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El Loreto es una de esas romerías tradicionales que, con el paso de los años, gana adeptos. Quedó demostrado en la última edición, cuando el buen tiempo animó a centenares de personas a darse cita en el entorno de la capilla sonense. Muchos querían rendir tributo a la virgen, pero otros ansiaban disfrutar de una jornada campestre y trasladaron hasta el lugar neveras repletas de bebidas y manjares populares con la empanada y la tortilla como grandes protagonistas. De la organización se encargó, como siempre, el Concello. Antes y durante la romería, el edil responsable de Festexos, Manel Deán, supervisó las actividades que se llevaron a cabo en la zona. Triunfó, como siempre, la sardiñada. Los romeros degustaron seiscientos kilos del rico pescado, aderezados con 150 kilos de pan y trescientos litros de vino. Por el lugar se dejaron caer buena parte de los concejales de Porto do Son, así como el alcalde, Luis Oujo.
Mucha música
Como en cualquier romería que se precie, la música estuvo presente en el Loreto e incluso jugó un papel fundamental. Los gaiteiros de Rumbia, una formación local, y la banda de música de Caamaño fueron los encargados de amenizar la mañana. El director de esta última agrupación, Francisco Olveira, es todo un veterano, tanto en esta como en otras citas festivas de la comarca. Por la tarde, cogió el testigo el dúo Togayán.
Mucha música
Como en cualquier romería que se precie, la música estuvo presente en el Loreto e incluso jugó un papel fundamental. Los gaiteiros de Rumbia, una formación local, y la banda de música de Caamaño fueron los encargados de amenizar la mañana. El director de esta última agrupación, Francisco Olveira, es todo un veterano, tanto en esta como en otras citas festivas de la comarca. Por la tarde, cogió el testigo el dúo Togayán.
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