| 29.07.2009 En Portosín saben de aberraciones varias propiciadas por un anterior gobierno local que hizo y deshizo a su antojo. ¿Una muestra? Esta ascendente escalera hacia el cielo del chiringuito privado. Aunque no lo parezca, todos los edificios responden a la misma normativa urbanística. Pero algunos tienen más amigos.
Este es el legado en Portosín por parte del Quintáns y su equipo y de los partidos de la oposición que se lo permitieron, que lo pusieron en el puesto y callaron.
Gracias a todos por nada.
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