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La Federación de Empresarios intenta evitar el desmantelamiento de las entidades y ya trabaja en un plan para centralizar servicios
Hace tiempo que en el seno de la Federación de Empresarios do Barbanza (FEB) se habla de la necesidad de optimizar recursos y concentrar servicios. El actual presidente, José Romero, siempre ha defendido esta postura, y no es el único. Ahora ya no caben más demoras porque parte de la representación empresarial de la comarca, debido a los recortes que impone la crisis, está en peligro de extinción. La patronal de Carnota hace tiempo que carece de actividad, las de Padrón, Muros y Porto do Son han tenido que cerrar sus oficinas de atención a los socios ante la imposibilidad de mantener al personal contratado y la de Outes lo hará a finales de este mes porque, como dice el presidente, Marcos Romero, «xa nos vimos negros para chegar ata aquí».
En A Pobra, Manuel Tomé reconoce que se mantienen «con serias dificultades. Excepto las ayudas de la Diputación, el resto han desaparecido».
Solo las entidades más grandes por volumen de afiliados y que además integran a centros comerciales abiertos, como Boiro, Ribeira, Noia y Rianxo, se mantienen con cierta solvencia e, incluso, con gerentes contratados para atender a los socios, elaborar campañas de dinamización y programar cursos, entre otras actividades.
El modelo de O Morrazo
El panorama es crítico y la FEB no puede permitir, afirma su presidente, «que las patronales cierren y sus socios se queden sin servicios». Por eso, en las últimas semanas se han intensificado los contactos en aras de conseguir la centralización de prestaciones a través de la FEB.
Su presidente, José Romero, planteará varias propuestas en la próxima reunión de la patronal. Ha analizado casos que, dice, pueden servir de modelo, como el de O Morrazo y el de Ferrol. Señala que tendrá que llegarse a un consenso y que, posiblemente, el proceso se realizará por partes.
La prioridad, comenta Romero, es mantener los servicios de las entidades que económicamente ya no pueden proporcionarlos: «Es el momento de dar un paso adelante». Varias podrían ser las opciones, como incrementar el personal de la FEB o integrar a los gerentes de los centros comerciales abiertos.
José Romero comenta que hay elementos de los que puede sacarse partido, como el hecho de que las sedes sociales de Porto do Son, Ribeira y A Pobra son propiedad de las entidades empresariales y, además, varias de ellas están homologadas para impartir cursos formativos a parados.
Hace tiempo que en el seno de la Federación de Empresarios do Barbanza (FEB) se habla de la necesidad de optimizar recursos y concentrar servicios. El actual presidente, José Romero, siempre ha defendido esta postura, y no es el único. Ahora ya no caben más demoras porque parte de la representación empresarial de la comarca, debido a los recortes que impone la crisis, está en peligro de extinción. La patronal de Carnota hace tiempo que carece de actividad, las de Padrón, Muros y Porto do Son han tenido que cerrar sus oficinas de atención a los socios ante la imposibilidad de mantener al personal contratado y la de Outes lo hará a finales de este mes porque, como dice el presidente, Marcos Romero, «xa nos vimos negros para chegar ata aquí».
En A Pobra, Manuel Tomé reconoce que se mantienen «con serias dificultades. Excepto las ayudas de la Diputación, el resto han desaparecido».
Solo las entidades más grandes por volumen de afiliados y que además integran a centros comerciales abiertos, como Boiro, Ribeira, Noia y Rianxo, se mantienen con cierta solvencia e, incluso, con gerentes contratados para atender a los socios, elaborar campañas de dinamización y programar cursos, entre otras actividades.
El modelo de O Morrazo
El panorama es crítico y la FEB no puede permitir, afirma su presidente, «que las patronales cierren y sus socios se queden sin servicios». Por eso, en las últimas semanas se han intensificado los contactos en aras de conseguir la centralización de prestaciones a través de la FEB.
Su presidente, José Romero, planteará varias propuestas en la próxima reunión de la patronal. Ha analizado casos que, dice, pueden servir de modelo, como el de O Morrazo y el de Ferrol. Señala que tendrá que llegarse a un consenso y que, posiblemente, el proceso se realizará por partes.
La prioridad, comenta Romero, es mantener los servicios de las entidades que económicamente ya no pueden proporcionarlos: «Es el momento de dar un paso adelante». Varias podrían ser las opciones, como incrementar el personal de la FEB o integrar a los gerentes de los centros comerciales abiertos.
José Romero comenta que hay elementos de los que puede sacarse partido, como el hecho de que las sedes sociales de Porto do Son, Ribeira y A Pobra son propiedad de las entidades empresariales y, además, varias de ellas están homologadas para impartir cursos formativos a parados.
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