:lvg: | 10/07/2010
Fue cantante de la emblemática París de Noia y llegó a tener su propia formación, en la que editaron cuatro discos.
Lleva la música en las venas, hasta el punto de que asegura que cuando era pequeño y estaba enfermo imaginaba que su cama era un escenario desde el que su voz llegaba a numeroso público: «Ao final, o meu soño cumpriuse». A Santiago Ces Sánchez, la pasión por la interpretación le viene de niño: «Acórdome de cantar temas de Joselito. A xente dicíame que cantase e logo dábanme moedas. Ao cabo dun tempo empezaron a chamarme o cantador e miña nai díxome que non volvese cantar, pero non conseguiu nada».
Siendo adolescente empezó también a componer. Recuerda perfectamente su primer tema, incluido posteriormente en uno de los discos de la orquesta Xente Nova: «Está dedicado á miña nai e chámase Para ti, naiciña». Ces Sánchez, que empezó a tocar la guitarra de forma casi autodidacta y acabó estudiando solfeo en el conservatorio, asegura que por muchos conocimientos de música que se tengan hay aspectos que no pueden adquirirse: «Non todos os músicos teñen capacidade para compoñer. O feito creativo non se estuda, sae das persoas».
Albañil y marinero
Aunque la música constituía su verdadera pasión, Santiago Ces empezó a trabajar como albañil y, posteriormente, se embarcó. Después de año y medio surcando los mares, cuando volvió a poner el pie en tierra decidió que lo suyo era el mundo de la interpretación y que sus pasos debían ir en esa dirección. Sin pensárselo dos veces habló con Joaquín García, que en aquel momento era el director de una orquesta mítica, París de Noia: «Na formación había un cantante ao que lle chamaban O Gitano e que tiña moita sona. Eu convertinme no segundo intérprete da formación e despois chamábanme o fillo do gitano».
Durante cuatro años formó parte de París de Noia y pisó muchos escenarios: «As primeiras veces, ao saír vía a tanta xente mirando para arriba que me sentía impresionado». La ayuda de Joaquín García fue determinante para su formación y así aprendió a hacer arreglos.
A la puerta de Santiago Ces llamó la mismísima Sintonía de Vigo, pero él rechazó la oferta. Sin embargo, siguió tocando en otros grupos: «Chamoume Moncho Boga, que era o director da orquestra Marbella e despois fun a Lembranza, coa que recorrín moitos lugares de España».
Con una larga experiencia a sus espaldas, Santiago Ces, con el respaldo económico de un empresario asturiano, formó el conjunto Xente Nova, que llegó a tener 18 componentes y a grabar cuatro discos, tres de ellos únicamente con temas compuestos por el boirense.
En pleno auge de su carrera, Santiago Ces notó un día en el escenario que algo no marchaba bien. Después de ocho años de pruebas médicas llegó el dictamen: «Un tumor cerebral». El diagnóstico cayó sobre él como una losa: «Foi un momento moi duro. Non quería ir cantar».
Después de someterse a una arriesgada operación en Barcelona y con una gran sensibilidad a cualquier ruido, el músico encontró el sosiego que necesitaba al lado de su casa: «Detrás da vivenda temos un cachiño pequeno de terreo no que me atopo moi a gusto. Serviume de terapia e aínda hoxe é un lugar no que paso o tempo que podo porque me proporciona moita tranquilidade».
Santiago Ces es, ante todo, un intérprete, un hombre de melodías, ritmos y letras: «A música proporcióname unha alegría interior moi grande». Se siente muy satisfecho de haber podido convertir en realidad la aspiración de su vida y afirma que cuando uno hace lo que realmente le gusta se siente feliz y mucho más cómodo.
La enfermedad le obligó a dejar los escenarios e, incluso, llegó a desprenderse de Xente Nova, una formación que, afirma, fue la primera en tener su propio palco.
Lleva la música en las venas, hasta el punto de que asegura que cuando era pequeño y estaba enfermo imaginaba que su cama era un escenario desde el que su voz llegaba a numeroso público: «Ao final, o meu soño cumpriuse». A Santiago Ces Sánchez, la pasión por la interpretación le viene de niño: «Acórdome de cantar temas de Joselito. A xente dicíame que cantase e logo dábanme moedas. Ao cabo dun tempo empezaron a chamarme o cantador e miña nai díxome que non volvese cantar, pero non conseguiu nada».
Siendo adolescente empezó también a componer. Recuerda perfectamente su primer tema, incluido posteriormente en uno de los discos de la orquesta Xente Nova: «Está dedicado á miña nai e chámase Para ti, naiciña». Ces Sánchez, que empezó a tocar la guitarra de forma casi autodidacta y acabó estudiando solfeo en el conservatorio, asegura que por muchos conocimientos de música que se tengan hay aspectos que no pueden adquirirse: «Non todos os músicos teñen capacidade para compoñer. O feito creativo non se estuda, sae das persoas».
Albañil y marinero
Aunque la música constituía su verdadera pasión, Santiago Ces empezó a trabajar como albañil y, posteriormente, se embarcó. Después de año y medio surcando los mares, cuando volvió a poner el pie en tierra decidió que lo suyo era el mundo de la interpretación y que sus pasos debían ir en esa dirección. Sin pensárselo dos veces habló con Joaquín García, que en aquel momento era el director de una orquesta mítica, París de Noia: «Na formación había un cantante ao que lle chamaban O Gitano e que tiña moita sona. Eu convertinme no segundo intérprete da formación e despois chamábanme o fillo do gitano».
Durante cuatro años formó parte de París de Noia y pisó muchos escenarios: «As primeiras veces, ao saír vía a tanta xente mirando para arriba que me sentía impresionado». La ayuda de Joaquín García fue determinante para su formación y así aprendió a hacer arreglos.
A la puerta de Santiago Ces llamó la mismísima Sintonía de Vigo, pero él rechazó la oferta. Sin embargo, siguió tocando en otros grupos: «Chamoume Moncho Boga, que era o director da orquestra Marbella e despois fun a Lembranza, coa que recorrín moitos lugares de España».
Con una larga experiencia a sus espaldas, Santiago Ces, con el respaldo económico de un empresario asturiano, formó el conjunto Xente Nova, que llegó a tener 18 componentes y a grabar cuatro discos, tres de ellos únicamente con temas compuestos por el boirense.
En pleno auge de su carrera, Santiago Ces notó un día en el escenario que algo no marchaba bien. Después de ocho años de pruebas médicas llegó el dictamen: «Un tumor cerebral». El diagnóstico cayó sobre él como una losa: «Foi un momento moi duro. Non quería ir cantar».
Después de someterse a una arriesgada operación en Barcelona y con una gran sensibilidad a cualquier ruido, el músico encontró el sosiego que necesitaba al lado de su casa: «Detrás da vivenda temos un cachiño pequeno de terreo no que me atopo moi a gusto. Serviume de terapia e aínda hoxe é un lugar no que paso o tempo que podo porque me proporciona moita tranquilidade».
Santiago Ces es, ante todo, un intérprete, un hombre de melodías, ritmos y letras: «A música proporcióname unha alegría interior moi grande». Se siente muy satisfecho de haber podido convertir en realidad la aspiración de su vida y afirma que cuando uno hace lo que realmente le gusta se siente feliz y mucho más cómodo.
La enfermedad le obligó a dejar los escenarios e, incluso, llegó a desprenderse de Xente Nova, una formación que, afirma, fue la primera en tener su propio palco.
El motivo de que me haga eco de otra noticia no relacionada directamente con Porto do Son, es simplemente porque la Orquesta Paris de Noia, Santiago Ces, pero sobre todo Constantino Pego "El Gitano", nos deleitaron con su música y sus cánticos muchas verbenas, no solo en O Son, si no en todas las parroquias. Por eso hoy tienen su apartado en este blog.
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