:logo-lvg: | Barbanza
Muchos fieles acuden a la romería para pedir la curación de verrugas o lunares
Como cada año, el 11 de julio volvió a alterar la tranquilidad que suele reinar en Seráns, la localidad sonense de San Pedro de Muro. Además, este año los vecinos contaron con la suerte de tener las condiciones meteorológicas de su parte. Esto ayudó a que los alrededores de la capilla de san Benito se llenasen una gran multitud de devotos, que se acercaron al lugar para homenajearlo.
La celebración comenzó con dos eucaristías que tuvieron lugar a primera hora de la mañana. El plato fuerte llegó al mediodía, cuando se ofició la misa cantada. La afluencia de gente fue tal que el recinto eclesiástico quedó pequeño, lo que hizo que muchos tuvieran que escuchar las palabras de los sacerdotes desde el exterior.
En el idílico monte sonense se instalaron hinchables, vendedores de globos, puestos de rosquillas y una barra. Mientras los más tradicionales escuchaban atentos la liturgia, otros preferían refrescarse o mantener agradables conversaciones con los vecinos. Esto hizo que la tradición religiosa se mezclara con el ambiente típico de las fiestas estivales.
Tras la celebración de la eucaristía, cinco feligreses sacaron la imagen del santo en procesión, acompañadas de los devotos que se encontraban en el lugar. La banda de música fue la encargada de marcar el ritmo de la marcha.
El santo de las verrugas
Una vez concluidos los actos religiosos, llegó el momento de una de las actividades clásicas de la romería. Aquellos que sufren de alguna afección cutánea, como verrugas, lunares o manchas se pasaron un paño con agua bendecida de la fuente para curarse. Esto se debe a la creencia que existe de que este sacerdote canonizado es capaz de sanar dichas dolencias.
Durante esta romería, es típico ver junto a la fuente las telas con las que los devotos se empaparon de agua bendita, y que esperan resulte efectiva.
Como cada año, el 11 de julio volvió a alterar la tranquilidad que suele reinar en Seráns, la localidad sonense de San Pedro de Muro. Además, este año los vecinos contaron con la suerte de tener las condiciones meteorológicas de su parte. Esto ayudó a que los alrededores de la capilla de san Benito se llenasen una gran multitud de devotos, que se acercaron al lugar para homenajearlo.
La celebración comenzó con dos eucaristías que tuvieron lugar a primera hora de la mañana. El plato fuerte llegó al mediodía, cuando se ofició la misa cantada. La afluencia de gente fue tal que el recinto eclesiástico quedó pequeño, lo que hizo que muchos tuvieran que escuchar las palabras de los sacerdotes desde el exterior.
En el idílico monte sonense se instalaron hinchables, vendedores de globos, puestos de rosquillas y una barra. Mientras los más tradicionales escuchaban atentos la liturgia, otros preferían refrescarse o mantener agradables conversaciones con los vecinos. Esto hizo que la tradición religiosa se mezclara con el ambiente típico de las fiestas estivales.
Tras la celebración de la eucaristía, cinco feligreses sacaron la imagen del santo en procesión, acompañadas de los devotos que se encontraban en el lugar. La banda de música fue la encargada de marcar el ritmo de la marcha.
El santo de las verrugas
Una vez concluidos los actos religiosos, llegó el momento de una de las actividades clásicas de la romería. Aquellos que sufren de alguna afección cutánea, como verrugas, lunares o manchas se pasaron un paño con agua bendecida de la fuente para curarse. Esto se debe a la creencia que existe de que este sacerdote canonizado es capaz de sanar dichas dolencias.
Durante esta romería, es típico ver junto a la fuente las telas con las que los devotos se empaparon de agua bendita, y que esperan resulte efectiva.
0 comentarios:
Publicar un comentario