:lvg: | 3/07/2010
Critican que la Xunta no les haya hecho caso hasta ahora y aseguran «estar dispostos a todo».
Aunque el clima y el horario no era el más propicio, los vecinos de Xuño volvieron a movilizarse para exigir explicaciones a la Administración autonómica sobre las obras de remodelación que tiene previstas para la AC-550, a su paso por la parroquia sonense. Ayer fue la segunda concentración, tras la celebrada el martes, y los ánimos estaban aún más caldeados. ¿El motivo? La indiferencia que según ellos evidencia la Xunta ante su solicitud de demanda de información. Una situación que según reconocieron de forma conjunta la treintena de residentes, les llevará a encadenarse si es necesario para impedir que derriben los muros y bodegas de las muchas casas afectadas por las expropiaciones que conllevan estas actuaciones.
El origen del conflicto nace en abril de este mismo año, cuando en Xuño empezó a fraguarse un malestar a cuenta de la ya afamada obra. Algunas personas de esta localidad empezaron a decir que las expropiaciones que iba a hacer la Xunta para mejorar la seguridad vial en esta travesía iban a propiciar una complicada situación. Algo que con el paso del tiempo se ha demostrado que era cierto, convirtiéndose el estado de enfado ciudadano en indignación.
Un ejemplo de este ánimo es el que mostraba ayer Tomás Blanco, vecino de Xuño que emigró durante 39 años y que ahora tiene que ver como «me marchan ca finca na que teño plantado o viño e que comprei co traballo de toda unha vida, quérenme quitar cinco metros cadrados nos que teño o pozo que me serve para regar os outros más de mil metros restantes».
Silencio institucional
José Manuel Paz tampoco tiene pelos en la lengua al mentar al gobierno de Feijoo: «Viven dos nosos cartos e cando lle pedimos que nos expliquen o que farán cos nosos terreos négannos a palabra». La de Paz fue una declaración secundada por sus compañeros de movilización, que reconocen que otro de los aspectos que más molestó fue comprobar como dos técnicos de la Xunta fueron a Xuño para marcar con pintura los cierres de las casas y clavar estacas en las fincas sin aportar ningún tipo de justificación a los propietarios de las viviendas y terrenos.
Los populares sonenses, por su parte, notificaron que están gestionando la visita de un técnico del Ejecutivo gallego para explicar a los afectados el proyecto de seguridad vial en esta parroquia. Esta actuación está englobada dentro do Plan Move de Eliminación de Puntos Negros, situación que los vecinos no entienden, ya que aseguran que «nunca tenemos accidentes neste tramo».
Aunque el clima y el horario no era el más propicio, los vecinos de Xuño volvieron a movilizarse para exigir explicaciones a la Administración autonómica sobre las obras de remodelación que tiene previstas para la AC-550, a su paso por la parroquia sonense. Ayer fue la segunda concentración, tras la celebrada el martes, y los ánimos estaban aún más caldeados. ¿El motivo? La indiferencia que según ellos evidencia la Xunta ante su solicitud de demanda de información. Una situación que según reconocieron de forma conjunta la treintena de residentes, les llevará a encadenarse si es necesario para impedir que derriben los muros y bodegas de las muchas casas afectadas por las expropiaciones que conllevan estas actuaciones.
El origen del conflicto nace en abril de este mismo año, cuando en Xuño empezó a fraguarse un malestar a cuenta de la ya afamada obra. Algunas personas de esta localidad empezaron a decir que las expropiaciones que iba a hacer la Xunta para mejorar la seguridad vial en esta travesía iban a propiciar una complicada situación. Algo que con el paso del tiempo se ha demostrado que era cierto, convirtiéndose el estado de enfado ciudadano en indignación.
Un ejemplo de este ánimo es el que mostraba ayer Tomás Blanco, vecino de Xuño que emigró durante 39 años y que ahora tiene que ver como «me marchan ca finca na que teño plantado o viño e que comprei co traballo de toda unha vida, quérenme quitar cinco metros cadrados nos que teño o pozo que me serve para regar os outros más de mil metros restantes».
Silencio institucional
José Manuel Paz tampoco tiene pelos en la lengua al mentar al gobierno de Feijoo: «Viven dos nosos cartos e cando lle pedimos que nos expliquen o que farán cos nosos terreos négannos a palabra». La de Paz fue una declaración secundada por sus compañeros de movilización, que reconocen que otro de los aspectos que más molestó fue comprobar como dos técnicos de la Xunta fueron a Xuño para marcar con pintura los cierres de las casas y clavar estacas en las fincas sin aportar ningún tipo de justificación a los propietarios de las viviendas y terrenos.
Los populares sonenses, por su parte, notificaron que están gestionando la visita de un técnico del Ejecutivo gallego para explicar a los afectados el proyecto de seguridad vial en esta parroquia. Esta actuación está englobada dentro do Plan Move de Eliminación de Puntos Negros, situación que los vecinos no entienden, ya que aseguran que «nunca tenemos accidentes neste tramo».
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