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Cientos de vecinos se agolparon en las calles para ver pedalear a los ciclistas
Un suspiro. Eso es lo que duró el esperado paso de la Vuelta Ciclista a España por la comarca. Tan rápido voló el pelotón por Barbanza que a muchas de las personas que se agolparon a orillas del trazado para ver pasar a la serpiente multicolor les supo a poco. Con todo, los municipios por los que discurrió, especialmente los núcleos urbanos, registraron un gran ambiente, y vecinos y visitantes se echaron a la calle con la esperanza de inmortalizar el paso de Purito, Contador, Valverde y compañía por tierras barbanzanas.
A diferencia de la etapa del martes, ayer, la carrera, lejos de ser un paseo, se desarrolló a un gran ritmo. De hecho, el pelotón pedaleó a una velocidad media de 46 kilómetros por hora, lo que propició que el público barbanzano pudiese ser testigo de un gran espectáculo. Fue precisamente en Barbanza, concretamente a la llegada a Boiro, donde se fraguó la gran escapada de la jornada liderada por el corredor de Euskaltel Mikel Astarloza.
Sin embargo, la velocidad a la que discurrió la etapa, provocó que los menos previsores de perdieran el efímero paso de la vuelta, dado que los corredores superaron las previsiones más optimistas de la organización.
Casi diez minutos
El pelotón pasó por Rianxo, Boiro, A Pobra, Ribeira, Porto do Son, Noia, Outes, Muros y Carnota con prácticamente diez minutos de adelanto con respecto al horario previsto. De hecho, el paso por Santa Uxía estaba previsto para las 15.05, pero la sirena de la lonja marcó las tres de la tarde justo cuando acababa de pasar el último vehículo de la caravana que acompaña al pelotón.
Tampoco hubo suerte a la hora de seguir la retransmisión por televisión ya que la emisión no comenzó hasta eso de los 16.15 horas, cuando el pelotón enfilaba ya camino de Muros. Eso sí, al ser Carnota uno de los últimos puntos de paso del recorrido, los defensores de la declaración del monte Pindo como parque natural tuvieron ocasión de hacer llegar su reivindicación a todo el país.
La parte positiva del fugaz paso de los ciclistas fue que, pese a que hubo retenciones de tráfico por los cortes obligados por la carrera, no se registraron mayores incidentes.
Un suspiro. Eso es lo que duró el esperado paso de la Vuelta Ciclista a España por la comarca. Tan rápido voló el pelotón por Barbanza que a muchas de las personas que se agolparon a orillas del trazado para ver pasar a la serpiente multicolor les supo a poco. Con todo, los municipios por los que discurrió, especialmente los núcleos urbanos, registraron un gran ambiente, y vecinos y visitantes se echaron a la calle con la esperanza de inmortalizar el paso de Purito, Contador, Valverde y compañía por tierras barbanzanas.
A diferencia de la etapa del martes, ayer, la carrera, lejos de ser un paseo, se desarrolló a un gran ritmo. De hecho, el pelotón pedaleó a una velocidad media de 46 kilómetros por hora, lo que propició que el público barbanzano pudiese ser testigo de un gran espectáculo. Fue precisamente en Barbanza, concretamente a la llegada a Boiro, donde se fraguó la gran escapada de la jornada liderada por el corredor de Euskaltel Mikel Astarloza.
Sin embargo, la velocidad a la que discurrió la etapa, provocó que los menos previsores de perdieran el efímero paso de la vuelta, dado que los corredores superaron las previsiones más optimistas de la organización.
Casi diez minutos
El pelotón pasó por Rianxo, Boiro, A Pobra, Ribeira, Porto do Son, Noia, Outes, Muros y Carnota con prácticamente diez minutos de adelanto con respecto al horario previsto. De hecho, el paso por Santa Uxía estaba previsto para las 15.05, pero la sirena de la lonja marcó las tres de la tarde justo cuando acababa de pasar el último vehículo de la caravana que acompaña al pelotón.
Tampoco hubo suerte a la hora de seguir la retransmisión por televisión ya que la emisión no comenzó hasta eso de los 16.15 horas, cuando el pelotón enfilaba ya camino de Muros. Eso sí, al ser Carnota uno de los últimos puntos de paso del recorrido, los defensores de la declaración del monte Pindo como parque natural tuvieron ocasión de hacer llegar su reivindicación a todo el país.
La parte positiva del fugaz paso de los ciclistas fue que, pese a que hubo retenciones de tráfico por los cortes obligados por la carrera, no se registraron mayores incidentes.
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