:ecg: | 10/07/2010
Su afición nació en un intento de crear un bosque en miniatura. Ya expuso los arbolitos en Noia y O Son
El noiés Manuel Brenlla se ha convertido en un especialista en el cuidado de bonsais. Con 30 años de afición ha conseguido reunir una colección que ronda los cien ejemplares, parte de los que ya expuso con éxito en la casa de cultura de Porto do Son (el pasado mes de junio) y en el coliseo Noela de Noia (en julio de 2006).
Según explica, su interés por estos arbolitos nació en 1969 en Las Palmas de Gran Canaria cuando vio cómo unos japoneses tenían en su apartamento unas plantas en recipientes que no levantaban del suelo más de ocho centímetros. "Despois de falar e falar daqueles arboliños (enebro chino e cereixo xaponés con fruto) espertou en min un gran interés por este tipo de horticultura", recuerda este coleccionista. Un año después comenzó a aficionarse al mundo de los bonsais, según explica, en un intento de crear y cuidar un bosque en miniatura. Así, señala que estos árboles, que pueden vivir cientos de años, necesitan tan sólo una maceta con dos kilos de tierra. "A medida que van crecendo observamos que se van comportando como os seus semellantes: flores e follas con cambio de cor coas estacións", subraya.
Brenlla indica que en sus inicios comenzó a practicar la poda aérea y radial con unos bojs que su madre cuidaba desde hacía muchos años en un pequeño jardín de su casa.
Este noiés anima a todas las personas que tienen interés por esta afición y se acerquen a los bosques y montes de sus zonas para salvar "dunha morte segura" a muchas especies "que permanecerán ao noso lado moitos anos e moitas xeracións".
Por último, Brenlla recomienda que cuando se compre un bonsai se debe pensar que se está "adquirindo unha planta mascota" que "precisa da mesma alimentación continua, auga e coidados que un cachorro" animal. No obstante, recuerda que "a árbore non pode queixarse de vostede ou decirlle que ten sede ou fame".
El noiés Manuel Brenlla se ha convertido en un especialista en el cuidado de bonsais. Con 30 años de afición ha conseguido reunir una colección que ronda los cien ejemplares, parte de los que ya expuso con éxito en la casa de cultura de Porto do Son (el pasado mes de junio) y en el coliseo Noela de Noia (en julio de 2006).
Según explica, su interés por estos arbolitos nació en 1969 en Las Palmas de Gran Canaria cuando vio cómo unos japoneses tenían en su apartamento unas plantas en recipientes que no levantaban del suelo más de ocho centímetros. "Despois de falar e falar daqueles arboliños (enebro chino e cereixo xaponés con fruto) espertou en min un gran interés por este tipo de horticultura", recuerda este coleccionista. Un año después comenzó a aficionarse al mundo de los bonsais, según explica, en un intento de crear y cuidar un bosque en miniatura. Así, señala que estos árboles, que pueden vivir cientos de años, necesitan tan sólo una maceta con dos kilos de tierra. "A medida que van crecendo observamos que se van comportando como os seus semellantes: flores e follas con cambio de cor coas estacións", subraya.
Brenlla indica que en sus inicios comenzó a practicar la poda aérea y radial con unos bojs que su madre cuidaba desde hacía muchos años en un pequeño jardín de su casa.
Este noiés anima a todas las personas que tienen interés por esta afición y se acerquen a los bosques y montes de sus zonas para salvar "dunha morte segura" a muchas especies "que permanecerán ao noso lado moitos anos e moitas xeracións".
Por último, Brenlla recomienda que cuando se compre un bonsai se debe pensar que se está "adquirindo unha planta mascota" que "precisa da mesma alimentación continua, auga e coidados que un cachorro" animal. No obstante, recuerda que "a árbore non pode queixarse de vostede ou decirlle que ten sede ou fame".
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