:lvg: | 8/5/2011
Advierten que no toca hablar de pactos para formar bipartitos y reivindican un «proxecto propio»
Los pactos globales suscritos de manera ininterrumpida desde 1995 por los socialistas y los nacionalistas gallegos con el fin de asegurarse la gobernabilidad de los concellos frente al PP, avanzan ya hacia su mayoría de edad y lo hacen, además, con la determinación de las direcciones políticas del PSdeG-PSOE y del BNG de no introducir este asunto en la agenda de campaña por «respecto aos electores» y por temor a que pueda reavivar el discurso incendiario de los populares contra los bipartitos.
Las cúpulas de las dos fuerzas de izquierda coinciden en dejar esta cuestión aparcada en el alero, sin desvelar si revalidarán un acuerdo de forma global o si pactarán caso a caso. «Agora non toca falar de pactos», señalan en el BNG, que cogobiernan con los socialistas en 53 ayuntamientos, si bien su portavoz nacional, Guillerme Vázquez, parece avalar implícitamente estas coaliciones al insistir en sus mítines en que el Bloque usará sus votos para impedir que el PP llegue a las alcaldías.
El secretario de organización del PSdeG, Pablo García, reivindicó ayer el «proxecto propio» de los socialistas y advirtió que esta fuerza no se presenta nunca con «programas compartidos» con otros. «Non renunciamos, como PSdeG, a gañar as eleccións en ningún concello», por lo que remarca que ahora no tiene sentido hablar de pactos.
Una estrategia bien diferente es la que tiene trazada el PPdeG, cuyo líder, Alberto Núñez Feijoo, no aguardó siquiera al arranque formal de la campaña para cargar a voluntad contra las coaliciones poselectorales con el argumento de que no se debiera «reinterpretar nos despachos» lo que dicen los ciudadanos en las urnas. Las objeciones del PP, que tradicionalmente perdió entre 28 y 40 alcaldías por mor de estos pactos, van incluso más y su fin último es atacar la propia existencia de Gobiernos bipartitos, a los que muestran como el paradigma de la división y el despilfarro.
PSOE y BNG son conscientes de que en el actual contexto de crisis el discurso de los populares ha calado en la opinión pública, de ahí que resulte muy difícil ver a alguno de sus candidatos reivindicando los logros de la coalición. Pero esto no significa, como atestigua Pablo García, que «teñamos vergoña» de los bipartitos. «Non temos ningún tipo de prexuízo nin cara os pactos nin cara os bipartitos», sentenció.
La primera vez que los socialistas y los nacionalistas formalizaron un acuerdo marco de gobernabilidad ni siquiera llegó a producirse una reunión de sus principales artífices, Francisco Vázquez y Xosé Manuel Beiras, lo que contrasta con la pompa elegida para la presentación del pacto del 2007 entre Touriño y Anxo Quintana.
CRONOLOGÍA
1995
La orden que desató la crisis de Arteixo. Tras el revés electoral que sufrieron los socialistas en 1995, el entonces secretario general del PSdeG, Francisco Vázquez, ordenó negociar un acuerdo con el BNG para promover mayorías de progreso. El pacto le reportó al PSOE 22 alcaldías y al Bloque, otras nueve, aparte de una crisis en Arteixo, después de que los concejales nacionalistas se negaran a apoyar al PSOE.
1999
Una treintena de alcaldías a repartir. El pacto del 99, negociado un año después de la llegada de Touriño a la cúpula del PSdeG, le permitió a la izquierda repartirse 29 nuevas alcaldías, lo que le permitió a los nacionalistas acceder a las alcaldías de Vigo, Ferrol y Pontevedra.
2003
Alianza en favor de Pérez Mariño. El pacto del 2003 sirvió para vencer las reticencias del BNG a la investidura de Pérez Mariño en Vigo y para repartirse un total de 50 alcaldías.
2007
Pacto del convento de San Francisco. Touriño y Quintana, que compartían gobierno en la Xunta, ratificaron el pacto con el propósito de repartirse un total de 86 alcaldías.
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El pacto sin discordia de Santiago contrasta con las disputas de Vigo
Las mayorías de gobierno de progreso fracasaron en Noia, Fene y Cuntis
Pactos sí, bicefalias no
Los pactos globales suscritos de manera ininterrumpida desde 1995 por los socialistas y los nacionalistas gallegos con el fin de asegurarse la gobernabilidad de los concellos frente al PP, avanzan ya hacia su mayoría de edad y lo hacen, además, con la determinación de las direcciones políticas del PSdeG-PSOE y del BNG de no introducir este asunto en la agenda de campaña por «respecto aos electores» y por temor a que pueda reavivar el discurso incendiario de los populares contra los bipartitos.
Las cúpulas de las dos fuerzas de izquierda coinciden en dejar esta cuestión aparcada en el alero, sin desvelar si revalidarán un acuerdo de forma global o si pactarán caso a caso. «Agora non toca falar de pactos», señalan en el BNG, que cogobiernan con los socialistas en 53 ayuntamientos, si bien su portavoz nacional, Guillerme Vázquez, parece avalar implícitamente estas coaliciones al insistir en sus mítines en que el Bloque usará sus votos para impedir que el PP llegue a las alcaldías.
El secretario de organización del PSdeG, Pablo García, reivindicó ayer el «proxecto propio» de los socialistas y advirtió que esta fuerza no se presenta nunca con «programas compartidos» con otros. «Non renunciamos, como PSdeG, a gañar as eleccións en ningún concello», por lo que remarca que ahora no tiene sentido hablar de pactos.
Una estrategia bien diferente es la que tiene trazada el PPdeG, cuyo líder, Alberto Núñez Feijoo, no aguardó siquiera al arranque formal de la campaña para cargar a voluntad contra las coaliciones poselectorales con el argumento de que no se debiera «reinterpretar nos despachos» lo que dicen los ciudadanos en las urnas. Las objeciones del PP, que tradicionalmente perdió entre 28 y 40 alcaldías por mor de estos pactos, van incluso más y su fin último es atacar la propia existencia de Gobiernos bipartitos, a los que muestran como el paradigma de la división y el despilfarro.
PSOE y BNG son conscientes de que en el actual contexto de crisis el discurso de los populares ha calado en la opinión pública, de ahí que resulte muy difícil ver a alguno de sus candidatos reivindicando los logros de la coalición. Pero esto no significa, como atestigua Pablo García, que «teñamos vergoña» de los bipartitos. «Non temos ningún tipo de prexuízo nin cara os pactos nin cara os bipartitos», sentenció.
La primera vez que los socialistas y los nacionalistas formalizaron un acuerdo marco de gobernabilidad ni siquiera llegó a producirse una reunión de sus principales artífices, Francisco Vázquez y Xosé Manuel Beiras, lo que contrasta con la pompa elegida para la presentación del pacto del 2007 entre Touriño y Anxo Quintana.
CRONOLOGÍA
1995
La orden que desató la crisis de Arteixo. Tras el revés electoral que sufrieron los socialistas en 1995, el entonces secretario general del PSdeG, Francisco Vázquez, ordenó negociar un acuerdo con el BNG para promover mayorías de progreso. El pacto le reportó al PSOE 22 alcaldías y al Bloque, otras nueve, aparte de una crisis en Arteixo, después de que los concejales nacionalistas se negaran a apoyar al PSOE.
1999
Una treintena de alcaldías a repartir. El pacto del 99, negociado un año después de la llegada de Touriño a la cúpula del PSdeG, le permitió a la izquierda repartirse 29 nuevas alcaldías, lo que le permitió a los nacionalistas acceder a las alcaldías de Vigo, Ferrol y Pontevedra.
2003
Alianza en favor de Pérez Mariño. El pacto del 2003 sirvió para vencer las reticencias del BNG a la investidura de Pérez Mariño en Vigo y para repartirse un total de 50 alcaldías.
2007
Pacto del convento de San Francisco. Touriño y Quintana, que compartían gobierno en la Xunta, ratificaron el pacto con el propósito de repartirse un total de 86 alcaldías.
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Pactos sí, bicefalias no
Si nos atenemos a lo que percibimos en el pueblo, para los del BNG el peso del Ayuntamiento lo lleva su líder y así intentaron demostrarlo en su Nordés, atribuyéndose todas las obras gestionadas desde la moción de censura. No tuvieron ningún reparo incluso en atribuirse algunas que ya había adjudicado Quintáns antes de perder la alcaldía, las de Tomé y las que ahora corresponderían a sus socios. Algún comentario en parecidos términos, fue publicado aquí.
Hace unos días hubo un debate de los alcaldables muradanos y resulta que allí, la única coalición que llegó a buen puerto, fue la formada por el BNG-PP y en su día, la del PSdeG-PSOE-PP, la del PSdeG-BNG, al parecer se rompió a las primeras de cambio. Un signo de que en algunas ocasiones las personas anteponen los intereses del pueblo, a sus partidos, o personas. Aquí fue todo lo contrario, si les creemos a pie de puntillas los que nos cuentan unos y otros, con el PP, Porto do Son sufrió un revés, lo mismo que el BNG decía cuando gobernó el PSOE y con ellos en el poder, Porto do Son entró poco menos que en el siglo XXII. No, no es un fallo.
Sin embargo ahora que parece que todo funcionó a la perfección, el BNG despachó a su alcalde en un abrir y cerrar de ojos. Debe ser la primera vez en su historia, que sucede esto. Si, ya sabemos que al parecer perdió unas elecciones internas, pero cuantos de sus alcaldes, algunos con más de un cuarto de siglo gobernando, ¿tuvieron a su peor enemigo entre sus filas?
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