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La instalación ofrece a las pacientes una alternativa menos invasiva que la epidural, reduce los dolores y acelera la dilatación
Una enorme bañera luce desde hace meses en la segunda planta del hospital de Barbanza. Ahora que ha sido aprobado el protocolo para su funcionamiento, las pacientes que lo deseen podrán sumergirse en ella para facilitar el parto. Se presenta como una alternativa a la epidural, es decir, a la inyección de anestésico local que bloquea las terminaciones nerviosas en su salida de la médula espinal. La instalación reduce los dolores y acelera la dilatación. Y es que el agua templada ha sido utilizada desde la antigüedad con fines calmantes.
El El jefe del servicio de Obstetricia y Ginecología del complejo sanitario de Oleiros, Luis Miguel González Seijas, asegura que se trata de un sistema ya implantado en otros hospitales gallegos, como los O Salnés o Cee. Sin embargo, el área sanitaria de Santiago carecía hasta el momento de esta novedosa bañera por la que ya se han interesado algunas futuras mamás.
El presupuesto
Está previsto que la instalación también entre en funcionamiento en el Clínico de Santiago, y es que los beneficios que puede ofrecer no son baladíes. El presupuesto que se destinó a este nuevo servicio en el complejo comarcal roza los 7.000 euros, tal y como indicaron desde el Servicio Galego de Saúde.
Cabe destacar que la incorporación de este sistema en el hospital tuvo mucho que ver con los buenos resultados cosechados por los profesionales de este departamento. Y es que el hospital barbanzano llegó a liderar un programa gallego de reducción de cesáreas. Solo el 22 % de los alumbramientos que se registraron en 2011 fueron mediante esta intervención. Que no se programen cesáreas en exceso y que solo se realicen aquellas que estén indicadas es el objetivo de este proyecto que promueve el Sergas. En poco tiempo se conocerá la cifra alcanzada en este período.
También funciona con éxito en el centro asistencial de Oleiros el método Essure, una técnica de anticoncepción sin cirugía, irreversible y que no requiere anestesia. Decenas de mujeres ya se han sometido a este método, similar a la ligadura de trompas.
Una enorme bañera luce desde hace meses en la segunda planta del hospital de Barbanza. Ahora que ha sido aprobado el protocolo para su funcionamiento, las pacientes que lo deseen podrán sumergirse en ella para facilitar el parto. Se presenta como una alternativa a la epidural, es decir, a la inyección de anestésico local que bloquea las terminaciones nerviosas en su salida de la médula espinal. La instalación reduce los dolores y acelera la dilatación. Y es que el agua templada ha sido utilizada desde la antigüedad con fines calmantes.
El El jefe del servicio de Obstetricia y Ginecología del complejo sanitario de Oleiros, Luis Miguel González Seijas, asegura que se trata de un sistema ya implantado en otros hospitales gallegos, como los O Salnés o Cee. Sin embargo, el área sanitaria de Santiago carecía hasta el momento de esta novedosa bañera por la que ya se han interesado algunas futuras mamás.
El presupuesto
Está previsto que la instalación también entre en funcionamiento en el Clínico de Santiago, y es que los beneficios que puede ofrecer no son baladíes. El presupuesto que se destinó a este nuevo servicio en el complejo comarcal roza los 7.000 euros, tal y como indicaron desde el Servicio Galego de Saúde.
Cabe destacar que la incorporación de este sistema en el hospital tuvo mucho que ver con los buenos resultados cosechados por los profesionales de este departamento. Y es que el hospital barbanzano llegó a liderar un programa gallego de reducción de cesáreas. Solo el 22 % de los alumbramientos que se registraron en 2011 fueron mediante esta intervención. Que no se programen cesáreas en exceso y que solo se realicen aquellas que estén indicadas es el objetivo de este proyecto que promueve el Sergas. En poco tiempo se conocerá la cifra alcanzada en este período.
También funciona con éxito en el centro asistencial de Oleiros el método Essure, una técnica de anticoncepción sin cirugía, irreversible y que no requiere anestesia. Decenas de mujeres ya se han sometido a este método, similar a la ligadura de trompas.
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