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Patrimonio financiará una actuación que se centrará en restaurar la muralla que rodea el poblado sonense
Desde que en el 2012 la actividad arqueológica volvió al castro de Baroña se han sucedido las intervenciones para restaurar y conservar el yacimiento. La última, para reparar un tramo de muralla que se derrumbó el pasado invierno, finaliza hoy mismo. Y la próxima ya tiene fecha. Será el año que viene y se tratará de una gran intervención financiada por Patrimonio.
Los trabajos que está previsto ejecutar a lo largo del 2015 se concentrarán en restaurar la muralla que rodea el poblado. En una parte ya se actuó hace dos años, y ahora se pretende hacer lo mismo en el tramo que queda pendiente. El objetivo es que el muro recupere la monumentalidad que tenía en origen, y para ello será necesario llevar a cabo un arduo trabajo. No en vano, habrá que excavar y desmontar piedra a piedra la restauración que se hizo en los años 80 para volver a levantarla utilizando tanto los materiales que emplearon en su día los habitantes del castro como siguiendo los criterios de construcción castreña, respetando el paramento original.
La finalidad de la intervención es que la muralla se vea como realmente era: tenía unos seis metros de ancho, que, tal y como está reconstruida, no se aprecian; además, el muro debería ser en talud, y no totalmente vertical. «Se se fai a restauración ben, o castro cambiará moito», señaló el arqueólogo Luis Francisco López durante la visita que ayer realizaron al yacimiento el alcalde y varios ediles del gobierno local.
Guía para el futuro
Los trabajos realizados en el castro durante las dos últimas semanas para reconstruir la parte de muro que se derrumbó el pasado invierno servirán de guía para la futura actuación. En el tramo que hubo que recomponer también se llevó a cabo una excavación, se desmontó toda la estructura -eso sirvió para determinar qué partes eran originales y cuáles reconstrucciones posteriores- y volvió a levantarse respetando la forma de construir castreña, unos criterios que deberán aplicarse también en el resto de la muralla.
Aunque breve, la intervención realizada en los últimos días, y que se prevé que hoy quede rematada, no estuvo exenta de dificultades. Por la situación del trozo de muralla desmoronado fue imposible llegar a la zona con maquinaria, de modo que el equipo de especialistas coordinado por Tito Concheiro tuvo que mover todas las piedras a mano, manejaron nada menos que unas cien toneladas de material.
Esfuerzo inversor
Estos trabajos han podido ejecutarse gracias al esfuerzo realizado por el Concello, por eso, el alcalde, Luis Oujo, y los concejales María Maneiro, Manuel Deán y Antonio Romero visitaron ayer el castro de Baroña para ver el resultado de la actuación.
La inversión realizada en esta ocasión en el yacimiento, 18.400 euros, corrió por cuenta de las arcas municipales, un gasto imprevisto que el regidor justificó en la urgencia de reparar los daños para evitar que «a muralla seguira derrubándose. Estamos contentos e satisfeitos co resultado».
Por su parte, Tito Concheiro destacó que el proceder del Concello en este asunto «é un acto de responsabilidade moi grande e demostra un gran compromiso co patrimonio arqueolóxico».
Desde que en el 2012 la actividad arqueológica volvió al castro de Baroña se han sucedido las intervenciones para restaurar y conservar el yacimiento. La última, para reparar un tramo de muralla que se derrumbó el pasado invierno, finaliza hoy mismo. Y la próxima ya tiene fecha. Será el año que viene y se tratará de una gran intervención financiada por Patrimonio.
Los trabajos que está previsto ejecutar a lo largo del 2015 se concentrarán en restaurar la muralla que rodea el poblado. En una parte ya se actuó hace dos años, y ahora se pretende hacer lo mismo en el tramo que queda pendiente. El objetivo es que el muro recupere la monumentalidad que tenía en origen, y para ello será necesario llevar a cabo un arduo trabajo. No en vano, habrá que excavar y desmontar piedra a piedra la restauración que se hizo en los años 80 para volver a levantarla utilizando tanto los materiales que emplearon en su día los habitantes del castro como siguiendo los criterios de construcción castreña, respetando el paramento original.
La finalidad de la intervención es que la muralla se vea como realmente era: tenía unos seis metros de ancho, que, tal y como está reconstruida, no se aprecian; además, el muro debería ser en talud, y no totalmente vertical. «Se se fai a restauración ben, o castro cambiará moito», señaló el arqueólogo Luis Francisco López durante la visita que ayer realizaron al yacimiento el alcalde y varios ediles del gobierno local.
Guía para el futuro
Los trabajos realizados en el castro durante las dos últimas semanas para reconstruir la parte de muro que se derrumbó el pasado invierno servirán de guía para la futura actuación. En el tramo que hubo que recomponer también se llevó a cabo una excavación, se desmontó toda la estructura -eso sirvió para determinar qué partes eran originales y cuáles reconstrucciones posteriores- y volvió a levantarse respetando la forma de construir castreña, unos criterios que deberán aplicarse también en el resto de la muralla.
Aunque breve, la intervención realizada en los últimos días, y que se prevé que hoy quede rematada, no estuvo exenta de dificultades. Por la situación del trozo de muralla desmoronado fue imposible llegar a la zona con maquinaria, de modo que el equipo de especialistas coordinado por Tito Concheiro tuvo que mover todas las piedras a mano, manejaron nada menos que unas cien toneladas de material.
Esfuerzo inversor
Estos trabajos han podido ejecutarse gracias al esfuerzo realizado por el Concello, por eso, el alcalde, Luis Oujo, y los concejales María Maneiro, Manuel Deán y Antonio Romero visitaron ayer el castro de Baroña para ver el resultado de la actuación.
La inversión realizada en esta ocasión en el yacimiento, 18.400 euros, corrió por cuenta de las arcas municipales, un gasto imprevisto que el regidor justificó en la urgencia de reparar los daños para evitar que «a muralla seguira derrubándose. Estamos contentos e satisfeitos co resultado».
Por su parte, Tito Concheiro destacó que el proceder del Concello en este asunto «é un acto de responsabilidade moi grande e demostra un gran compromiso co patrimonio arqueolóxico».
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