:lvg: | 12/12/2010
A excepción de tres concellos, A Pobra, Lousame y Muros; Barbanza sigue lejos de adaptar sus planeamientos a la normativa que la Xunta promulgó hace ocho años
El urbanismo sigue siendo una de las asignaturas pendientes de los municipios de la comarca. Tanto es así que únicamente Lousame, A Pobra y Muros -desde el jueves- tienen adaptadas sus respectivas normativas municipales a la ley autonómica, una obligación de todos los municipios que va camino de acumular un lustro de retraso.
Y es que, en apenas unos días, se cumplirán ocho años de la publicación de la ley 9/2002 de ordenación urbanística y protección del medio rural (Louga), la comúnmente llamada Lei do Solo de Galicia. Una norma que trajo consigo un cambio radical en la legislación existente hasta el momento en esta materia. Una ambiciosa normativa que nació con la intención, tal y como se indicaba en su propio preámbulo, de mejorar sustancialmente la calidad de la ordenación urbanística en la comunidad de cara a favorecer un desarrollo equilibrado y sostenible del territorio contribuyendo, con ello, a elevar la calidad de vida y la cohesión social de la población. Aspectos que, teniendo a la comarca como referencia, distan mucho de haberse conseguido.
Con el paso de los años y, en parte, debido a las sucesivas modificaciones de las que ha sido objeto, mucho de lo dispuesto en diciembre del 2002 sigue todavía sin cumplirse. Por ejemplo en lo referente a la adaptación de las distintas normativas municipales a la disposición autonómica. De hecho, la disposición transitoria segunda de la ley instaba a los distintos concellos a adaptar, en un plazo máximo de tres años, su legalidad urbanística a las directivas autonómicas. Este plazo venció a comienzos del 2006 y la realidad señala que nueve de los once municipios de la comarca siguen todavía sin cumplir con ese mandato legal.
Planes obsoletos
Hay incluso alguno, caso de Outes, que ostenta el dudoso honor de ser el municipio de toda la provincia con la normativa urbanística más antigua, fechada en el año 1977. Otro tanto sucede en Rianxo que se rige por una ordenación territorial del año 1985. Aunque entre ambos casos existen, a día de hoy, diferencias sustanciales. Mientras que el consistorio outiense está a la espera de que la Xunta refrende definitivamente su Plan Xeral de Ordenación Municipal, el rianxeiro deberá esperar todavía varios años para alcanzar ese paso tras haberse reiniciado el proyecto, a principios de este año, con un nuevo equipo redactor después de que se optase por rescindir el contrato firmado con la empresa adjudicataria de los trabajos en el 2002.
También en Mazaricos, que viene aplicando sus normas subsidiarias del año 1995, sufrieron un pequeño traspiés en los plazos de redacción de lo que será su futuro Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM). La entrada en vigor, a principios de año, de una modificación de la Louga que precisamente acortaba los plazos y las condiciones exigidas por la administración autonómica para la aprobación de los planes urbanísticos presentados por los municipios, les obligó a volver a retomar la elaboración del apartado de evaluación ambiental estratégica de su proyecto normativo, documento que prácticamente estaba completo.
En Carnota y Noia, por su parte, los trabajos van realmente lentos y poco se ha hecho por cumplir lo establecido, en su día, desde San Caetano. Al contrario de lo que ha hecho Porto do Son que enviará, en breve, su propuesta de normativa a la Xunta.
Con PXOM desde el 2003
A los casos de A Pobra, Lousame y Muros, que ya tienen adaptada su normativa urbanística a los preceptos autonómicos, hay que unir los casos de Ribeira y Boiro, que si bien tienen pendiente ese trámite, pasan por ser los únicos municipios de Barbanza que sí disponen de un PXOM, ambos aprobados en el año 2003. En estos dos municipios, los trabajos de modificación de sus respectivas normativas están en marcha, no sin ciertos problemas en aspectos como el recién publicado Plan de Ordenación del Litoral o los planes parciales que afectan a núcleos como Cabo de Cruz o Barraña.
El último plan urbanístico que ha recibió el visto bueno en la comarca barbanzana ha sido el de Muros. El ejecutivo local aprobó, a mediados del pasado mes de noviembre, varias modificaciones en la propuesta de documento enviado inicialmente a la Xunta de Galicia, que hace unos días, concretamente el jueves, dio luz verde al texto definitivo. Hasta el momento, el gobierno otorgaba las licencias de obra en base a las normas subsidiarias provinciales y tras el informe favorable de la comisión provincial de Patrimonio, en el caso de que los trabajos se llevasen a cabo en el interior del núcleo, declarado conjunto histórico.
En cualquier caso parece poco probable, a tenor de lo avanzado por los distintos consistorios en los últimos años, que todos los municipios de la zona cumplan con la ley antes de 2013. En este año, al parecer, está previsto que entre en vigor una nueva normativa urbanística para Galicia que dejará obsoleta la actual. En apenas tres años habrá una nueva ley que acatar cuando, ni siquiera, hemos sido capaces de cumplir con la anterior.
El urbanismo sigue siendo una de las asignaturas pendientes de los municipios de la comarca. Tanto es así que únicamente Lousame, A Pobra y Muros -desde el jueves- tienen adaptadas sus respectivas normativas municipales a la ley autonómica, una obligación de todos los municipios que va camino de acumular un lustro de retraso.
Y es que, en apenas unos días, se cumplirán ocho años de la publicación de la ley 9/2002 de ordenación urbanística y protección del medio rural (Louga), la comúnmente llamada Lei do Solo de Galicia. Una norma que trajo consigo un cambio radical en la legislación existente hasta el momento en esta materia. Una ambiciosa normativa que nació con la intención, tal y como se indicaba en su propio preámbulo, de mejorar sustancialmente la calidad de la ordenación urbanística en la comunidad de cara a favorecer un desarrollo equilibrado y sostenible del territorio contribuyendo, con ello, a elevar la calidad de vida y la cohesión social de la población. Aspectos que, teniendo a la comarca como referencia, distan mucho de haberse conseguido.
Con el paso de los años y, en parte, debido a las sucesivas modificaciones de las que ha sido objeto, mucho de lo dispuesto en diciembre del 2002 sigue todavía sin cumplirse. Por ejemplo en lo referente a la adaptación de las distintas normativas municipales a la disposición autonómica. De hecho, la disposición transitoria segunda de la ley instaba a los distintos concellos a adaptar, en un plazo máximo de tres años, su legalidad urbanística a las directivas autonómicas. Este plazo venció a comienzos del 2006 y la realidad señala que nueve de los once municipios de la comarca siguen todavía sin cumplir con ese mandato legal.
Planes obsoletos
Hay incluso alguno, caso de Outes, que ostenta el dudoso honor de ser el municipio de toda la provincia con la normativa urbanística más antigua, fechada en el año 1977. Otro tanto sucede en Rianxo que se rige por una ordenación territorial del año 1985. Aunque entre ambos casos existen, a día de hoy, diferencias sustanciales. Mientras que el consistorio outiense está a la espera de que la Xunta refrende definitivamente su Plan Xeral de Ordenación Municipal, el rianxeiro deberá esperar todavía varios años para alcanzar ese paso tras haberse reiniciado el proyecto, a principios de este año, con un nuevo equipo redactor después de que se optase por rescindir el contrato firmado con la empresa adjudicataria de los trabajos en el 2002.
También en Mazaricos, que viene aplicando sus normas subsidiarias del año 1995, sufrieron un pequeño traspiés en los plazos de redacción de lo que será su futuro Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM). La entrada en vigor, a principios de año, de una modificación de la Louga que precisamente acortaba los plazos y las condiciones exigidas por la administración autonómica para la aprobación de los planes urbanísticos presentados por los municipios, les obligó a volver a retomar la elaboración del apartado de evaluación ambiental estratégica de su proyecto normativo, documento que prácticamente estaba completo.
En Carnota y Noia, por su parte, los trabajos van realmente lentos y poco se ha hecho por cumplir lo establecido, en su día, desde San Caetano. Al contrario de lo que ha hecho Porto do Son que enviará, en breve, su propuesta de normativa a la Xunta.
Con PXOM desde el 2003
A los casos de A Pobra, Lousame y Muros, que ya tienen adaptada su normativa urbanística a los preceptos autonómicos, hay que unir los casos de Ribeira y Boiro, que si bien tienen pendiente ese trámite, pasan por ser los únicos municipios de Barbanza que sí disponen de un PXOM, ambos aprobados en el año 2003. En estos dos municipios, los trabajos de modificación de sus respectivas normativas están en marcha, no sin ciertos problemas en aspectos como el recién publicado Plan de Ordenación del Litoral o los planes parciales que afectan a núcleos como Cabo de Cruz o Barraña.
El último plan urbanístico que ha recibió el visto bueno en la comarca barbanzana ha sido el de Muros. El ejecutivo local aprobó, a mediados del pasado mes de noviembre, varias modificaciones en la propuesta de documento enviado inicialmente a la Xunta de Galicia, que hace unos días, concretamente el jueves, dio luz verde al texto definitivo. Hasta el momento, el gobierno otorgaba las licencias de obra en base a las normas subsidiarias provinciales y tras el informe favorable de la comisión provincial de Patrimonio, en el caso de que los trabajos se llevasen a cabo en el interior del núcleo, declarado conjunto histórico.
En cualquier caso parece poco probable, a tenor de lo avanzado por los distintos consistorios en los últimos años, que todos los municipios de la zona cumplan con la ley antes de 2013. En este año, al parecer, está previsto que entre en vigor una nueva normativa urbanística para Galicia que dejará obsoleta la actual. En apenas tres años habrá una nueva ley que acatar cuando, ni siquiera, hemos sido capaces de cumplir con la anterior.
Escuchando estos días a los cabezas visibles del bipartito, parece que la culpa de que Porto do Son no aprobase antes su PXOM fué culpa de Manuel Tomé y el PP, como si llevasen gobernando toda la vida y solo lo hicieron poco más de tres años.
Sin embargo se olvidan uno y otra que por separado o en conjunto, sus partidos gobernaron algunos años más, por lo que tal acusación no tiene sentido, salvo para su ego personal y ver si la mentira o infamia cala entre algunos indecisos en mayo.
Hoy podemos comprobar que el urbanismo sigue siendo una de las asignaturas pendientes de los municipios de la comarca independientemente de gobierne quien gobierne. En esto suspenden casi todas las corporaciones y de todos los colores, porque no hay que olvidar que PP, PSOE o BNG, esto últimos, en solitario o en bipartitos, gobernaron alguna vez y si hoy nuestro bipartito dice que en un año fueron capaces de elaborarlo, ¿por qué donde gobernaron los suyos más años, no fueron quienes de hacerlo?.
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