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Qué duda cabe de que agosto es el mes festivo por excelencia. Basta un único fin de semana, el primero, para comprobarlo porque ayer, solo en tierras barbanzanas, quien más y quien menos tuvo que tirar de agenda para hacerse una composición de lugar sobre la cantidad y variedad de celebraciones desperdigadas por la comarca.
Las fiestas de Ribeira tocaron ayer a su fin tras un fin de semana en el que brillaron con luz propia los fuegos artificiales y el gaiteiro Xosé Manuel Budiño, que presentó en Santa Uxía los temas de su último trabajo, Voltas. Cogieron el testigo las reinas de la flor, que, tras la coronación, recorrieron las calles de la ciudad en espectaculares carrozas arrojando pétalos a su paso. A medianoche, estaba previsto que Rosa Cedrón pusiera el broche a las celebraciones veraniegas ribeirenses con un concierto en la plaza de España.
Tampoco faltó la juerga en Porto do Son, donde tocó desempolvar el disfraz para unirse a una fiesta hortera que no perdió ni un ápice de diversión pese a la lluvia caída en la tarde del sábado, mientras que, después de una noche de no parar, los aficionados al buen comer pudieron reponer fuerzas en la Festa da Navalla de Aguiño. La celebración gastronómica va por la tercera edición y con notable éxito. No en vano, en unas pocas horas se agotó la vianda disponible. En total, según los organizadores, se distribuyeron 980 raciones de navaja.
Romería de Exipto
Mucho más tradicional es la fiesta que celebraron en Abanqueiro para honrar a la Virgen de Exipto. La parroquia boirense se volcó de lleno para dar brillo a una romería en la que no faltó ni la música tradicional, ni la procesión de rigor ni, por supuesto, la comida campestre.
Las fiestas de Ribeira tocaron ayer a su fin tras un fin de semana en el que brillaron con luz propia los fuegos artificiales y el gaiteiro Xosé Manuel Budiño, que presentó en Santa Uxía los temas de su último trabajo, Voltas. Cogieron el testigo las reinas de la flor, que, tras la coronación, recorrieron las calles de la ciudad en espectaculares carrozas arrojando pétalos a su paso. A medianoche, estaba previsto que Rosa Cedrón pusiera el broche a las celebraciones veraniegas ribeirenses con un concierto en la plaza de España.
Tampoco faltó la juerga en Porto do Son, donde tocó desempolvar el disfraz para unirse a una fiesta hortera que no perdió ni un ápice de diversión pese a la lluvia caída en la tarde del sábado, mientras que, después de una noche de no parar, los aficionados al buen comer pudieron reponer fuerzas en la Festa da Navalla de Aguiño. La celebración gastronómica va por la tercera edición y con notable éxito. No en vano, en unas pocas horas se agotó la vianda disponible. En total, según los organizadores, se distribuyeron 980 raciones de navaja.
Romería de Exipto
Mucho más tradicional es la fiesta que celebraron en Abanqueiro para honrar a la Virgen de Exipto. La parroquia boirense se volcó de lleno para dar brillo a una romería en la que no faltó ni la música tradicional, ni la procesión de rigor ni, por supuesto, la comida campestre.
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