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1 Puñados de castañas y buena compañía. Estos son los ingredientes principales del magosto, una fiesta que gana impulso en la comarca de Barbanza y que está dejando un nutrido álbum fotográfico para el recuerdo. Los usuarios de Amicos también disfrutaron de una fiesta por todo lo alto en la que no faltaron los sabores del otoño. Después de una comida a base de caldo gallego y otros manjares típicos de esta época -el cuerpo ya agradece un buen plato caliente para entrar en calor- los festeiros disfrutaron de juegos populares como el pañuelo. Se trataba de recuperar la tradición para sumergirse de lleno en una celebración que se extiende a lo largo del mes de noviembre. Lo importante es tener una excusa para juntarse con los amigos para olvidar las penas y disfrutar de la gastronomía gallega. Los usuarios de Amicos estuvieron acompañados en este día por monitores del centro educativo, ocupacional y de día, como Iria Lago, María Pérez, Juan Tarela, Verónica Vilas, Pilar Sampedro y Natividad Rodríguez. Previamente, elaboraron unos recipientes para guardar las castañas con cartones de leche. La creatividad estaba a flor de piel y se pudieron ver trabajos muy originales.
Una clase distinta
2 No todo el saber está en los libros. José Manuel Hermo visitó el instituto Campo de San Alberto de Noia para presentar a los alumnos un motor en miniatura que fabricó basándose en un modelo de 1920 de la marca Bugatti. Los estudiantes se quedaron boquiabiertos y descubrieron todo el trabajo que hay detrás. Hermo consiguió contagiar a los jóvenes su pasión y animarlos a buscar un hueco en el sector. Esta fue una clase diferente, pero muy atractiva y provechosa. En los tiempos que corren, hacen falta iniciativas como esta para animar a los jóvenes a encontrar su camino.
Una clase distinta
2 No todo el saber está en los libros. José Manuel Hermo visitó el instituto Campo de San Alberto de Noia para presentar a los alumnos un motor en miniatura que fabricó basándose en un modelo de 1920 de la marca Bugatti. Los estudiantes se quedaron boquiabiertos y descubrieron todo el trabajo que hay detrás. Hermo consiguió contagiar a los jóvenes su pasión y animarlos a buscar un hueco en el sector. Esta fue una clase diferente, pero muy atractiva y provechosa. En los tiempos que corren, hacen falta iniciativas como esta para animar a los jóvenes a encontrar su camino.
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