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El mal tiempo provocó un derrumbe, que irá a más si no se repara
Los arqueólogos que el lunes llegaron al castro de Baroña para iniciar los trabajos de una fase del proyecto de consolidación y rehabilitación del yacimiento sonense se encontraron una inesperada y desagradable sorpresa: parte de una de las murallas que protegían el poblado castreño se derrumbó, previsiblemente, como consecuencia del mal tiempo. El arreglo del desmoronamiento no está previsto en la actuación que se está ejecutando, pero los expertos que trabajan en el castro urgen su arreglo por dos motivos fundamentales: el riesgo que supone para los visitantes y la certeza de que, si no se repara, el derrumbe irá a más y lo hará, además, rápidamente.
Miguel Ángel López, director de restauración, explicaba qué sucederá si no se actúa urgentemente en la zona derrumbada: «Una vez que ha abierto brecha, lo que hace es un efecto dominó y la muralla seguirá cayéndose. Tanto la erosión eólica como la del mar actúan mucho más». La parte que se ha venido abajo corresponde a dos lienzos del muro original y de las restauraciones que se realizaron en el yacimiento en los años 80.
El principal problema, como casi siempre, es la financiación de la actuación necesaria para recuperar al muralla, ya que esto no está previsto en la intervención iniciada esta semana: «Ya hemos puesto el problema en conocimiento de Patrimonio y de Costas, esperamos que tomen cartas en el asunto cuanto antes».
El arqueólogo Ángel Concheiro, coordinador del equipo que trabaja en Baroña, insistió también en la urgencia de poner remedio al desplome de piedras: «Isto é un problema porque está na zona de acceso máis importante ao castro e supón un risco para os visitantes, xa que o derrubamento vai ir a máis».
En cuanto a esta nueva intervención en el yacimiento sonense, se enmarca en un programa orgánico destinado a recuperar la apariencia original del asentamiento y corregir errores de anteriores actuaciones. En esta fase, la tercera, se acabará de excavar el foso, «un dos máis monumentais da cultura castrexa» en opinión de Concheiro, y se actuará en la muralla principal y la antemuralla. El objetivo de todo esto, además de contribuir a potenciar el valor turístico del castro, es «monumentalizar o xacemento, que recupere a imaxe colosal que tivo no seu tempo».
Continuidad
Luis Francisco Lorenzo, director de la actuación que se está realizando, explicó esta no es una intervención final, sino que marca el camino para continuar trabajando en la recuperación de Baroña, una continuidad que espera que esté próxima porque el castro ya ha dado un aviso: «O derrube quere dicir que os xacementos non se poden abandonar».
Los arqueólogos que el lunes llegaron al castro de Baroña para iniciar los trabajos de una fase del proyecto de consolidación y rehabilitación del yacimiento sonense se encontraron una inesperada y desagradable sorpresa: parte de una de las murallas que protegían el poblado castreño se derrumbó, previsiblemente, como consecuencia del mal tiempo. El arreglo del desmoronamiento no está previsto en la actuación que se está ejecutando, pero los expertos que trabajan en el castro urgen su arreglo por dos motivos fundamentales: el riesgo que supone para los visitantes y la certeza de que, si no se repara, el derrumbe irá a más y lo hará, además, rápidamente.
Miguel Ángel López, director de restauración, explicaba qué sucederá si no se actúa urgentemente en la zona derrumbada: «Una vez que ha abierto brecha, lo que hace es un efecto dominó y la muralla seguirá cayéndose. Tanto la erosión eólica como la del mar actúan mucho más». La parte que se ha venido abajo corresponde a dos lienzos del muro original y de las restauraciones que se realizaron en el yacimiento en los años 80.
El principal problema, como casi siempre, es la financiación de la actuación necesaria para recuperar al muralla, ya que esto no está previsto en la intervención iniciada esta semana: «Ya hemos puesto el problema en conocimiento de Patrimonio y de Costas, esperamos que tomen cartas en el asunto cuanto antes».
El arqueólogo Ángel Concheiro, coordinador del equipo que trabaja en Baroña, insistió también en la urgencia de poner remedio al desplome de piedras: «Isto é un problema porque está na zona de acceso máis importante ao castro e supón un risco para os visitantes, xa que o derrubamento vai ir a máis».
En cuanto a esta nueva intervención en el yacimiento sonense, se enmarca en un programa orgánico destinado a recuperar la apariencia original del asentamiento y corregir errores de anteriores actuaciones. En esta fase, la tercera, se acabará de excavar el foso, «un dos máis monumentais da cultura castrexa» en opinión de Concheiro, y se actuará en la muralla principal y la antemuralla. El objetivo de todo esto, además de contribuir a potenciar el valor turístico del castro, es «monumentalizar o xacemento, que recupere a imaxe colosal que tivo no seu tempo».
Continuidad
Luis Francisco Lorenzo, director de la actuación que se está realizando, explicó esta no es una intervención final, sino que marca el camino para continuar trabajando en la recuperación de Baroña, una continuidad que espera que esté próxima porque el castro ya ha dado un aviso: «O derrube quere dicir que os xacementos non se poden abandonar».
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