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A las oficinas de consumo llegan numerosos barbanzanos indignados, casi todos mayores, que firmaron contratos que les encarecen el recibo y que no logran entender
Las eléctricas llevan tiempo empujando a los consumidores a pasarse al mercado libre -ahora existen dos opciones para contratar electricidad, la de toda la vida, del mercado regulado, en la que no caben ofertas, y la libre, a merced de lo que las compañías quieran ofrecer-. El cambio, hoy por hoy, implica una pérdida de derechos y puede desembocar, de hecho en muchos casos lo hace, en un encarecimiento de la factura. En la comarca hay numerosos comerciales que, bien puerta a puerta o bien por teléfono, hacen ofertas a los clientes para convencerles de que dejen su tarifa de siempre. Muchos las han aceptado. De hecho, han firmado contratos. Y luego se han tirado de los pelos al ver que no ahorraban nada. Impotentes, enfadados e indignados por este asunto acuden a las distintas oficinas de los consumidores barbanzanas.
Desde los centros de atención de Ribeira, A Pobra, Boiro o Porto do Son -las conocidas como OMIC- cuentan lo mismo. Decenas de vecinos, casi todos mayores, recibieron cartas de sus compañías eléctricas, llamadas o la visita de comerciales ofreciéndole pagar menos por la factura de la luz. Algunos se lanzaron a aceptar las ofertas que les hacen sin saber demasiado de las mismas y, en la gran mayoría de los casos, sin tener ni idea de que van a cambiarse al mercado eléctrico libre. Lo único que pretendían, lógicamente, era pagar menos por el recibo de la luz.
Pero ese objetivo casi nunca acaba cumpliéndose. Es más, en muchos casos ocurre lo contrario. Se cuentan por decenas las personas que en los últimos meses acudieron a las OMIC confundidas, tratando de buscar una explicación a que habiéndose acogido a una oferta acaben pagando más por la luz. En algunos casos, las oficinas de consumidores únicamente pueden confirmarles que sí se han pasado al mercado libre y que lo que firmaron les aboca a desembolsar más dinero. En otros, en los que aún no se firmó todo el papeleo, pueden ayudar a dejar en papel mojado el contrato, cosa que no siempre resulta fácil por las pegas que ponen las eléctricas.
Los casos más sangrantes
Hay casos en Barbanza aún más sangrantes. Se trata de vecinos que recibieron una llamada de su compañía haciéndoles una oferta y que, sin firmar nada, a veces solo con consentimiento verbal, se acabaron pasando al mercado libre. O que, sin aceptar nada de palabra, es más, insistiendo en que no quieren cambiar su tarifa, también se ven implicados. «Hai moitos enganos», señalaba Cristina Fontaíña, la responsable de la oficina del consumidor en Porto do Son. Ella cuenta el caso de diez vecinos de una misma aldea que tienen pensado reclamar conjuntamente porque a todos les cambiaron la factura casi a la vez y se sienten estafados.
La mayor parte de las OMIC aún no tienen estadísticas. Pero algunas dan datos reveladores. Solo en Boiro, este verano, se registraron 86 consultas relativas a la electricidad.
Las eléctricas llevan tiempo empujando a los consumidores a pasarse al mercado libre -ahora existen dos opciones para contratar electricidad, la de toda la vida, del mercado regulado, en la que no caben ofertas, y la libre, a merced de lo que las compañías quieran ofrecer-. El cambio, hoy por hoy, implica una pérdida de derechos y puede desembocar, de hecho en muchos casos lo hace, en un encarecimiento de la factura. En la comarca hay numerosos comerciales que, bien puerta a puerta o bien por teléfono, hacen ofertas a los clientes para convencerles de que dejen su tarifa de siempre. Muchos las han aceptado. De hecho, han firmado contratos. Y luego se han tirado de los pelos al ver que no ahorraban nada. Impotentes, enfadados e indignados por este asunto acuden a las distintas oficinas de los consumidores barbanzanas.
Desde los centros de atención de Ribeira, A Pobra, Boiro o Porto do Son -las conocidas como OMIC- cuentan lo mismo. Decenas de vecinos, casi todos mayores, recibieron cartas de sus compañías eléctricas, llamadas o la visita de comerciales ofreciéndole pagar menos por la factura de la luz. Algunos se lanzaron a aceptar las ofertas que les hacen sin saber demasiado de las mismas y, en la gran mayoría de los casos, sin tener ni idea de que van a cambiarse al mercado eléctrico libre. Lo único que pretendían, lógicamente, era pagar menos por el recibo de la luz.
Pero ese objetivo casi nunca acaba cumpliéndose. Es más, en muchos casos ocurre lo contrario. Se cuentan por decenas las personas que en los últimos meses acudieron a las OMIC confundidas, tratando de buscar una explicación a que habiéndose acogido a una oferta acaben pagando más por la luz. En algunos casos, las oficinas de consumidores únicamente pueden confirmarles que sí se han pasado al mercado libre y que lo que firmaron les aboca a desembolsar más dinero. En otros, en los que aún no se firmó todo el papeleo, pueden ayudar a dejar en papel mojado el contrato, cosa que no siempre resulta fácil por las pegas que ponen las eléctricas.
Los casos más sangrantes
Hay casos en Barbanza aún más sangrantes. Se trata de vecinos que recibieron una llamada de su compañía haciéndoles una oferta y que, sin firmar nada, a veces solo con consentimiento verbal, se acabaron pasando al mercado libre. O que, sin aceptar nada de palabra, es más, insistiendo en que no quieren cambiar su tarifa, también se ven implicados. «Hai moitos enganos», señalaba Cristina Fontaíña, la responsable de la oficina del consumidor en Porto do Son. Ella cuenta el caso de diez vecinos de una misma aldea que tienen pensado reclamar conjuntamente porque a todos les cambiaron la factura casi a la vez y se sienten estafados.
La mayor parte de las OMIC aún no tienen estadísticas. Pero algunas dan datos reveladores. Solo en Boiro, este verano, se registraron 86 consultas relativas a la electricidad.
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