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El gobierno local pidió el apoyo de la oposición en un punto al no tener la mayoría absoluta necesaria para aprobarlo por la ausencia de un edil
La corporación sonense se reunió ayer de nuevo en una sesión ordinaria en la que los asuntos económicos prácticamente coparon el contenido del debate. Fueron varias las cuestiones que se trataron, entre ellas la aprobación de un crédito extraordinario que permite al Concello liquidar el plan de ajuste que puso en marcha para saldar la deuda con los proveedores. Eran casi dos millones de euros en facturas pendientes los que adeudaba el Ayuntamiento hace dos años.
El gobierno local utilizará parte del remanente de las arcas municipales para amortizar el 100% del crédito solicitado el año pasado para el pago de la deuda con los proveedores. Hasta aquí nada que objetar. Pero en esa operación se habilitará también una partida de 288.000 euros que se destinarán a inversión, algo que contraviene a la ley actual, tal y como hizo ver la oposición.
Aunque se está tramitando una modificación, la legislación vigente obliga a las administraciones locales a destinar su superávit exclusivamente a amortizar la deuda con los bancos.
Las políticas del PP
Tanto el BNG como el PSOE recalcaron que es la política económica del PP la que «está entrampando a xestión municipal» y desde los asientos nacionalistas instaron a los ediles populares «a levantar a voz un pouco e dicirlle ao seu partido que xa están ben».
También se habló de números cuando tocó debatir el cambio de finalidad de un préstamo solicitado en el 2010 con el objetivo de destinar 145.000 euros a la ejecución de diversas actuaciones en el municipio.
Aquí se dio una circunstancia curiosa, y es que, debido a la ausencia en la sesión del teniente de alcalde Javier Quiñoy, el gobierno local no tenía la mayoría absoluta necesaria para aprobar el punto, así que pidió a los grupos de la oposición que apoyasen la propuesta.
Estos lo hicieron, aunque un poco a regañadientes y tras un receso, ya que la operación tenía como finalidad financiar actuaciones que se acometieron sin contar con la correspondiente partida en los presupuestos.
Polémica por las mociones
En la sesión también se aprobó la modificación de diversas tasas municipales, aunque la polémica llegó al final y, esta vez, no tenía que ver con las cuentas. BNG y PSOE habían presentado varias mociones, entre ellas una sobre el copago sanitario, que no se incluyeron en el orden del día porque el ejecutivo alega que se trata de asuntos en los que la corporación no tiene competencias. Esto indignó a la oposición, que replicó que estas mociones «serven para dar un toque de atención e dicirlle aos que gobernan que non estamos de acordo».
La corporación sonense se reunió ayer de nuevo en una sesión ordinaria en la que los asuntos económicos prácticamente coparon el contenido del debate. Fueron varias las cuestiones que se trataron, entre ellas la aprobación de un crédito extraordinario que permite al Concello liquidar el plan de ajuste que puso en marcha para saldar la deuda con los proveedores. Eran casi dos millones de euros en facturas pendientes los que adeudaba el Ayuntamiento hace dos años.
El gobierno local utilizará parte del remanente de las arcas municipales para amortizar el 100% del crédito solicitado el año pasado para el pago de la deuda con los proveedores. Hasta aquí nada que objetar. Pero en esa operación se habilitará también una partida de 288.000 euros que se destinarán a inversión, algo que contraviene a la ley actual, tal y como hizo ver la oposición.
Aunque se está tramitando una modificación, la legislación vigente obliga a las administraciones locales a destinar su superávit exclusivamente a amortizar la deuda con los bancos.
Las políticas del PP
Tanto el BNG como el PSOE recalcaron que es la política económica del PP la que «está entrampando a xestión municipal» y desde los asientos nacionalistas instaron a los ediles populares «a levantar a voz un pouco e dicirlle ao seu partido que xa están ben».
También se habló de números cuando tocó debatir el cambio de finalidad de un préstamo solicitado en el 2010 con el objetivo de destinar 145.000 euros a la ejecución de diversas actuaciones en el municipio.
Aquí se dio una circunstancia curiosa, y es que, debido a la ausencia en la sesión del teniente de alcalde Javier Quiñoy, el gobierno local no tenía la mayoría absoluta necesaria para aprobar el punto, así que pidió a los grupos de la oposición que apoyasen la propuesta.
Estos lo hicieron, aunque un poco a regañadientes y tras un receso, ya que la operación tenía como finalidad financiar actuaciones que se acometieron sin contar con la correspondiente partida en los presupuestos.
Polémica por las mociones
En la sesión también se aprobó la modificación de diversas tasas municipales, aunque la polémica llegó al final y, esta vez, no tenía que ver con las cuentas. BNG y PSOE habían presentado varias mociones, entre ellas una sobre el copago sanitario, que no se incluyeron en el orden del día porque el ejecutivo alega que se trata de asuntos en los que la corporación no tiene competencias. Esto indignó a la oposición, que replicó que estas mociones «serven para dar un toque de atención e dicirlle aos que gobernan que non estamos de acordo».
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