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A finales de agosto, en la comarca había un total de 8.553 desempleados
Desde que la crisis llegó para expandirse y quedarse y, sobre todo en el período más duro de la recesión económica, el desempleo en la comarca se situó en una horquilla entre las 9.000 y las 11.000 personas. Y de ahí no había forma de que bajase. Lo habitual, a partir del 2011, era que en los meses de invierno, en los que la creación de empleo suele contraerse, se registrasen en torno a 10.000 personas paradas, y que en verano se lograse reducir un poco ese número. Este año, al fin, las cosas parece que van por otros derroteros. A tenor de los datos que ofrece la Consellería de Traballo, la comarca encadena ya seis meses seguidos de descensos en el número de trabajadores que no encuentran hueco en el mercado laboral. De hecho, la actual tasa de paro es la más baja desde el año 2010.
El ejercicio 2014 no empezó bien para el empleo en la comarca. En los primeros meses, y justo cuando en el conjunto de Galicia parecía reducirse un poco la tasa de desempleo, en Barbanza repuntaba. Pero el panorama mejoró en marzo, el primer mes de este año en el que bajó el paro. Y, desde entonces, sigue decreciendo. Especial relevancia tiene lo ocurrido en los meses estivales. En junio, la desocupación se redujo en 568 personas. En julio fueron 745 desempleados menos. Y, en agosto, bajó en otras 145 personas. De todas formas, sigue habiendo 8.553 vecinos desempleados, que juntos suman más que toda la población de un municipio como Outes.
La gran incógnita es qué pasará en cuanto el verano diga adiós. Y si la comarca será capaz o no de seguir reduciendo la tasa de paro en el otoño y en el invierno. Parece difícil que lo haga. ¿Por qué? Gran parte del empleo que se creó en verano está relacionado con el turismo y la hostelería y, por tanto, es de carácter temporal. Además, los concellos contrataron en verano a un número elevado de personas para limpieza de playas, desbroce de cunetas y servicios de socorrismo. Estos últimos puestos, desafortunadamente, también se irán cuando se marche el sol veraniego.
Testimonio alentador
Pese a la temporalidad de gran parte del trabajo generado, la percepción de algunas personas que sufrieron largos períodos de desempleo durante la recesión ha cambiado. Un albañil de Ribeira que estuvo dos años sin pisar una obra señalaba ayer lo siguiente: «Penso que o peor xa pasou, agora algo aínda se vai atopando». Aunque, en su caso, trabaja aún de forma intermitente y precisamente ayer estaba en casa.
Por otra parte, desde distintos colectivos de la comarca barbanzana que prestan ayuda a personas en riesgo de exclusión social alertaban ayer de lo siguiente: aunque el paro vaya a menos, hay muchas personas todavía desempleadas y entre ellas cada vez son más las que ya no cobran ningún tipo de prestación económica.
La zona al fin encadena un semestre de bajada continuada de la desocupación
«Penso que o peor xa pasou, agora algo aínda se vai atopando», dice un albañil
Desde que la crisis llegó para expandirse y quedarse y, sobre todo en el período más duro de la recesión económica, el desempleo en la comarca se situó en una horquilla entre las 9.000 y las 11.000 personas. Y de ahí no había forma de que bajase. Lo habitual, a partir del 2011, era que en los meses de invierno, en los que la creación de empleo suele contraerse, se registrasen en torno a 10.000 personas paradas, y que en verano se lograse reducir un poco ese número. Este año, al fin, las cosas parece que van por otros derroteros. A tenor de los datos que ofrece la Consellería de Traballo, la comarca encadena ya seis meses seguidos de descensos en el número de trabajadores que no encuentran hueco en el mercado laboral. De hecho, la actual tasa de paro es la más baja desde el año 2010.
El ejercicio 2014 no empezó bien para el empleo en la comarca. En los primeros meses, y justo cuando en el conjunto de Galicia parecía reducirse un poco la tasa de desempleo, en Barbanza repuntaba. Pero el panorama mejoró en marzo, el primer mes de este año en el que bajó el paro. Y, desde entonces, sigue decreciendo. Especial relevancia tiene lo ocurrido en los meses estivales. En junio, la desocupación se redujo en 568 personas. En julio fueron 745 desempleados menos. Y, en agosto, bajó en otras 145 personas. De todas formas, sigue habiendo 8.553 vecinos desempleados, que juntos suman más que toda la población de un municipio como Outes.
La gran incógnita es qué pasará en cuanto el verano diga adiós. Y si la comarca será capaz o no de seguir reduciendo la tasa de paro en el otoño y en el invierno. Parece difícil que lo haga. ¿Por qué? Gran parte del empleo que se creó en verano está relacionado con el turismo y la hostelería y, por tanto, es de carácter temporal. Además, los concellos contrataron en verano a un número elevado de personas para limpieza de playas, desbroce de cunetas y servicios de socorrismo. Estos últimos puestos, desafortunadamente, también se irán cuando se marche el sol veraniego.
Testimonio alentador
Pese a la temporalidad de gran parte del trabajo generado, la percepción de algunas personas que sufrieron largos períodos de desempleo durante la recesión ha cambiado. Un albañil de Ribeira que estuvo dos años sin pisar una obra señalaba ayer lo siguiente: «Penso que o peor xa pasou, agora algo aínda se vai atopando». Aunque, en su caso, trabaja aún de forma intermitente y precisamente ayer estaba en casa.
Por otra parte, desde distintos colectivos de la comarca barbanzana que prestan ayuda a personas en riesgo de exclusión social alertaban ayer de lo siguiente: aunque el paro vaya a menos, hay muchas personas todavía desempleadas y entre ellas cada vez son más las que ya no cobran ningún tipo de prestación económica.
La zona al fin encadena un semestre de bajada continuada de la desocupación
«Penso que o peor xa pasou, agora algo aínda se vai atopando», dice un albañil
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