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La presencia de la reina del San Xoán en los recintos de subastas de Portosín y Ribeira es ya anecdótica y la flota xeiteira de Rianxo tampoco encuentra xouba
La sardina va cara. Carísima si se compara su precio actual, que en plazas de abastos como la de Ribeira llegaba ayer a los diez euros el kilo, con el de hace años. Que la cotización esté por las nubes tiene una clara explicación: la especie, otrora abundantísima en lonjas como las de Ribeira y Portosín, es ahora una perfecta desconocida en estas rulas. Su presencia es anecdótica, por lo que llegan a los mercados escasísimos kilos, que se acaban vendiendo a precio de oro. Señalan las placeras que, pese a tener que rascarse el bolsillo, en estos meses no falta quien la pague porque «hai moita gana dela, sobre todo a xente que vén de fóra».
La flota cerquera, que antes vivía medio año de pescar sardina, ahora apenas da con la especie. De hecho, escuchando ayer a un armador de Portosín se entendía bien la situación. Este hombre explicaba que hasta hace pocos años la citada especie azul suponía entre el 50 y el 60% de la facturación de su empresa, y que ahora no llega al 4%. «A sardiña pasou á historia», remachaba.
Lo mismo cuentan desde la lonja ribeirense, donde la presencia de sardina es testimonial y lo más parecido que se suele encontrar, y también en pequeñas cantidades, es xouba o medianillo. Y esa escasez de la especie pelágica también la vive en sus carnes la flota xeiteira de Rianxo, que en su mayoría prefiere ya ir al marisqueo que centrarse en buscar xouba para «asegurar o pan», como señalaba ayer el patrón mayor, Miguel Iglesias.
Las cajas se vacían
Por lo tanto, la sardina que llega a los mercados es poca. Esa cantidad mínima que acaba en las plazas se vende enseguida -ayer los puestos que la tenían en Ribeira ya casi la habían agotado a media mañana- porque la tradición de una sardiñada veraniega se mantiene en pie.
En cuanto a los precios, en la comarca la cotización máxima es diez euros el kilo, pero ayer también podía encontrarse sardina a nueve, ocho e incluso siete. La xouba, en términos generales, se sitúa entre los ocho y los nueve euros en los mercados de abastos. Lógicamente, las cotizaciones en lonja también están al alza. En Ribeira y Portosín la poca sardina que se subasta se paga a unos seis euros el kilo.
«A xente ten moita gana de sardiña, así que se vende ben»
Marisa Fernández
La sardina va cara. Carísima si se compara su precio actual, que en plazas de abastos como la de Ribeira llegaba ayer a los diez euros el kilo, con el de hace años. Que la cotización esté por las nubes tiene una clara explicación: la especie, otrora abundantísima en lonjas como las de Ribeira y Portosín, es ahora una perfecta desconocida en estas rulas. Su presencia es anecdótica, por lo que llegan a los mercados escasísimos kilos, que se acaban vendiendo a precio de oro. Señalan las placeras que, pese a tener que rascarse el bolsillo, en estos meses no falta quien la pague porque «hai moita gana dela, sobre todo a xente que vén de fóra».
La flota cerquera, que antes vivía medio año de pescar sardina, ahora apenas da con la especie. De hecho, escuchando ayer a un armador de Portosín se entendía bien la situación. Este hombre explicaba que hasta hace pocos años la citada especie azul suponía entre el 50 y el 60% de la facturación de su empresa, y que ahora no llega al 4%. «A sardiña pasou á historia», remachaba.
Lo mismo cuentan desde la lonja ribeirense, donde la presencia de sardina es testimonial y lo más parecido que se suele encontrar, y también en pequeñas cantidades, es xouba o medianillo. Y esa escasez de la especie pelágica también la vive en sus carnes la flota xeiteira de Rianxo, que en su mayoría prefiere ya ir al marisqueo que centrarse en buscar xouba para «asegurar o pan», como señalaba ayer el patrón mayor, Miguel Iglesias.
Las cajas se vacían
Por lo tanto, la sardina que llega a los mercados es poca. Esa cantidad mínima que acaba en las plazas se vende enseguida -ayer los puestos que la tenían en Ribeira ya casi la habían agotado a media mañana- porque la tradición de una sardiñada veraniega se mantiene en pie.
En cuanto a los precios, en la comarca la cotización máxima es diez euros el kilo, pero ayer también podía encontrarse sardina a nueve, ocho e incluso siete. La xouba, en términos generales, se sitúa entre los ocho y los nueve euros en los mercados de abastos. Lógicamente, las cotizaciones en lonja también están al alza. En Ribeira y Portosín la poca sardina que se subasta se paga a unos seis euros el kilo.
«A xente ten moita gana de sardiña, así que se vende ben»
Marisa Fernández
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