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La oposición rechazó una modificación de crédito y logró aprobar dos mociones
Los cambios que ha experimentado la corporación sonense en las últimas semanas tuvieron un reflejo evidente en el pleno de ayer a mediodía. Será, por cierto, el último -hasta nuevo aviso- celebrado en ese horario, ya que la oposición aprovechó su recién estrenada mayoría para aprobar que las sesiones sean por las tardes. El paso de la expopular Asunción Torres al grupo no adscrito -que se evidenció antes incluso de comenzar el debate al sentarse junto a PSOE y BNG- dejó al gobierno local en minoría, lo que propició que recibiese su primer revés importante.
No fue el cambio del horario de los plenos la derrota que más dolió al ejecutivo que preside el popular Luis Oujo. Lo que de verdad trastocó los planes del ejecutivo fue no contar con el apoyo necesario para sacar adelante unas modificaciones y suplementos de crédito con los que, entre otras cuestiones, se pretendía hacer frente a obras en viales, a sufragar la parte que corresponde al Concello para llevar a cabo proyectos como el solicitado en el marco del GAC 4, a la amortización de deuda o a los contratos del programa de formación dual solicitado a la Xunta.
Cruce de reproches
Con estos argumentos, la edila de Facenda, María Maneiro, trató de convencer a la oposición de la importancia de aprobar la operación. Pero no logró su objetivo y, a cambio, recibió reproches, como los de la nacionalista Ánxela Franco, que recomendó al ejecutivo tomarse «máis en serio» las negociaciones ya que su grupo hizo una serie de propuestas que no se incluyeron en la operación de crédito. El PSOE invitó al gobierno local a reunirse de nuevo con la oposición para llegar a un acuerdo y Asunción Torres argumentó que no había tenido la oportunidad de hacer ninguna propuesta.
Los reproches llegaron luego en dirección contraria cuando, tras una pequeña tregua para aprobar la reducción del tipo impositivo del IBI, fue María Maneiro quien echó en cara a los demás grupos que no hubiesen apoyado la modificación de crédito debatida anteriormente puesto que incluía una partida para dar continuidad a las clases de ESO para adultos, como ellos pedían. La polémica surgió en un punto en el que se debatían las ayudas para transporte y material escolar y continuó más tarde cuando entró por urgencia en el orden del día una moción sobre la educación de adultos.
Acuerdo unánime
La oposición protestó porque no les habían informado de la partida a la que aludió Maneiro en el pleno y criticaron que la cifra coincida exactamente con la cantidad que se le adeuda a los encargados de la docencia en las clases de ESO porque esa cifra no garantiza la continuidad del programa formativo, tal y como demandaban en su propuesta.
Pese a lograrse un acuerdo unánime, en el transcurso del debate hubo de todo, desde la expulsión de Ánxela Franco por llamar sinvergüenza al alcalde -y que la oposición interpretó como una maniobra del regidor para dejarles en minoría-, hasta dudas sobre la contratación del servicio: «A dotación orzamentaria está aí e o goberno terá que decidir a que se destina. Hai unha factura das clases pero haberá que acreditar se houbo contrato e en qué condicións», dijo Maneiro.
Los cambios que ha experimentado la corporación sonense en las últimas semanas tuvieron un reflejo evidente en el pleno de ayer a mediodía. Será, por cierto, el último -hasta nuevo aviso- celebrado en ese horario, ya que la oposición aprovechó su recién estrenada mayoría para aprobar que las sesiones sean por las tardes. El paso de la expopular Asunción Torres al grupo no adscrito -que se evidenció antes incluso de comenzar el debate al sentarse junto a PSOE y BNG- dejó al gobierno local en minoría, lo que propició que recibiese su primer revés importante.
No fue el cambio del horario de los plenos la derrota que más dolió al ejecutivo que preside el popular Luis Oujo. Lo que de verdad trastocó los planes del ejecutivo fue no contar con el apoyo necesario para sacar adelante unas modificaciones y suplementos de crédito con los que, entre otras cuestiones, se pretendía hacer frente a obras en viales, a sufragar la parte que corresponde al Concello para llevar a cabo proyectos como el solicitado en el marco del GAC 4, a la amortización de deuda o a los contratos del programa de formación dual solicitado a la Xunta.
Cruce de reproches
Con estos argumentos, la edila de Facenda, María Maneiro, trató de convencer a la oposición de la importancia de aprobar la operación. Pero no logró su objetivo y, a cambio, recibió reproches, como los de la nacionalista Ánxela Franco, que recomendó al ejecutivo tomarse «máis en serio» las negociaciones ya que su grupo hizo una serie de propuestas que no se incluyeron en la operación de crédito. El PSOE invitó al gobierno local a reunirse de nuevo con la oposición para llegar a un acuerdo y Asunción Torres argumentó que no había tenido la oportunidad de hacer ninguna propuesta.
Los reproches llegaron luego en dirección contraria cuando, tras una pequeña tregua para aprobar la reducción del tipo impositivo del IBI, fue María Maneiro quien echó en cara a los demás grupos que no hubiesen apoyado la modificación de crédito debatida anteriormente puesto que incluía una partida para dar continuidad a las clases de ESO para adultos, como ellos pedían. La polémica surgió en un punto en el que se debatían las ayudas para transporte y material escolar y continuó más tarde cuando entró por urgencia en el orden del día una moción sobre la educación de adultos.
Acuerdo unánime
La oposición protestó porque no les habían informado de la partida a la que aludió Maneiro en el pleno y criticaron que la cifra coincida exactamente con la cantidad que se le adeuda a los encargados de la docencia en las clases de ESO porque esa cifra no garantiza la continuidad del programa formativo, tal y como demandaban en su propuesta.
Pese a lograrse un acuerdo unánime, en el transcurso del debate hubo de todo, desde la expulsión de Ánxela Franco por llamar sinvergüenza al alcalde -y que la oposición interpretó como una maniobra del regidor para dejarles en minoría-, hasta dudas sobre la contratación del servicio: «A dotación orzamentaria está aí e o goberno terá que decidir a que se destina. Hai unha factura das clases pero haberá que acreditar se houbo contrato e en qué condicións», dijo Maneiro.
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