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Los médicos del centro de Oleiros atendieron en sus hogares a casi 400 pacientes durante el 2012. Algunos mejoraron con una rapidez asombrosa
El popular dicho de que como en casa no se está en ningún sitio cobra todavía más sentido si el que pronuncia las palabras es un enfermo que está ingresado en el hospital. Pero hay pacientes en Barbanza que no cuentan las horas para recibir el alta. Son aquellos que se benefician de la Unidad de Hospitalización a Domicilio (HADO). La atención sanitaria traspasa las puertas de su vivienda y, a veces, como por arte de magia, hasta se curan con mayor rapidez. A nadie se le escapa que por muchas mejoras que se hagan en el centro asistencial de Oleiros, nunca se respirará el calor de un hogar.
Los profesionales sanitarios que forman parte de este servicio no solo dan, sino que también reciben. El agradecimiento de los enfermos es enorme, al igual que el de sus familiares. Cuando llaman al timbre, muchos sienten un gran alivio. Estos sanitarios tienen plena confianza en los beneficios que supone para los pacientes su trabajo, por eso se llevan a diario el hospital sobre ruedas, desde Ribeira hasta A Pobra, Boiro y Porto do Son.
Tres médicos y dos enfermeras tienen miles de kilómetros a sus espaldas. Llegan allí donde está el sufrimiento. Para ello cuentan con dos vehículos, a los que cada día se suben con todo el material necesario y el tratamiento específico que se necesita para cada dolencia. Fonendos, vendas, sueros o jeringuillas... los pinchazos parecen doler menos en casa.
Casos frecuentes
Pacientes con problemas respiratorios, cardíacos o que necesitan cuidados paliativos son los casos más frecuentes que se atienden por el servicio de hospitalización a domicilio. Cuando los enfermos están en estado terminal, el acompañamiento del médico se hace esencial. El objetivo es que sientan el mínimo dolor y que se encuentren lo más a gusto posible.
Más que doctores y enfermeras, a veces son especialistas en psicología. Saben ponerse en la piel del otro y tratar con niños a los que su enfermedad se les hace así un poco más llevadera.
Valorar que un paciente necesita la atención a domicilio es competencia de los médicos de atención primaria o incluso de urgencias. Una vez que se tramita la solicitud, los profesionales que trabajan en la unidad HADO mantienen un encuentro con los enfermos y familiares.
Ampliación del servicio
Este servicio comenzó su andadura casi al mismo tiempo que entró en funcionamiento el centro asistencial de Oleiros. Aunque en un principio se inició con un médico, la unidad se ha ido ampliando ante la demanda y el buen resultado. Tal y como han explicado desde la dirección del hospital barbanzano, no existe una previsión de seguir ampliando esta prestación, ya que en la actualidad no se encuentra saturado.
La media de tiempo que una persona necesita para recibir asistencia en su casa es de diez días, aunque aumenta en el caso de los cuidados paliativos y puede variar según las necesidades de cada enfermo.
Las familias se muestran encantadas de encontrar apoyo en los médicos para poder cuidar a los suyos en casa, aunque para ello deban implicarse en el tratamiento. El ambiente contribuye a su curación de forma asombrosa y así lo afirman los expertos.
El popular dicho de que como en casa no se está en ningún sitio cobra todavía más sentido si el que pronuncia las palabras es un enfermo que está ingresado en el hospital. Pero hay pacientes en Barbanza que no cuentan las horas para recibir el alta. Son aquellos que se benefician de la Unidad de Hospitalización a Domicilio (HADO). La atención sanitaria traspasa las puertas de su vivienda y, a veces, como por arte de magia, hasta se curan con mayor rapidez. A nadie se le escapa que por muchas mejoras que se hagan en el centro asistencial de Oleiros, nunca se respirará el calor de un hogar.
Los profesionales sanitarios que forman parte de este servicio no solo dan, sino que también reciben. El agradecimiento de los enfermos es enorme, al igual que el de sus familiares. Cuando llaman al timbre, muchos sienten un gran alivio. Estos sanitarios tienen plena confianza en los beneficios que supone para los pacientes su trabajo, por eso se llevan a diario el hospital sobre ruedas, desde Ribeira hasta A Pobra, Boiro y Porto do Son.
Tres médicos y dos enfermeras tienen miles de kilómetros a sus espaldas. Llegan allí donde está el sufrimiento. Para ello cuentan con dos vehículos, a los que cada día se suben con todo el material necesario y el tratamiento específico que se necesita para cada dolencia. Fonendos, vendas, sueros o jeringuillas... los pinchazos parecen doler menos en casa.
Casos frecuentes
Pacientes con problemas respiratorios, cardíacos o que necesitan cuidados paliativos son los casos más frecuentes que se atienden por el servicio de hospitalización a domicilio. Cuando los enfermos están en estado terminal, el acompañamiento del médico se hace esencial. El objetivo es que sientan el mínimo dolor y que se encuentren lo más a gusto posible.
Más que doctores y enfermeras, a veces son especialistas en psicología. Saben ponerse en la piel del otro y tratar con niños a los que su enfermedad se les hace así un poco más llevadera.
Valorar que un paciente necesita la atención a domicilio es competencia de los médicos de atención primaria o incluso de urgencias. Una vez que se tramita la solicitud, los profesionales que trabajan en la unidad HADO mantienen un encuentro con los enfermos y familiares.
Ampliación del servicio
Este servicio comenzó su andadura casi al mismo tiempo que entró en funcionamiento el centro asistencial de Oleiros. Aunque en un principio se inició con un médico, la unidad se ha ido ampliando ante la demanda y el buen resultado. Tal y como han explicado desde la dirección del hospital barbanzano, no existe una previsión de seguir ampliando esta prestación, ya que en la actualidad no se encuentra saturado.
La media de tiempo que una persona necesita para recibir asistencia en su casa es de diez días, aunque aumenta en el caso de los cuidados paliativos y puede variar según las necesidades de cada enfermo.
Las familias se muestran encantadas de encontrar apoyo en los médicos para poder cuidar a los suyos en casa, aunque para ello deban implicarse en el tratamiento. El ambiente contribuye a su curación de forma asombrosa y así lo afirman los expertos.
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