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Juan Filgueiras Rodríguez pasó del banquillo a la pista ocho años después
La afición al baloncesto en Porto do Son creció de forma espectacular en los últimos tres años. Y parte de la culpa de esta tendencia es de Juan Filgueiras Rodríguez, maestro en la escuela de Nebra. El profesor es un enamorado de la canasta. En su casa siempre se habló y se jugó al baloncesto pues su padre fue profesional de este deporte y además entrenador. Por lo tanto, el destino del pequeño de la familia no era otro que las canchas y los tiros al aro. Después de ocho años fuera de las pistas, regresó como jugador en las filas del Porto do Son.
El baloncesto es su pasión, casi su vida. Llegó a vivir profesionalmente de este deporte durante dos años pero lo dejó para asegurarse su futuro. Defendió los colores de diversos equipos hasta que cambió el pantalón corto por el chándal de preparador hace ocho años.
Desde hace tres temporadas es el responsable técnico del Porto do Son, un club joven y con muchas ganas de crecer y sobre todo de dar cabida a niños y chavales que quieran practicar deporte. Esta temporada, el conjunto sonense puso en marcha un equipo sénior, el Pillados, con una mezcla de gente joven y veterana. La plantilla está integrada por catorce jugadores que dirige Juan Filgueiras.
Siete disponibles
Pero con cuatro jornadas disputadas llegaron los problemas. Las lesiones y las obligaciones laborales de varios de sus integrantes provocó que la semana pasada solo hubiese siete disponibles. El técnico no tuvo más remedio que tramitar la ficha y echar una mano en la pista. Se estrenó en O Milladoiro.
Fue un integrante más del equipo y como siempre, jugó de base. Y no lo hizo nada mal pues anotó nueve puntos. «Xoguei pouco pero creo que non o fixen mal. Fáltame rodaxe e tamén máis acerto no tiro». Su intención es terminar la temporada y ayudar a ganar «cantos máis partidos, mellor», afirma.
La vida deportiva de Filgueiras es muy dilatada. Comenzó con solo cuatro años a jugar. Lo hizo en Ferrolterra y por «tradición familiar». Los estudios le llevaron a Pontevedra y allí fichó por el Concello de Portas, donde firmó un contrato por dos años como profesional. Fueron sus mejores momentos deportivos pues disputó la Liga LEB y jugó una fase de ascenso a la ACB.
Futuro profesional
Con 21 años decidió dejar el baloncesto profesional para preparar unas oposiciones pues quería asegurar su futuro laboral. La decisión fue acertada ya que consiguió hacerse con una plaza en un colegio de Mazaricos y se fue a vivir a Noia, localidad en la que regresó a su deporte favorito y donde protagonizó una larga carrera tanto en la pista como en el banquillo a pesar de que tuvo alguna que otra oferta para seguir en la élite profesional. Incluso se le planteó la posibilidad de irse para Portugal pero su apego a Barbanza y a los suyos fue más grande.
Tras siete años entrenando al Noia y uno en el Cluny de Santiago, fue llamado para poner en marcha el equipo de baloncesto de Porto do Son hace tres años. «Empezamos con oito rapaces e hoxe somos uns 125, con nove equipos». Este año el club salió por primera vez con un equipo sénior en Cuarta División.
Excelente respuesta
El técnico está encantado con el proyecto sonense y también con la aceptación que está teniendo el baloncesto en la localidad. «É marabilloso ver como responde a xente. Nos partidos hai máis de cen persoas nas bancadas e polo tanto é unha gozada ver a paixón que hai no pobo por este deporte». Este es su principal orgullo: ver la excelente evolución del baloncesto en los tres últimos años en la villa.
Juan Filgueiras está muy agradecido al baloncesto pues entre otras cosas, «conseguín facer realidade o meu soño: ser profesional, o que me serviu moito para a miña vida tanto profesional como privada».
protagonista de la actualidad
Juan Filgueiras Rodríguez
1974 (Fene)
Base
Maestro
La afición al baloncesto en Porto do Son creció de forma espectacular en los últimos tres años. Y parte de la culpa de esta tendencia es de Juan Filgueiras Rodríguez, maestro en la escuela de Nebra. El profesor es un enamorado de la canasta. En su casa siempre se habló y se jugó al baloncesto pues su padre fue profesional de este deporte y además entrenador. Por lo tanto, el destino del pequeño de la familia no era otro que las canchas y los tiros al aro. Después de ocho años fuera de las pistas, regresó como jugador en las filas del Porto do Son.
El baloncesto es su pasión, casi su vida. Llegó a vivir profesionalmente de este deporte durante dos años pero lo dejó para asegurarse su futuro. Defendió los colores de diversos equipos hasta que cambió el pantalón corto por el chándal de preparador hace ocho años.
Desde hace tres temporadas es el responsable técnico del Porto do Son, un club joven y con muchas ganas de crecer y sobre todo de dar cabida a niños y chavales que quieran practicar deporte. Esta temporada, el conjunto sonense puso en marcha un equipo sénior, el Pillados, con una mezcla de gente joven y veterana. La plantilla está integrada por catorce jugadores que dirige Juan Filgueiras.
Siete disponibles
Pero con cuatro jornadas disputadas llegaron los problemas. Las lesiones y las obligaciones laborales de varios de sus integrantes provocó que la semana pasada solo hubiese siete disponibles. El técnico no tuvo más remedio que tramitar la ficha y echar una mano en la pista. Se estrenó en O Milladoiro.
Fue un integrante más del equipo y como siempre, jugó de base. Y no lo hizo nada mal pues anotó nueve puntos. «Xoguei pouco pero creo que non o fixen mal. Fáltame rodaxe e tamén máis acerto no tiro». Su intención es terminar la temporada y ayudar a ganar «cantos máis partidos, mellor», afirma.
La vida deportiva de Filgueiras es muy dilatada. Comenzó con solo cuatro años a jugar. Lo hizo en Ferrolterra y por «tradición familiar». Los estudios le llevaron a Pontevedra y allí fichó por el Concello de Portas, donde firmó un contrato por dos años como profesional. Fueron sus mejores momentos deportivos pues disputó la Liga LEB y jugó una fase de ascenso a la ACB.
Futuro profesional
Con 21 años decidió dejar el baloncesto profesional para preparar unas oposiciones pues quería asegurar su futuro laboral. La decisión fue acertada ya que consiguió hacerse con una plaza en un colegio de Mazaricos y se fue a vivir a Noia, localidad en la que regresó a su deporte favorito y donde protagonizó una larga carrera tanto en la pista como en el banquillo a pesar de que tuvo alguna que otra oferta para seguir en la élite profesional. Incluso se le planteó la posibilidad de irse para Portugal pero su apego a Barbanza y a los suyos fue más grande.
Tras siete años entrenando al Noia y uno en el Cluny de Santiago, fue llamado para poner en marcha el equipo de baloncesto de Porto do Son hace tres años. «Empezamos con oito rapaces e hoxe somos uns 125, con nove equipos». Este año el club salió por primera vez con un equipo sénior en Cuarta División.
Excelente respuesta
El técnico está encantado con el proyecto sonense y también con la aceptación que está teniendo el baloncesto en la localidad. «É marabilloso ver como responde a xente. Nos partidos hai máis de cen persoas nas bancadas e polo tanto é unha gozada ver a paixón que hai no pobo por este deporte». Este es su principal orgullo: ver la excelente evolución del baloncesto en los tres últimos años en la villa.
Juan Filgueiras está muy agradecido al baloncesto pues entre otras cosas, «conseguín facer realidade o meu soño: ser profesional, o que me serviu moito para a miña vida tanto profesional como privada».
protagonista de la actualidad
Juan Filgueiras Rodríguez
1974 (Fene)
Base
Maestro
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