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Amigos y familiares mantienen la lucha de Ramón Sampedro
Conmemoraron con una lectura de textos el aniversario de su muerte
Después de una larga temporada reclamando el derecho a morir dignamente, el 12 de enero de 1998, Ramón Sampedro ponía fin a una situación que él calificaba de infierno. Ayer, 16 años después, un grupo de amigos y familiares cumplían con la tradición de reunirse en la playa de As Furnas para rendirle un sentido homenaje pero, sobre todo, para confirmar que la lucha continúa. Lo hicieron, como siempre, echando mano de textos escritos por el tetrapléjico que, pese al tiempo transcurrido, siguen estando vigentes.
Ni siquiera el sol quiso perderse la cita anual en la «pedra maldita», desde la que Sampedro se lanzó aquel fatídico 23 de agosto de 1968. Sus rayos se colaron entre el medio centenar de personas que, desde el acantilado, desafiaron al mar embravecido dejando constancia de que la férrea lucha que él emprendió sigue viva.
Fue el promotor del homenaje, Pepe Vila, el que abrió el turno de lecturas con A boa vida. Un poema que, como muchos otros de Sampedro, defiende «a vida libre, non a encadeada». Con el sonido del mar como telón de fondo, fueron tomando la palabra cuatro sobrinos del homenajeado y dos miembros de Derecho a Morir Dignamente, Joaquín Fernández, procedente de Euskadi; y Carmen Vázquez, expresidenta de la delegación gallega del colectivo.
Cerró la lectura Manola Sampedro, también sobrina del tetrapléjico sonense. Eligió para la ocasión el prólogo que Manolo Rivas escribió para el libro Cando eu caia bajo el título A nana do neno libre. En él, se refería a Sampedro como el valiente que «non tivo medo de ir ao país da verdade, á terra do demasiado lonxe».
El acto sobre los acantilados de As Furnas se completó, como viene siendo habitual, con el lanzamiento al mar de claveles rojos. Antes de dejar desierto el frío enclave, la música tradicional de Queixucas de Xuño y unas palabras de Pepe Vila: «A loita continúa, compañeiro».
Logros y retos
El que fue uno de los mejores amigos del tetrapléjico sonense quiso agradecer a Ramón Sampedro su lucha: «O seu esforzo serviu para que hoxe teñamos leis que nos permiten non seguir vivindo nunhas condicións determinadas». Vila se refería así a la Lei de Cuidados Paliativos, una norma que, según dijo, es necesario publicitar: «Os que hoxe estamos aquí temos que loitar para que chegue a toda a cidadanía».
Pero esta no es la ley que durante la última etapa de su vida y con su muerte exigió Ramón Sampedro. Él quería más y los herederos de su legado, con Vila al frente, se comprometieron ayer a seguir luchando por «liberarnos cando queiramos».
Conmemoraron con una lectura de textos el aniversario de su muerte
Después de una larga temporada reclamando el derecho a morir dignamente, el 12 de enero de 1998, Ramón Sampedro ponía fin a una situación que él calificaba de infierno. Ayer, 16 años después, un grupo de amigos y familiares cumplían con la tradición de reunirse en la playa de As Furnas para rendirle un sentido homenaje pero, sobre todo, para confirmar que la lucha continúa. Lo hicieron, como siempre, echando mano de textos escritos por el tetrapléjico que, pese al tiempo transcurrido, siguen estando vigentes.
Ni siquiera el sol quiso perderse la cita anual en la «pedra maldita», desde la que Sampedro se lanzó aquel fatídico 23 de agosto de 1968. Sus rayos se colaron entre el medio centenar de personas que, desde el acantilado, desafiaron al mar embravecido dejando constancia de que la férrea lucha que él emprendió sigue viva.
Fue el promotor del homenaje, Pepe Vila, el que abrió el turno de lecturas con A boa vida. Un poema que, como muchos otros de Sampedro, defiende «a vida libre, non a encadeada». Con el sonido del mar como telón de fondo, fueron tomando la palabra cuatro sobrinos del homenajeado y dos miembros de Derecho a Morir Dignamente, Joaquín Fernández, procedente de Euskadi; y Carmen Vázquez, expresidenta de la delegación gallega del colectivo.
Cerró la lectura Manola Sampedro, también sobrina del tetrapléjico sonense. Eligió para la ocasión el prólogo que Manolo Rivas escribió para el libro Cando eu caia bajo el título A nana do neno libre. En él, se refería a Sampedro como el valiente que «non tivo medo de ir ao país da verdade, á terra do demasiado lonxe».
El acto sobre los acantilados de As Furnas se completó, como viene siendo habitual, con el lanzamiento al mar de claveles rojos. Antes de dejar desierto el frío enclave, la música tradicional de Queixucas de Xuño y unas palabras de Pepe Vila: «A loita continúa, compañeiro».
Logros y retos
El que fue uno de los mejores amigos del tetrapléjico sonense quiso agradecer a Ramón Sampedro su lucha: «O seu esforzo serviu para que hoxe teñamos leis que nos permiten non seguir vivindo nunhas condicións determinadas». Vila se refería así a la Lei de Cuidados Paliativos, una norma que, según dijo, es necesario publicitar: «Os que hoxe estamos aquí temos que loitar para que chegue a toda a cidadanía».
Pero esta no es la ley que durante la última etapa de su vida y con su muerte exigió Ramón Sampedro. Él quería más y los herederos de su legado, con Vila al frente, se comprometieron ayer a seguir luchando por «liberarnos cando queiramos».
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Una ofrenda floral y lectura de poemas recuerdan en As Furnas a Ramón Sampedro
Han participado amigos y familiares de Ramón Sampedro // Ha colaborado la Asociación de Veciños Sartaxas, Queixucas y el Ayuntamiento de Porto do Son
Una ofrenda floral y la lectura de poemas han protagonizado el tradicional homenaje que cada año se celebra en recuerdo de Ramón Sampedro, que falleció un 12 de enero de 1998, tras quedarse tetrapléjico al golpearse con una roca en la playa de As Furnas (en el municipio coruñés de Porto do Son), que ha acogido este acto de recuerdo.
Este homenaje --organizado por Derecho a Morir Dignamente-- se ha celebrado a partir de las 13.30 horas de este domingo en As Furnas, y ha contado con amigos y familiares de Ramón Sampedro, en el que ha colaborado la Asociación de Veciños Sartaxas, Queixucas y el Ayuntamiento de Porto do Son.
Ramón Sampedro puso fin a su vida de forma voluntaria un 12 de enero de hace 16 años para terminar con el sufrimiento que padecía, en una acción en la que recibió tuvo la colaboración de su amiga Ramona Maneiro que tiempo después confesó haberle ayudado a morir.
La Asociación Derecho a Morir Dignamente está compuesta por más de 4.000 socios en toda España y defiende la finalización de la vida "sin sujetarse a opiniones o directrices ajenas a su voluntad es un bien innegociable reconocido como un valor supremo en la Constitución, comprendido por tanto dentro del marco de las libertades y derechos democráticos", de forma que trabaja para que la legislación española recoja el derecho a la eutanasia.
2 comentarios:
Se é certo o rumor do que fixo Ánxela e o BNG, non ten nome, e amosaría o seu declive e as gañas de manipulalo todo.
Esta é a coherencia do BNG. En Coruña mentres gobernaron en coalición co PSOE, durante catro anos esquecéronse de Rosalía e agora van de "guais". Moción: O BNG reclama declarar o 24 de febreiro Día de Rosalía de Castro na Coruña.
Se non acadan o seu obxectivo, xa sabemos de quen é a culpa.
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