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El equipo se pasó del campo de hierba a las pistas cubiertas
Y es que la crisis tiene la culpa de casi todos los problemas del país. No se libra ni el deporte. El club Portosín tenía un equipo de fútbol femenino, pero el año pasado decidió no seguir en la competición. Echó el cierre, pero en este caso no fue por la crisis. Se debió a la falta de jugadoras. Había solo doce disponibles para comenzar la campaña, una cifra muy escasa para competir con garantías. Al final, las jóvenes optaron por cambiar el campo de hierba por la pista del pabellón polideportivo. Del fútbol pasaron al fútbol sala. Y la verdad es que acertaron.
Las chicas de la localidad se resistían a abandonar su deporte favorito. Son unas grandes aficionadas a dar patadas a un balón y ante la imposibilidad de reunir un número suficiente para participar en el campeonato femenino, se apuntaron a la liga provincial de fútbol sala femenina.
Excelentes resultados
Tras nueve partidos de competición, los resultados están siendo espectaculares. Han ganado ocho encuentros y solo perdieron uno. Son líderes con 24 puntos, los mismos que el Fervenza y el Work. Llevan 38 goles a favor y solo han encajado 11. Son las menos goleadas de la categoría.
Las jugadoras están viviendo una nueva experiencia y según su portavoz, Rebeca Laíño, está siendo muy positiva pues no han extrañado el cambio del campo de hierba a la pista.
El entrenador es el mismo que tenían en el fútbol, Carlos Lorenzo, auxiliado por Julio.
Para cubrir toda la temporada necesitan al menos unos 5.000 euros de los cuales alrededor de mil se lo llevan los árbitros. El patrocinador del equipo es la casa armadora Río Novo de Portosín y el objetivo de la plantilla es disfrutar jugando, pasarlo bien y quedar lo mejor posible en el campeonato. Y la verdad, lo están consiguiendo.
Y es que la crisis tiene la culpa de casi todos los problemas del país. No se libra ni el deporte. El club Portosín tenía un equipo de fútbol femenino, pero el año pasado decidió no seguir en la competición. Echó el cierre, pero en este caso no fue por la crisis. Se debió a la falta de jugadoras. Había solo doce disponibles para comenzar la campaña, una cifra muy escasa para competir con garantías. Al final, las jóvenes optaron por cambiar el campo de hierba por la pista del pabellón polideportivo. Del fútbol pasaron al fútbol sala. Y la verdad es que acertaron.
Las chicas de la localidad se resistían a abandonar su deporte favorito. Son unas grandes aficionadas a dar patadas a un balón y ante la imposibilidad de reunir un número suficiente para participar en el campeonato femenino, se apuntaron a la liga provincial de fútbol sala femenina.
Excelentes resultados
Tras nueve partidos de competición, los resultados están siendo espectaculares. Han ganado ocho encuentros y solo perdieron uno. Son líderes con 24 puntos, los mismos que el Fervenza y el Work. Llevan 38 goles a favor y solo han encajado 11. Son las menos goleadas de la categoría.
Las jugadoras están viviendo una nueva experiencia y según su portavoz, Rebeca Laíño, está siendo muy positiva pues no han extrañado el cambio del campo de hierba a la pista.
El entrenador es el mismo que tenían en el fútbol, Carlos Lorenzo, auxiliado por Julio.
Para cubrir toda la temporada necesitan al menos unos 5.000 euros de los cuales alrededor de mil se lo llevan los árbitros. El patrocinador del equipo es la casa armadora Río Novo de Portosín y el objetivo de la plantilla es disfrutar jugando, pasarlo bien y quedar lo mejor posible en el campeonato. Y la verdad, lo están consiguiendo.
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