:lvg: | Vanessa Lagares | 25/06/2009
Los socialistas aseguran que las actuaciones, en una propiedad es de la familia del alcalde, incumplen la ley
Por segunda vez en menos de un mes, el salón de plenos del Concello de Porto do Son se convirtió el martes en el escenario de un constante cruce de acusaciones bastante subidas de tono. Y, como siempre, el urbanismo fue el culpable del rifirrafe. En esta ocasión, tocó debatir una singular moción. El PSOE, liderado por el ex mandatario Ramón Quintáns, pedía que se paralizasen las obras del bar Carou, propiedad de la familia del alcalde conservador, Manuel Tomé. Haciendo buena la máxima de que la mejor defensa es un buen ataque, tanto el PP como el independiente Gonzalo Pérez, que defendió con uñas y dientes a los conservadores, aprovecharon el debate para darle la vuelta a la tortilla y echarle en cara a Quintáns las que, a su juicio, son irregularidades urbanísticas cometidas durante su mandato.
La tensión y los encontronazos entre PSOE y PP se hicieron patentes desde el principio. Y es que, en esta ocasión, el pleno extraordinario tenía como finalidad debatir cuatro mociones presentadas por el grupo que encabeza Quintáns, entre las que se encontraban la retirada del sueldo al regidor si este no llevaba el PXOM a pleno en tres meses; una petición para que se graben las sesiones o el saneamiento de las deudas pendientes de pago con empresas y autónomos.
Sin embargo, no fue hasta el último punto, en el que se discutía la petición del PSOE para que se paralizasen las obras del bar Carou, cuando se montó la gran trifulca. Después de que Quintáns expusiese sus motivos -dice que no respeta la legalidad y que debe pararse hasta que cumpla los requisitos y que él solicitó un informe sobre los trabajos, que no le dieron- y de que el BNG pidiese al equipo de gobierno que aclarase la situación de la obra, la concejala de Urbanismo, María Jesús Paz Santamaría, entró en el debate. Dijo que el informe pedido no estaba hecho todavía porque la arquitecta municipal estaba de vacaciones. Paz añadió que solicitará un informe tanto de la licencia de obra que tuvo ese bar en el 2005 como de la que tiene ahora. Acto seguido, la concejala de Urbanismo se dirigió a Quintáns asegurándole: «Díxenlle o outro día que eu como responsable de Urbanismo darei contas aquí, pero vostede como responsable da outra licenza tamén as terá que dar», aseguró Paz haciendo referencia a que si había alguna irregularidad en el permiso dado en el 2005 él era el único responsable.
Urbanización
Antes de proceder a votar, el representante de AVS puntualizó: «Se algo había que parar era coa obra do 2005, e tamén naquel momento tiña que paralizar as obras dos transformadores no medio e medio dunha rúa de Portosín», indicó Pérez haciendo referencia a las «irregularidades» que Quintáns permitió que se hicieran en la urbanización A Xesteira. Asimismo, Pérez dijo que el constructor responsable de la urbanización dio más alto del que permitía la legalidad e invadió zonas verdes, perjudicando a los vecinos. Por ello, y con el fin de que se subsanara el problema y de demostrarle al PSOE que ellos también cometieron errores, le entregó a Tomé unos informes para que este tomara medidas.
Tras este gesto, que el alcalde aceptó con gusto, Tomé dijo que se solicitaría a la Axencia da Legalidade Urbanística un informe para ver el grado de cumplimiento de las normas de los edificios construidos.
Finalmente, se votó la moción del bar Carou. Quintáns se quedó solo pidiendo la paralización de los trabajos, ya que BNG e independientes se abstuvieron, y el PP votó en contra.
Relacionada
El BNG pidió a Quintáns que no se votase retirarle el sueldo a Tomé
Por segunda vez en menos de un mes, el salón de plenos del Concello de Porto do Son se convirtió el martes en el escenario de un constante cruce de acusaciones bastante subidas de tono. Y, como siempre, el urbanismo fue el culpable del rifirrafe. En esta ocasión, tocó debatir una singular moción. El PSOE, liderado por el ex mandatario Ramón Quintáns, pedía que se paralizasen las obras del bar Carou, propiedad de la familia del alcalde conservador, Manuel Tomé. Haciendo buena la máxima de que la mejor defensa es un buen ataque, tanto el PP como el independiente Gonzalo Pérez, que defendió con uñas y dientes a los conservadores, aprovecharon el debate para darle la vuelta a la tortilla y echarle en cara a Quintáns las que, a su juicio, son irregularidades urbanísticas cometidas durante su mandato.
La tensión y los encontronazos entre PSOE y PP se hicieron patentes desde el principio. Y es que, en esta ocasión, el pleno extraordinario tenía como finalidad debatir cuatro mociones presentadas por el grupo que encabeza Quintáns, entre las que se encontraban la retirada del sueldo al regidor si este no llevaba el PXOM a pleno en tres meses; una petición para que se graben las sesiones o el saneamiento de las deudas pendientes de pago con empresas y autónomos.
Sin embargo, no fue hasta el último punto, en el que se discutía la petición del PSOE para que se paralizasen las obras del bar Carou, cuando se montó la gran trifulca. Después de que Quintáns expusiese sus motivos -dice que no respeta la legalidad y que debe pararse hasta que cumpla los requisitos y que él solicitó un informe sobre los trabajos, que no le dieron- y de que el BNG pidiese al equipo de gobierno que aclarase la situación de la obra, la concejala de Urbanismo, María Jesús Paz Santamaría, entró en el debate. Dijo que el informe pedido no estaba hecho todavía porque la arquitecta municipal estaba de vacaciones. Paz añadió que solicitará un informe tanto de la licencia de obra que tuvo ese bar en el 2005 como de la que tiene ahora. Acto seguido, la concejala de Urbanismo se dirigió a Quintáns asegurándole: «Díxenlle o outro día que eu como responsable de Urbanismo darei contas aquí, pero vostede como responsable da outra licenza tamén as terá que dar», aseguró Paz haciendo referencia a que si había alguna irregularidad en el permiso dado en el 2005 él era el único responsable.
Urbanización
Antes de proceder a votar, el representante de AVS puntualizó: «Se algo había que parar era coa obra do 2005, e tamén naquel momento tiña que paralizar as obras dos transformadores no medio e medio dunha rúa de Portosín», indicó Pérez haciendo referencia a las «irregularidades» que Quintáns permitió que se hicieran en la urbanización A Xesteira. Asimismo, Pérez dijo que el constructor responsable de la urbanización dio más alto del que permitía la legalidad e invadió zonas verdes, perjudicando a los vecinos. Por ello, y con el fin de que se subsanara el problema y de demostrarle al PSOE que ellos también cometieron errores, le entregó a Tomé unos informes para que este tomara medidas.
Tras este gesto, que el alcalde aceptó con gusto, Tomé dijo que se solicitaría a la Axencia da Legalidade Urbanística un informe para ver el grado de cumplimiento de las normas de los edificios construidos.
Finalmente, se votó la moción del bar Carou. Quintáns se quedó solo pidiendo la paralización de los trabajos, ya que BNG e independientes se abstuvieron, y el PP votó en contra.
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Señores concejales del PSOE, si es tal y como aseguran que las actuaciones en una propiedad de la familia del alcalde incumple la ley, tienen los tribunales de Justicia para actuar.
Los plenos ya sabemos para que sirven: acusarse mutuamente de que ustedes son peores que yo y viceversa.
En Porto do Son estamos cansados de escuchar una y otra vez de presuntas irregularidades cometidas por unos y por otros, pero ninguno se atreve a ponerle el cascabel al gato. Esta visto que aquí todo el que puede hace de las suyas, sea popular, socialista, nacionalista o independiente.
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