sí todos acaban pasando. Esa sensación se refleja bien en las palabras de un conocido marinero: «Non hai zonas mellores nin peores, pero o mar de cando en vez pasa factura».
En todos los pueblos marineros hay un cuaderno de bitácora con páginas negras; responden a las desgracias en la faena que van quedando en el recuerdo de todos. Y Porto do Son, lógicamente, no es una excepción. Anteayer, a cuenta del accidente que tuvieron los tripulantes del barco noiés Mar de Dios, los ojos de muchos vecinos miraban hacia el entorno del siniestro, A Sagrada, a escasos metros del muelle sonense. ¿Es una zona complicada, especialmente peligrosa? La gente del mar sonense dice que «non é nin boa nin mala, todo depende do que pase». Y explican lo que quieren decir con sus palabras.
Para empezar, hay que decir que A Sagrada es un sitio bien conocido por los marineros sonenses. Se trata de un pasaje habitual hacia el muelle sonense. De hecho, si uno se sitúa en la capilla de A Atalaia podrá ver navegar por ahí a decenas de embarcaciones camino del puerto. Por tanto, puede decirse que todos conocen bien sus numerosas rocas; lo escarpado de su costa y cómo sopla ahí el llamado «vento de fora».
¿Qué tiene de complicado? Que, en cuanto sopla el viento, según dicen fuentes autorizadas del mundo del mar, es muy fácil que el barco acabe en tierra. «Estás moi enriba da costa, e con calquera golpe vas á terra; non hai moita escapatoria, é unha zona bastante brava», señalaba ayer un armador.
Gran experiencia
La razón no se la quita un familiar del patrón del Mar de Dios, el último barco que se accidentó en A Sagrada: «Dígoche eu que se Juan Carlos -refiriéndose a uno de los náufragos- non deu salvado o barco, é porque non había maneira de salvalo. El naceu no mar, e o mar é o seu gran amor».
Lo cierto es que el Mar de Dios se sumó el miércoles a una lista de embarcaciones que tuvieron problemas en esta misma zona de A Sagrada. En la mente de algunos marineros sonenses están todavía frescos otros siniestros que hubo en la zona, como el del Perla o el del Arieiro. Este último accidente se registró en marzo del 2005 y, como el de esta semana, acabó bien. No en vano, cuatro tripulantes consiguieron zafarse del mar tras encallar su barco.
Pese a la nómina de siniestros en A Sagrada nadie en Porto do Son quiere hablar mal o crear leyenda negra de un lugar por el que sí o sí todos acaban pasando. Esa sensación se refleja bien en las palabras de un conocido marinero: «Non hai zonas mellores nin peores, pero o mar de cando en vez pasa factura».
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